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Teatro

30 de Abril de 2024

Natalia Valdebenito vuelve a vestirse de Lucía Hiriart: “La tengo que encarnar con dignidad, la tengo que defender, no me burlo de ella”

Patricio Melo

La actriz y comediante retomará su rol como la esposa de Augusto Pinochet en la obra "El asilo contra la opresión", montaje cargado de humor negro que se presentará del 1 al 4 de mayo en el Teatro Nescafé de las Artes. "En esta obra la gente aprovecha de desahogarse, que parece que es algo necesario que provoca el humor negro”, dice. También habla de los costos de interpretarla: "Tengo un magíster en maltrato en redes sociales, lamentablemente. Pero me resulta a favor cuando hay que poner la cara para este tipo de cosas. Estaba preparada para lo que pudiera pasar".

Por Catalina Reid

“Yo siento que la comedia tiene que ser molestosa, tiene que mover fibra”, dice Natalia Valdebenito. La actriz y comediante asegura que esta “no funciona si es inofensiva” y que “tiene que molestar, tiene que ir un poquito más allá”. Y si la gente se molesta, “creo que habría que también pensar tal vez como comediantes en cómo nos acercamos a la gente que se siente más lejos”.

Definiciones que comparte a tan solo días de volver a encarnar un personaje que le ha valido harto “hate” en redes sociales: Lucía Hiriart. Natalia Valdebenito volverá a interpretar a la esposa del fallecido Augusto Pinochet en la obra “El asilo contra la opresión”, que tendrá cuatro funciones en el Teatro Nescafé de las Artes desde el 1 al 4 de mayo. La producción, dirigida por la dupla teatral Los Contadores Auditores –Felipe Olivares y Juan Andrés Rivera- y escrita por Alejandra Matus, presenta una ficticia amistad entre Salvador Allende (Jaime Omeñaca), Augusto Pinochet (Claudio Arredondo) y su esposa Lucía Hiriart en un hogar de ancianos cercano a Miami, durante el año 2020.

“El humor es una herramienta idónea y necesaria para enfrentar la vida. Yo creo que gracias al sentido del humor que surge en los momentos más difíciles, que es precisamente el humor negro, de pronto te salva, yo siento. A mí por lo menos la comedia me salva la vida. Siempre he creído que uno haciendo reír a otro hace feliz. Entonces, para abordar este tipo de personaje, con mayor razón”, dice Natalia Valdebenito, quien hace unas semanas atrás estrenó su nuevo show llamado “Esto es un secreto“.

Encarnando a Lucía Hiriart

En el caso de Lucía Hiriart, la actriz lo define como un personaje oscuro, “que se fue sin pagar los delitos cometidos”. Por ello, “abordarla desde el humor negro, como lo hace esta obra en particular, para mí, como actriz, es súper interesante y como persona, muy necesario”. La comediante plantea que “a la gente le faltó el haberse expresado frente a ella, o incluso haber reflexionado sobre su partida. Porque justo murió en los últimos días de campaña de Boric y Kast, entonces estaba todo como muy tenso”. Razón por la que, según ha visto, “en esta obra la gente aprovecha de desahogarse, que parece que es algo necesario que provoca el humor negro”.

Sobre la construcción de su personaje, dice que “El asilo contra la opresión” es una obra que está escrita, y que la propone de una manera, que es la mirada de Alejandra Matus. “Por otro lado, está la mirada de los directores. Entonces, como actriz lo que tengo que hacer es unir todas esas opiniones más la mía y ponerlas al servicio de estas personas que conducen el asunto. Yo hago lo que me pidieron, y eso es encarnar y hacer un ‘monstruo’ de alguna manera”, expone.

La tengo que encarnar con dignidad, la tengo que defender, no me burlo de ella. Yo tengo que encarnarla para que tú me creas, porque si yo entro en la sátira no es el tono del humor negro en este caso, entonces como que energéticamente creo que es donde más me tuve que hacer cargo para que se sintiera su presencia como si realmente habitará en algún lugar. Pero la libertad si la sentí. Me dejaron, pero yo también me dejé dirigir. Esa yo creo que es la mezcla rica de hacer teatro”, dice.

Desde tu profesión como actriz y comediante, hasta en tu rol de comunicadora, la exposición ha traído que tengas que lidiar con los comentarios de odio en redes sociales. ¿Volver a caracterizarse como Lucía Hiriart tienes costos que ha esta altura sabes sobre llevar?

-Sí. Yo estaba lista para esto. Tengo un magíster en maltrato en redes sociales, lamentablemente. Pero me resulta a favor cuando hay que poner la cara para este tipo de cosas. Estaba preparada para lo que pudiera pasar. Obviamente me llega bastante “hate” por redes a propósito de hacer el personaje. Creo que también se entiende que es un personaje, y cuando tú lo ves se entiende mucho más, porque es una obra. Estoy en el contexto, no es Natalia burlándose de la señora Lucía. Es Natalia interpretando a la señora Lucía, entonces es súper distinto.

Pero ya superé la etapa de redes sociales. Yo sé que las redes sociales no me superan a mí, pero yo si superé las redes sociales. Entonces como que me la banco, lo entiendo, y por otro lado qué gracia tendría que esto no hubiera pasado. Porque yo creo que el plan siniestro de Alejandra Matus, era precisamente ese, que llamara a la atención. Y lo mismo los Contadores; que fuera yo la que la interpretara y por ende yo la que pudiera bancarme todo aquello.

La semana pasada el humor nacional sumó un episodio en tribunales, luego de que Pablo Herrera se querellara contra el programa de Fabrizio Copano. ¿Son este tipo de acciones una muestra más de la situación actual del país, de la polarización?

-Lo que a mí me parece preocupante, y no sé si tiene que ver con la polarización, es que les parece aberrante un chiste o una imitación que viene de un programa de humor, y no les perturba el negacionismo, la falta de justicia, la impunidad, por ejemplo. Siento que es medio desequilibrado de pronto poner tanta atención en algo tan personal. Me imagino que esto más le sirvió a Pablo Herrera y sus canciones. Pero a mí me parece más escalofriante que se siente a conversar con Paty Maldonado y se rían de las desgracias ajenas, que pasen por encima de los migrantes.

Me parece que es súper más terrible que una parodia sentarse en la mesa con gente que está y estuvo de acuerdo con torturadores y con una historia de Chile triste. El tribunal ya desestimó su situación así que no tengo nada más que acotar. Pero me parece desequilibrado fijarse en eso y sentarse a la mesa con personas de dudosa moral que están a favor de la violencia en respuesta a la violencia. Eso me parece que es más dramático que un chiste, malo o bueno.

¿Hemos perdido la capacidad de reírnos de nosotros mismo en esta sociedad de bloques?

-Yo encuentro que el chileno tiene esa dualidad. Si bien es súper bueno para la talla y en el Festival de Viña todo el mundo tiene una opinión de experto, cuando los comediantes les hacen un chiste se enojan. Entonces es como el doble estándar y todas esas cosas que nos identifican un poco. Como que te gusta, pero cuando el chiste lo haces tú. No te gusta que alguien te haga un chiste a ti.

Yo creo que igual el sentido del humor se pierde con tantos problemas, como los problemas económicos que las personas puedan tener, por ejemplo. No creo que le podamos pedir a Chile tener mejor sentido del humor si hay personas que no lo están pasando bien y otras que lo están pasando demasiado bien. Me refiero a los millonarios y empresarios del país que estafan con todo lo que hacen, a diferencia de la gente común que sufre las consecuencias de cualquiera de sus actos. Y claro, vivir en un país así de desigual te quita el sentido del humor.

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