Opinión
14 de Noviembre de 2011María Angélica Cristi: “Que a un carabinero le saquen su gorra… es como si a uno lo desnudaran”
Ha sido la diputada que con más fuerza ha defendido a Carabineros en estos seis meses de protestas. Nunca, asegura, había visto tanta violencia como hoy. Maqueca es hija del general Óscar Cristi, el primer deportista chileno en ganar dos medallas olímpicas. Tanta defensa a Carabineros ha tenido sus costos. Todos los días le llegan e-mail de detractores, donde la empapelan a chuchadas. Los insultos son tan groseros que le da vergüenza mostrarlos. “Ojalá me dijeran momia. Facha, momia y vieja de… Son grandes piropos para mí”, dice.
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Desde el auto que traslada a la diputada UDI María Angélica Cristi, su chofer baja tres gigantografías de su cara. Son de esas ‘palomas’ que ocupó en la campaña parlamentaria del 2009, cuando salió electa con el 33% de los votos por el distrito 24, en las comunas de La Reina y Peñalolén. -Esta sede no tiene ninguna campaña política, por eso las trajimos –dice apenas entra por la puerta.
La sede está ubicada en la calle Océano Pacífico Sur, en Peñalolén. Es una casa color azul ‘paquete de vela’, que -salvo por un pequeño letrero que lleva el nombre de la diputada- pasaría piola como otra casa más del barrio. Allí, Maqueca realizará en la tarde un tecito con señoras de la comuna, personas que han participado en su campaña, a quienes expondrá cómo ve las cosas que están pasando en el país.
Para eso son las pancartas, para darle un sentido político a la reunión. En una de ellas, eso sí, María Angélica Cristi aparece con un diente rayado, como si le faltara un choclero. Se ve divertida, pero inmediatamente se da cuenta, manda a sacarla. La talla, típica de campaña, no es nada comparado con los insultos que ha recibido en el último tiempo por defender a Carabineros, tanto en las marchas estudiantiles como en el desalojo del Congreso. En su porta documentos carga un fajo de hojas impresas con e-mail que le han llegado a su casilla de la Cámara. Los muestra en una rápida hojeada y varios de ellos están subrayados, lo que demuestra que lo que allí está escrito le preocupa.
¿Qué le dicen en los correos?
Depende. Si voy a la marcha de la Iglesia Católica, me acusan de homofóbica. Si digo algo a favor de un carabinero saltan los garabatos. Si digo que estoy aburrida de tanta violencia saltan los garabatos. Nunca he visto e-mail tan groseros como los que me llegan. Son tan groseros que me da vergüenza mostrarlos. En mi twitter están los encapuchados que en vez de tirar piedras tiran insultos en el anonimato. Incluso tratan de quitarme el piso diciéndome que no tengo moral para hablar porque mi hijo estuvo preso. Pero la gente no sabe que en esa causa él salió libre.
¿Le dicen momia?
Ojalá me dijeran momia. Facha, momia y vieja de… Son grandes piropos para mí.
¿Por qué cree usted que le faltan el respeto?
Generacionalmente hubo mucha desatención a los jóvenes. Probablemente los padres de estos niños también fueron víctimas de épocas en que no se les dio atención. Yo conozco esta comuna y uno ve a los jóvenes –chiquillos grandes, macizos, buenos mozos, musculosos- parados en las esquinas sin hacer nada. La familia también ha cambiado, ha perdido fuerza. Antes la familia luchaba, salía adelante, se mantenía unida. Hoy, cualquier desacuerdo y la familia se desarma.
¿Es una juventud con resentimiento?
Los resentimientos se los van creando. O sea, un niño que está realizado, que va al colegio, estudia, tiene buena pega, que siente que ayuda a su familia, es un niño que no va a tener problemas. Hay miles de gente humilde que sus hijos salen adelante. Cada día, cuando salgo a la calle, y ponte tú voy a un banco, me encuentro con un chiquillo que me dice: ‘hola diputada, yo soy de Peñalolén’. Impecable, salió adelante, tiró pa’ arriba. Lo mismo en la Clínica Alemana, que hay enfermeros o paramédicos. Tú eso lo puedes ver. Normalmente se habla de pobreza, pero en estadística, y es súper distinto ver cómo las familias cambian, crecen, o también se derrumban. Verlas con los ojos, que los conociste, los padres, la casa, cómo salieron adelante. Por eso lo más importante es pelear porque haya más oportunidades. Y eso va de la mano con la educación, pero no sólo la universitaria, también la técnico profesional.
¿Cómo ve el movimiento estudiantil?
Todo el mundo dice que el movimiento ha estado súper bien, súper justo, súper apuntado, pero hay que distinguir. Primero que nada hay que recordar que efectivamente hace muchos años que se viene reclamando por la calidad de la educación. De hecho en el gobierno de la presidenta Bachelet se creó esta comisión de expertos que sacaron una resolución espectacular, pero que nunca se aplicó. Incluso Brunet, no sé cómo se llama este experto…
José Joaquín Brünner.
Claro, hizo un tremendo papel, un tremendo reportaje, no sé por qué nunca lo nombraron ministro de Educación en los gobiernos anteriores… Por lo tanto, no era ninguna novedad que, como país, todos los índices indicaban que estábamos atrás. De hecho, con la entrada de este gobierno, primero partimos con el terremoto y la reparación rápida de los colegios para poder adaptarse… el ministro Lavín fue el primero que señaló la mala calidad de la educación, incluso hizo un mapa en que comuna por comuna fue poniendo puntos rojos, amarillos y verdes a los colegios de acuerdo al Simce. Entonces, no hay ninguna novedad en que este movimiento estudiantil diga que hay que hacer una reforma a la educación. Ahora, evidentemente, no estoy de acuerdo en la forma, menos si va de la mano con la violencia. Creo que ya se sobrepasó el momento de seguir en toma, de seguir en paro, de seguir destruyendo colegios, además pasando a llevar a muchas personas que querían terminar su año… estos movimientos van a traer muchos perjuicios colaterales, hay colegios subvencionados que han sido tomados, que han sido atacados, las municipalidades van a entrar en una situación de pago tremenda con los profesores, la cantidad de colegios destruidos que hay… un movimiento que podría haberse vanagloriado el día de mañana, al final ha ido retrasando la posibilidad de hacer este cambio.
¿En algún momento encontró positivas las movilizaciones?
En algún momento, cuando se hizo esa marcha un día domingo con los papás, con los niños, con los profesores…
¿Y qué cree que le pasó a ese movimiento que se transformó en esto que le molesta tanto?
Se fueron entusiasmando con el protagonismo. No me entra que ellos puedan creer -tendrían que ser muy ilusos y supongo que son inteligentes- que en un año se puede hacer todo. Ellos le echan la culpa al gobierno, que le dice que no a esto, que no a lo otro… que además sean estos jóvenes los que vengan a plantear cómo debe ser el Chile del futuro, y no solamente en materia de educación, sino que en materia tributaria, del cobre… vienen a pautear el programa de un gobierno de Chile, me parece que extralimitan su responsabilidad. Pero creo que en un principio lo hicieron bien, cuando no había violencia asociada, porque estos actos violentistas siempre van asociados a cualquier manifestación, desde el fútbol, con los pingüinos, HidroAysén, cualquier cosa. Todas las marchas terminan con violencia y eso no puede ser. Tampoco fue grato ver a la gente que ha estado creando problemas en el Congreso, esa gente no ha estado encapuchada, pero sí protegida por los diputados de izquierda. Acá han pasado muchas cosas que son inéditas, hay un grado de violencia jamás visto antes.
COMUNISTAS ACTIVISTAS
¿Qué cosas le parecen tan inéditas?
Todos los accidentes que han habido en el Congreso, la violencia, las ofensas, la falta de respeto a las instituciones, a las leyes… Muchas personas dicen que esto nos retrotrae a los años 70, cuando hubo mucha violencia, pero esto es mucho peor.
¡¿Peor que en la década del 70?!
Yo viví afuera en ese tiempo, pero lo que recuerdo de antes de que me fuera es que nunca vi las agresiones a la autoridad tan fuerte como ahora. De hecho, muchas personas que estudiaron en esos años dicen que la violencia con la que ahora se ataca a carabineros es realmente inédita. El otro día, las gorras volaban por el Congreso, eso ya es un grado de indignidad… que a un carabinero le saquen su gorra, que es como su signo de pertenencia a la institución por la que está arriesgando la vida, es como si a uno lo desnudaran. Así de indigno. En la comuna llevamos varios carabineros heridos y acá siempre ha habido violencia, pero nunca me había tocado algo como esto.A un carabinero le quebraron las piernas…
¿Le asusta que la violencia llegue al Congreso? ¿Tiene miedo de toparse con estos grupos?
Me da pena, pero esto da pábulo para que realmente nos preocupemos de la seguridad del Congreso. Menos mal que yo estaba fuera de Chile cuando pasó eso, porque capaz que me hubiese ido a las tribunas y me hubiesen sacado la mugre.
Usted no se queda chica…
No, yo soy súper controlada.
Pero usted se enfrentó a la secretaria del diputado Hugo Gutiérrez.
Yo no me enfrenté con ninguna secretaria.
Usted se enfrentó cuando protegieron en el Congreso a un carabinero que estaba infiltrado en la marcha.
Yo no me he enfrentado, sólo le pregunté que por qué perseguía al carabinero, y le dije que era una activista que trabajaba en el Congreso. Y era una activista. Tenía toda la razón. Eso fue todo, pero bastó que lo dijera para que me acusaran de amenazas. Me invitaron a contar lo que había pasado a la Comisión de Ética, y nunca negué lo que le dije, porque además es verdad. Ella es una activista. Si incluso su propio jefe me lo reconoció.
¿Qué es ser activista?
Es el que crea desórdenes… una funcionaria tiene que estar en el Congreso trabajando, no tiene que estar persiguiendo carabineros. Es que en el Congreso nosotros tenemos que comportarnos acorde con nuestras funciones. No podemos usar el Congreso para actividades proselitistas, ni menos para atacar a carabineros. ¿Cuándo en la historia se había visto a diputados atacando a los carabineros? Nunca, ni siquiera en los tiempos de la UP.
¿Usted también estuvo cuando se desplegó la bandera y el diputado Enrique Estay forcejeó con otra secretaria del Partido Comunista?
Es que no fue un forcejeo. Yo estaba allí porque es mi piso, nos tomaron el piso… bueno, en realidad es el comedor, pero estamos al lado y nos encerraron y no podíamos salir. Yo fui con el diputado Estay y miré lo que pasaba. ¿Cuándo se había visto que 60 personas en las terrazas estuvieran gritando consignas y estimularan a los jóvenes de abajo para que hicieran desórdenes? Gritaban cosas: ‘¡se va a acabar, se va a acabar, la educación de Pinochet!’ Y todo con el pobre Pinochet, que está muerto hace seis años y esta gente lo mantiene vivo de por vida. Al diputado Estay le dio mucha desesperación y fue a una puerta y trató de sacar la bandera, después fue a la otra, donde estaba la niña, pero nunca la tocó. Es como si tú tomaras la mochila de un lado y yo del otro. Y alguien dijo: “la fulana está embarazada”. Y ahí el diputado salió. Que lo acusen de haberle provocado el aborto es insólito. Eso sí, siento mucho que la niña haya perdido la guagua y sería súper bueno que tenga la posibilidad de tener otro hijo.
¿Ha sido difícil la relación con los parlamentarios comunistas?
Mira, ellos tienen una cara de buenos, Tellier habla suave, Carmona también, en sala no hemos tenido grandes conflictos… Si uno habla con ellos son muy caballeros, pero yo no sé cuán imbuidos están en lo que pasa. De hecho, no sé, los he visto en las marchas, una vez vi a uno que estaba en un podio. De acuerdo a la Constitución eso es causa de inhabilitación.
¿Usted cree que hay protección de parlamentarios en todos los desórdenes que se han producido en el Congreso y en el ex Congreso?
Ellos tienen gente que están trabajando por ellos…
¿Los comunistas, dice usted?
No lo hacen ellos, pero su gente está en eso. Alguien protegió a las personas que entraron al Congreso en Valparaíso. Los diputados han interferido en la acción de la policía. En la comisión de Derechos Humanos sí ha sido complicado el trato, porque no puede ser que una comisión se preste para escuchar a cualquier persona que viene a degradar a un general director de Carabineros, como cuando fue lo de las escuchas telefónicas. Ese carabinero que declaró había estado en inteligencia, y no sé po’ a lo mejor estaría enojado con Carabineros. Además, fue un abogado que defiende a los carabineros que han tenido problemas, y ha habido muchos problemas… toda la gente con problemas. Otros entran engañados, porque dicen que van a recibir a una gente que va a hacer una denuncia de la CUT y resulta que son cuatro personas que lo único que hacen es denostar a Carabineros. Han citado al general director… todo el año ha habido situaciones en las cuales se ha tratado de debilitar la acción de la policía.
¿Y eso es culpa de los comunistas?
Es que ellos están en la comisión de Derechos Humanos… esta cuestión puede llegar a mayores, porque el día de mañana nos pueden tomar el Congreso. ¿Puede haber peligro para la seguridad de los parlamentarios? Claro que sí. Ahora hay otra situación que hay que considerar, porque Carabineros está allí para cuidarnos. Entonces, que los parlamentarios los agredan… Así estamos legislando, con una violencia y una virulencia encima que no tiene sentido intervenir, porque en el momento en que abro la boca ya no se escucha nada… yo nunca había visto esto en todos estos años, ni en el año uno. Nunca en mis 22 años de diputada he visto lo que he visto ahora. Nunca fue así, nunca, nunca, nunca, nunca…
¿Dónde puede terminar esto?
El tema pasa porque cada uno asuma su responsabilidad velando por el bien común y no por la destrucción del país. Esto depende absolutamente de los políticos. Por eso es que los políticos hoy somos lo último para la ciudadanía, porque la gente nuestra piensa que no hacemos nada. Todos los días me llegan 500 correos diciéndome: ‘ustedes, que no hacen nada, que están callados, hagan algo, esto no puede ser, vamos a volver a los tiempos de la UP’.
MANO DURA
¿Usted cree que falta más mano dura?
Falta más generosidad, más solidaridad, más amor al país, menos ambiciones personales.
Pero hoy no hay diálogo entre el gobierno y los estudiantes. Además el conflicto se está radicalizando.
Pero la prensa no dice eso, anda siempre encima de los carabineros buscando dónde pillan al carabinero cometiendo uso indebido de la fuerza.
¿A usted no le parece que eso ocurre?
Bueno, entre tanta cosa puede que un carabinero en un minuto se preste para una situación que… es que ellos también tienen que entender cómo son agredidos los carabineros. ¿Sabes lo que me da mucho susto? Es que las agresiones a la policía se empiecen a tomar como normales. Si ellos también son personas, tienen familias, tienen un sueldo ínfimo, trabajan 24 horas al día, están ahí para defendernos y cuidar a la ciudadanía, y no son tratados como seres humanos. Para ellos no existen los derechos humanos. Sus familias sufren. Cuando salen, sus mujeres y sus hijos se quedan aterrados, porque no saben en qué estado va a volver el papá. Hay carabineros que han sido heridos cinco veces. Ayer uno me decía: ‘yo he recibido balazos, golpes, pero nunca pensé que con una piedra me iban a quebrar una pierna’. Imagínate cómo puede doler la canilla, uno se pega un poquito y cómo duele.
¿Y qué se puede hacer? ¿Imagino que usted no es partidaria de que los militares salgan a la calle?
A ver, el ministro de Justicia fue muy criticado por sus comentarios sobre los jueces de garantía, pero lo que la ciudadanía no entiende es que la justicia tiene un gran rol acá. No se entiende cómo los detenidos no quedan presos. Hay otros casos donde las personas caen detenidas por nada y quedan presas al tiro. Te voy a contar una anécdota. Anoche una señora amiga mía fue al supermercado y compró una fruta, una verdura. Se la pesaron y le cerraron la bolsa. Después, se le ocurrió comprar más y no encontró nada mejor que abrir la bolsa y echarle más. Se le olvido ir a pesarlas de nuevo, pasó por la caja y se la llevaron detenida. Pasó anoche a la cárcel de mujeres y hoy estaba en tribunales. Claro, la cámara la muestra abriendo la bolsa y echándole más fruta, pero fue porque encontró que era poco. A mí me podría haber pasado, pensando en 500 cosas, volada, cansada, tarde… ¿Te das cuenta tú de la desproporción? La gente no entiende que con toda esta violencia estos niños queden libres.
PINOCHETISTA
¿Por qué a usted le molesta el matrimonio homosexual?
¿Quién te dijo que me molestaba? Yo estoy en desacuerdo. No lo concibo, porque el matrimonio es entre un hombre y una mujer. Un niño tiene que tener un papá y una mamá. Un hombre no puede ser mamá, y una mamá no puede ser papá… aunque muchas veces las mamás son mamá y papá. Bueno, puede ser mamá y papá, pero no puede ser una mamá papá, y otra mamá mamá. O sea, la pareja mamá y la otra pareja papá. Sí conozco muchas personas homosexuales y no tengo nada en contra de ellos. Por mucho que me digan que soy homofóbica, creo que hay muchas personas muy inteligentes, incluso conozco muchos que son homosexuales y no están de acuerdo con el matrimonio homosexual. Me lo han dicho.
Pero hay otros que están de acuerdo.
Ah, bueno. Eso es cosa de cada uno. Yo me guío por la naturaleza humana, por lo que está establecido por siglos y siglos.
¿Usted es pinochetista?
¿Qué significa ser pinochetista?
Seguir la figura de Pinochet. ¿Qué significa él para usted?
La figura del general Pinochet es un gobierno, que en un momento muy difícil de la historia, logró evitar que este país cayera en la decadencia en la que se hubiera convertido en una Cuba. Como todos los gobiernos, puede haber tenido fortalezas y debilidades, algunas de las cuales nos han enrostrado por más de 40 años. Hubiera sido ideal que el gobierno militar dejara el país ordenado, sin violencia, con desarrollo económico y sin violaciones a los derechos humanos, pero eso desgraciadamente no se da en ninguna parte del mundo. Enfrentar el terrorismo, desgraciadamente, tiene consecuencias muy fatales. Por eso tenemos que evitar el terrorismo y la violencia a como dé lugar.
La violencia trae violencia.
En su sector, varios actuales ministros eran muy cercanos a Pinochet y de un minuto a otro dio mala fama serlo. ¿Están arrepentidos?
Dos cosas. La primera, es que no pueden inculpar al general Pinochet por todas las violaciones a los derechos humanos, eso es clarito. Lo segundo, es que yo creo que lo que afectó a mucha gente fue cuando se acusó al general de fondos mal habidos. No puedo decir que eso haya sido más grave que lo otro. Aunque nos digan que tenemos las manos manchadas con sangre, hay muchas cosas que nosotros nunca supimos.
Cuesta creerlo.
Cuesta creerlo, pero gente que trabajaba al lado del general Pinochet no lo sabía. Pero también lo de las platas fue… sobre todo nosotros que reclamábamos tanto por la corrupción y que nuestro mentor prácticamente… claro que hasta el día de hoy no ha habido cargos. De hecho se cerró el caso sin ningún cargo, no se pudo imputarle corrupción al general.
Usted habla de su mentor. ¿Se le ha caído en algo la imagen?
Es súper estimulante que no se le haya comprobado la corrupción, porque sinceramente hubiera sido una pena. Alguien dijo que era como los papás, que uno los quiere en las buenas y en las malas, pero no es que le gusten, no es que por eso una aplauda un hecho. Para mí es súper gratificante que el juicio haya terminado en nada, pese a todo lo que le ha pasado a la familia, que le hayan embargado los bienes, que la señora Lucía ni siquiera tenía plata para pagar las contribuciones.
¿Usted se comunica con ellos?
Poco, nunca fui amiga familiar, pero tampoco los voy a negar. No hay nada más deleznable que negar su pasado. Yo fui alcaldesa designada a mucha honra por el general Pinochet, aunque a algunos les guste y a otros no.
Pero parece que a muchos les da vergüenza haber sido pinochetista.
Es cosa de cada uno… es que francamente esto no es tema. Pinochet es tema pa’ la izquierda, porque es el único tema que tienen.
¿Ese cuadro de Pinochet que tiene en la pared es suyo, me imagino?
Sí, tenía uno con dedicatoria, pero no sé qué se hizo. En la Fundación 11 de septiembre me dieron una medalla recordatoria y de agradecimiento por el apoyo a las Fuerzas Armadas. Fue el 10 de septiembre, hice un discurso, la gente es cariñosa y ha sufrido tanto. Para ellos también ha sido ingrato y los han castigado demasiado. Así que el día de mañana no vengan a golpear las puertas de los cuarteles de nuevo, porque fueron los chilenos los que lo pidieron, y no los militares los que salieron a la calle por su gusto.
¿El gobierno ha sido ingrato con los militares?
Debemos trabajar como país en un camino hacia la reconciliación. 40 años después seguimos en la misma… ¿Hasta cuándo? Eso le renta a un sector político y no a todos los chilenos, que no están ni ahí.