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LA CALLE

29 de Noviembre de 2010

Lector denuncia cinturones de seguridad sellados en Turbus

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Por Ignacio Palma

Soy de Temuco, y por motivos laborales, he estado viajando todos los jueves en la noche de este año hasta Santiago a través de distintas líneas de buses. Pero el viaje que realicé el 25 de noviembre pasado a través de Tur Bus me pareció increíblemente malo. Había comprado hace unas tres semanas atrás el pasaje en Tur Bus, con horario de salida para las 22:55 horas desde el Rodoviario de Temuco. Subo al bus, voy hasta mi asiento (el 32) y veo que su cinturón de seguridad -como nunca- está a la vista. Intento abrirlo pero no puedo -incluso con ayuda de la persona que iría junto a mí-. Cuando aún no parte la máquina, me bajo y aviso al auxiliar sobre mi percance. Me dice que iría luego arriba a solucionarlo. Luego, pasa por el pasillo, le digo nuevamente, y me dice que espere y se dirige hacia la cabina. Tras ello, el bus comienza a retirarse del rodoviario y todavía me siento inseguro y extrañado por la actitud del auxiliar. Por lo tanto, me dirijo personalme! nte hasta la cabina; ahí está el auxiliar, el conductor y otro chofer que supongo iba a turnarse más tarde. Le pregunto en la cara del auxiliar qué ocurre finalmente con mi cinturón y recién ahí me dice que “está sellado”. A los tres les exijo que me cambien de bus en algún próximo terminal, pero me dicen que es imposible, que va directo. La única respuesta que me dan, especialmente el chofer secundario, es que me baje en la esquina donde estábamos (a unas cuadras del terminal) y que me las arreglara como pudiera para ir a Santiago. Les pregunto cómo es posible que tengan ese defecto y esa respuesta, especialmente en la peor semana que han tenido en años, y el mismo chofer secundario me responde simple y acaloradamente -como si se tratara de que lo estuviera ofendiendo personalmente, pero en realidad exigía un servicio básico de usuario de bus- “¿y por qué compraste pasaje aquí entonces? ¿ah?”. Lógicamente, le respondí que había reservado el pasaje h! ace unas tres semanas, mucho antes del fatal accidente en El M! onte.
Al no obtener respuesta satisfactoria, me vi en la ingrata solución de reclinar el asiento, y, con el cinturón sellado, tratar de entrar. Afortundamente, pude entrar haciendo casi malabares, con cinturón sellado y todo. Pero incluso estando así me dio más inseguridad que seguridad. Como ya es sabido, los accidentes de carretera son únicos y variables, pero sí asimilables. Tal es el caso de la tragedia que ocurrió en el río Tinguiririca. ¿Qué me hubiese ocurrido en el caso de un accidente como ése y con el cinturón absolutamente sellado? Se los dejo a su imaginación.
Pero lo que más rabia me da es que, tras un accidente como el de la Carretera del Sol, esta línea de buses aún no ha aprendido la lección. Ni siquiera en problemas tan básicos como que el cinturón esté sellado y que su personal de servicio sea tan malo para atender esta urgencia.
Por eso, grabé dos videos: uno donde demuestro cómo lograría salir de ese asiento, y en el otro grabo al chofer que me respondió acaloradamente (y que incluso me increpa cuando lo grabo), al auxiliar y la patente del bus: YC 92 89.
¡Exijo algún tipo de indemnización ante este malestar de manera inmediata!

Video de la denuncia:

Otros videos denunciando a Turbus:

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