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Opinión

24 de Mayo de 2011

¿Hidroaysén sin ruedas?

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Aprobar un proyecto hidroeléctrico sin su tendido, sin las torres que llevarán su energía, es como darle un permiso de circulación a un automóvil sin ruedas. Se dice que eso es parte de otra discusión que viene. Alguien, en su sano juicio, esté a favor o en contra de Hidroaysén ¿cree que el coche se quedará sin ruedas? ¿que autorizado el embalse se quedará sin tendido?

Lo anterior es una argucia que ofende la inteligencia de 18 millones de habitantes. Un absurdo que refleja nuestra pobre institucionalidad en materia ambiental. El gobierno repite como mantra que se debe respetar el marco vigente, pero en el día crucial de la votación, el Ministro del Interior se declara a favor del proyecto pocas horas antes de que los Seremis hagan gala de su voto independiente. Eso es intervención, tenga el gobierno el color que tenga.

¿Habría sido distinto el resultado con la concertación en el poder?

La incompetencia de la institucionalidad actual se refleja en varias irregularidades en lo que va del año. Otro mega proyecto, la termoeléctrica Castilla, fue aprobado durante las vacaciones de verano por un Seremi de salud que cambió de parecer y para quien la quema de carbón dejó de ser contaminante y pasó a ser molesta aunque todo su equipo técnico señalaba lo contrario… y ahora esto, Hidroaysén, con la renuncia del director del Servicio de Evaluación Ambiental y la inhabilitación de otros 3 funcionarios más. Eso no es normal. Por más felices que haya dejado a los ambientalistas, y me incluyo, el hecho de que Barrancones haya sido abortado por un llamado telefónico del Presidente, aquello tampoco es normal.

El corazoncito ecológico no es lo único relevante en la discusión. El actual es un sistema que paradójicamente rechazan inversionistas y defensores del medioambiente por lo engorroso, lo poco independiente y su falta de credibilidad. Obra el capricho y la improvisación. Hidroaysén se ha quedado sin ruedas, pero nuestra política de energía, que requiere miles de megas más, aún no tiene volante. El coche no tiene dirección.

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