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Opinión

23 de Julio de 2018

Ana María Gazmuri, militante RD: “Yo no creo que haya que poner paños fríos y siempre mostrar que estamos de acuerdo en todo”

La semana pasada, al interior de Revolución Democrática, se realizó una votación en torno al uso medicinal del cannabis. Aunque estaba dentro de las promesas parlamentarias de los candidatos del partido y fue una de las propuestas del programa de Gobierno de Beatriz Sánchez, su uso medicinal no era totalmente respaldado por la comisión de salud de RD. Frente a esto, se desarrolló un proceso interno de definición que determinó que el partido apoyara el uso medicinal y además fijara las bases para la conformación de una comisión para abordar la política de drogas.

Valentina Collao López
Valentina Collao López
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Cuéntame del proceso interno que ha vivido Revolución Democrática en torno a la discusión del uso medicinal de la marihuana, que entiendo que ha sido un tema controvertido al interior del partido
– Ha sido un proceso muy interesante, con el cual estamos muy contentos y satisfechos de los resultados, porque nos permite tener hoy día una definición política como partido en torno a lo que es el autocultivo tanto recreativo como medicinal del cannabis. Y es una postura oficial porque pasó los procesos de deliberación que corresponden. Hoy día podemos decir claramente que Revolución Democrática (RD) está comprometida con proteger el derecho de los usuarios a autocultivar tanto para su uso recreativo, pero particularmente para su uso medicinal. A pesar de que había una postura parlamentaria unitaria de nuestra bancada, efectivamente nunca se había hecho un proceso interno de definición sobre estos temas, probablemente porque muchos dábamos por sentado que esto formaba parte del sentido común del partido. Hoy día me parece que somos el primer partido político que saca una definición que ha pasado por un proceso de deliberación interna, democrático y cumpliendo con todo lo que contemplan los estatutos.

Pero, ¿cómo surge este punto de desencuentro?, ¿cuándo se transparentan las visiones opuestas en torno al tema?
-Partimos hace ya unos tres meses atrás trabajando en la conformación de un espacio que se hiciera cargo de una nueva política de drogas. No sólo que trabajara territorialmente incidiendo en las comunidades o generando espacios de discusión participativos, sino que también fuera un órgano capaz de generar los insumos técnicos necesarios para que nuestro partido esté presente en esta discusión.  Así surge y con un gran apoyo transversal, la idea de generar este espacio. Empezamos a hacer toda la tramitación interna para construirlo y ahí surge, desde la comisión de salud, un cuestionamiento que apuntaba a que cómo podíamos generar un espacio de este carácter, cuando no había una postura oficial de partido en torno al tema. Y bueno, en rigor, tenían razón. Aunque fuera parte del sentido común del partido, aunque fue parte de la votación parlamentaria y aunque fue parte del programa de Gobierno de Beatriz Sánchez, efectivamente nunca se había hecho un proceso interno, como no se había hecho en ningún partido en Chile tampoco. Encontramos que estaba bien hacer ese proceso pues nos parece que es la forma correcta de dirimir las diferencias que hay dentro de un colectivo político. Así empezó entonces una mesa de trabajo en que participaron representantes de nuestro espacio en formación con miembros de la comisión de salud y mediado por la directiva del partido. Este proceso termina en lo que fue la votación del Consejo Político Nacional, donde triunfa la postura que favorece el autocultivo medicinal y lo reconoce como un derecho, y se compromete a resguardarlo. Como partido tenemos la postura de seguir generando este espacio e insumos hacia una nueva política de drogas porque sabemos que es una discusión que viene y nos parece importante que como partido se ponga en especial relieve.

¿Cómo se dio el proceso? ¿Fue incómodo en la interna?
-Pudo haber sido incómodo al principio, porque uno dice: ¿cómo tenemos dudas si nuestros parlamentarios votaron a favor?, incluso fue parte del programa presidencial, etcétera, pero efectivamente fue positivo hacer este camino, porque despeja cualquier duda y de alguna manera alinea la postura del partido. Y hoy ya no es posible que salgan voces manifestando una postura en contra de este tema y me parece que esa es una definición política importante. Creo que para RD es importante tomar esta definición y ser el primer partido que sale claramente con esta definición política. Eso nos da la posibilidad legítima de seguir trabajando de este espacio de información, terminar de constituirlo y ser el órgano técnico que insuma sobre este tema a los parlamentarios y a todo el partido, y por supuesto, seguir haciendo esta labor de pedagogía y de trabajo en las comunidades que para nosotros es fundamental y que debe ser el sello de RD.

¿Había mucha desinformación dentro del partido?
-Mucha. Primero sobre el marco jurídico vigente. Todavía, y no solo en la interna de nuestro partido, sino que de manera generalizada, hay gente que todavía no tiene meridiana claridad de que el autocultivo es lícito bajo la Ley 20.000. Años de sesgada y mala aplicación de la ley nos hicieron creer que eso no estaba contemplado como un derecho. Evidentemente está contemplado como una excepción, ‘está todo esto prohibido menos cuando es para uso personal y exclusivo, próximo en el tiempo y para un tratamiento médico’. Pero la ley sí genera ese espacio. Ese es un primer punto a dilucidar que no siempre está tan claro y por eso la importancia de este trabajo colectivo y comunitario cuando uno abre este espacio de conversación a la comunidad y aclara estas dudas también. Por otro lado también había desinformación respecto a qué implicaba la Ley Cultivo Seguro, pero esa confusión o desconocimiento fue transversal en varios espacios. Lo vimos, por ejemplo, reflejado en las cartas en grandes medios nacionales como El Mercurio y La Tercera, firmada por sociedades médicas en el que al leer esas cartas te dabas cuenta que no comprendían la ley, porque hablaban de que esta ley favorecía intereses económicos de ciertas empresas y solamente declarar eso denota no comprender la ley. Porque la Ley Cultivo Seguro, la modificación al código sanitario, que se está llevando adelante y que fue aprobada en la Cámara de Diputados, lo que hace es respetar el espacio de soberanía personal de autocultivo de los pacientes para uso personal. En el momento en que un paciente que ejerce este derecho comercializa los resultados su cosecha y los productos que pueda generar, esa persona está traficando y eso es un delito tipificado por la Ley 20.000. Por lo tanto, que en esas cartas de las sociedades médicas haya quedado manifestado eso denotaba que no comprendían el alcance de la ley, y así como les ocurrió a ellos, yo creo que también esto ocurrió en muchos espacios tanto dentro de nuestro partido como en la sociedad chilena en general, que ha habido una dificultad de poner en relieve de qué se trata específicamente esta ley y que esta ley de ninguna manera quiere decir que tu puedes cultivar tus plantas, hacer tus productos y después los puedes vender. Por supuesto que no. Tenemos la curiosidad que la Ley 20.000, es probablemente la única ley chilena, en que tú eres culpable hasta que demuestres lo contrario. Lo que hace la Ley Cultivo Seguro es solucionar eso al revertir la carga, como corresponde, y será imposible que te incauten las plantas hasta que demuestren que tu cometiste algún acto ilícito con esas plantas. Sólo ahí te las podrán incautar. Ese es todo el sentido de la Ley Cultivo Seguro, no habilita ninguna comercialización sino que sólo resguarda el espacio de soberanía personal.

Suena curioso, al menos, que ocurra esta discusión sobre el consumo de marihuana medicinal dentro de RD. Uno entiende que este es un tema basal dentro del partido. ¿Desde dónde provienen esas dudas?
– Creo que esas dudas tienen que ver con que hay ciertas personas que pueden estar más alineadas con esta mirada exclusivamente biomédica y que creen que este es un asunto que debe resolverse sólo desde la ciencia, entendiendo ciencia como esta cosa un poco aislada y solo basado en los estudios clínicos. Obviamente tienen un rol súper importante, pero es reduccionista querer ver que ese es el único ámbito desde el que tiene que generarse la discusión, la información y las decisiones. O sea, cuando hablamos particularmente de cannabis, todo lo que se ha avanzado en el mundo, no viene porque los estados o la ciencia hayan querido hacerlo, sino que es más bien la práctica de miles de ciudadanos a lo largo del mundo que al empezar a mostrar resultados, despertaron la curiosidad y el interés científico de investigar y por lo tanto, de activar a una industria ponerse al día con eso. Pero es la práctica ciudadana ejercida y exitosa la que genera el otro camino, al revés de lo que ocurre con la mayoría de los fármacos. No se puede homologar el proceso que tiene un fármaco convencional con los usos que tiene el cannabis, que puede ser un fármaco que sigan el mismo camino de los fármacos convencionales, pero que además es una medicina herbal, que proviene de conocimientos ancestrales, de prácticas populares, que tiene otras concepciones. Entonces la disputa tiene que ver con eso, en qué espacio situamos esta conversación. La política de drogas no puede reducirse a la mirada biomédica, tiene que ser abordada interdisciplinariamente y siempre considerando a las comunidades en esta conversación. Creo que esa es la diferencia ideológica que había en algunos sectores de nuestro partido, particularmente reflejados en la comisión de salud.

Esta esta duda que nace en la comisión de salud, ¿te hizo cuestionar tu rol en el partido?
-Obviamente que cuando surge esta duda a mí me hace un ruido importante porque por un lado, cuando yo fui invitada a militar a este partido, fui invitada en mi condición de activista por el autocultivo y como se me manifestó en su momento, este era un tema relevante para el partido. Entonces claro, en un principio me sonó fuerte que se cuestionara que hubiera postura acerca del consumo de marihuana medicinal o por ejemplo, que se cuestionara el que en la última marcha Cultiva Tus Derechos marchamos como RD, con el presidente del partido, Rodrigo Echecopar, y también eso fue cuestionado en algún nivel. Eso me generó ruido, entonces siempre estuve dispuesta a dar esta disputa en la interna, como corresponde a un partido democrático. Ahí surgieron algunas voces internas y se manifestó en algunos lados, esto de mi posible renuncia. Yo no he planteado nunca que quiera renunciar, lo que pasa es que evidentemente, en términos de coherencia política, si de pronto estamos en un partido político que toma ciertas definiciones que van totalmente en contra de lo que es mi principal militancia hoy día, que es esta causa a la que he dedicado mi vida estos últimos seis años por completo, evidentemente que se hacía difícil sostenerse estar en ese espacio. Esa es la preocupación que empezó a surgir desde algunos territorios y compañeros militantes, pero evidentemente yo dije que ni siquiera voy a hablar de este tema: hagamos el proceso como tenemos que hacerlo. Ahora, probablemente si el resultado de este proceso hubiera sido negativo, en el sentido de que la postura oficial de RD hubiera sido en contra del autocultivo medicinal, a mí se me habría hecho difícil mantener la coherencia estando en ese espacio.

La destitución del Fiscal Nacional, Jorge Abbott, también fue un tema conflictivo al interior del partido. ¿Cómo viste ese proceso?
-Yo lo veo como desafíos a mecánicas de deliberación democrática que tenemos que ir mejorando y profundizando en la interna de nuestro partido. De alguna manera la molestia que pudo haber en muchos militantes en relación al tema Abbott, fue que la postura del partido no había sido sometida a ningún espacio de discusión y de alguna forma, creo que es interesante que se genere esta disputa. Yo fui parte de las que firmó la carta en que no estábamos de acuerdo con la mirada de nuestros parlamentarios. Y me parece correcto porque enriquece, da vida y músculo real al ejercicio de la divergencia de opiniones dentro de un partido que debe siempre existir. Yo no creo que haya que poner paños fríos y siempre mostrar que estamos de acuerdo en todo. Probablemente, la forma de dirimir esto internamente y salir públicamente no fue la mejor, porque de alguna manera muchos no nos sentimos consultados en este tema, que era un tema importante.

Hoy día lo que sí podemos decir es que hay una demanda importante desde las bases de participar en la toma de decisiones, en las miradas, en la discusión y esto nos muestra la necesidad de seguir profundizando esos espacios de deliberación colectiva y que a veces pueden ser autónomos de la decisiones parlamentarias.

Creo que hubiera sido más grave para RD que se hubiera instalado esa única mirada que se oponía a la iniciativa y que no se hubiera transparentado que había una parte importante de la militancia que tenía otra visión, creo que la diversidad de visiones enriquece y está dentro del diálogo democrático y la forma de dirimir las miradas democráticamente. Si ese proceso no se hace son válidas ambas opiniones, así lo veo yo. Y creo que el hecho que existiera esa carta otorgó credibilidad a parte importante de militancia, porque reflejaban un sentir que, más allá de los que firmaron, era generalizado. Yo no le tengo miedo a la divergencia de miradas.

¿Tú crees que esconder las cosas bajo la alfombra o esto mismo que dices de aparecer como que todos están de acuerdo es una práctica generalizada dentro de RD?
-No, yo diría que más bien no tiene que ver solamente con RD, sino que es una práctica política. Justamente el desafío es ir rompiendo estas prácticas políticas. Partidos nuevos como RD tienen la misión de ir revisándose internamente, ir mejorando y haciendo la diferencia de aquello que criticamos para no irnos pareciendo a ser más de lo mismo.

Renunció Jean Flores Quintana a la militancia de RD y lo dio a conocer a través de THC. ¿Cómo ves la críticas que realiza Flores en donde cuestiona que el partido se está acercando a las prácticas de la Nueva Mayoría?
– Leo la carta, la respeto profundamente, entiendo desde donde surge toda esa reflexión y lo que no comparto es que el tema se cierre. Yo creo que efectivamente puede que en algunos momentos, en algunas situaciones puntuales, efectivamente en este nuevo ejercicio de aprender a ser un conglomerado político como el Frente Amplio y un partido nuevo como Revolución Democrática, es evidente que a veces se puede incurrir en algo que puede ser como casi ‘una forma incorporada de hacer las cosas’. Entonces entiendo la carta y respeto profundamente lo que dice pero no comparto el momento en el que estamos. Yo creo que estamos en un momento en el que justamente hay que hacerse cargo de estos problemas y no zanjarlos. No es que la cosa sea así y somos un partido que adquiere prácticas de la vieja política. No. Se puede resolver democratizando más el partido y todos los espacios dentro de RD, y que efectivamente seamos todos los que podamos participar en la definiciones que involucran al partido. Entonces yo no soy tan lapidaria en absoluto como lo es el compañero, respeto su decisión absolutamente, porque creo que hay mucho espacio adentro para justamente re educarnos como partido político nuevo y en la práctica ir respondiendo que es lo que nos parece coherente con nosotros y que no, y cada vez que veamos que hay algo que no nos parece coherente, tener la libertad como militantes de también hacerlo saber y poder plasmarlo. Estoy dispuesta a disputar esos espacios, a estar ahí, a estar en la discusión. Yo creo que RD tiene un rol muy importante que cumplir dentro del FA, sobre todo si logramos profundizar nuestros canales de participación y de escuchar e incluir a la militancia realmente en la toma de decisiones. Creo que en RD, porque así lo estoy viviendo, estamos teniendo el espacio para justamente transformar eso e ir construyendo una nueva manera de hacer política. Pero eso siempre va de la mano con profundizar la participación de todos los espacios basales. Si no es muy fácil ir cayendo en este vicio de la vieja política.

En ese sentido, ¿cómo evalúas la gestión que está haciendo la directiva de RD?
Nuevamente, creo que son periodos de ajustes, periodos de aprender a ser un partido grande. Hoy día somos el segundo partido más grande de Chile, y creo que es un aprendizaje, somos un partido muy nuevo, entonces en ese sentido yo valoro los esfuerzos que hace toda la dirigencia por ir abarcando este desafío en todas sus dimensiones y evidentemente va a haber cosas con las que estoy de acuerdo y  otras con las que no, pero yo creo que es parte del proceso. Tampoco no es ningún misterio que muchas de las acciones que han habido el último tiempo han puesto en jaque al partido y han hecho que muchos militantes sientan dudas razonables, como el compañero que renunció. Pero yo sigo insistiendo que al menos desde esta dirigencia, y eso si que lo valoro, está el espacio para seguir abriendo los canales de participación. Si eso estuviera cerrado y si en realidad estuviéramos frente a un ejercicio demasiado hegemónico, yo podría ser mucho más crítica. Pero no, yo valoro el esfuerzo que hicieron en este proceso en particular(marihuana para uso medicinal), que era complejo porque de alguna forma estaba la disidencia entre la comisión de salud que es importante dentro de un partido y este espacio en formación que tiene una gran representatividad basal. Aquí el rol del presidente del partido fue clarísimo y sí tomó un rol de dirigencia que correspondía. Rodrigo Echecopar fue muy claro y de hecho, él marchó con nosotros en la última marcha Cultiva Tus Derechos. Ejerció correctamente el liderazgo para poder dirimir de manera correcta esta situación y no dejar, como probablemente hubiera ocurrido en los viejos tiempos o en otros partidos, que una comisión, por ser comisión de salud, sin procesos de deliberación, pudiera imponer su postura al resto del partido. Eso reflejaría una vieja práctica política. Si la dirigencia del partido hubiera dejado pasar algo así, yo habría sido muy crítica de eso pero al contrario, yo creo que particularmente en este tema, se condujeron con total corrección, abriendo este espacio como correspondía.

Más allá de las críticas, es la apertura a seguir transformándonos como partido, profundizando nuestras prácticas democráticas e involucrándonos cada vez más con el trabajo territorial es el que a mi me da luces de que es posible ir en una buena dirección en la conducción del partido.

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