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Poder

24 de Junio de 2012

Incidente BBC: Carlos Peña trata a Piñera de mudo, falso, grupiento y a su jefa de prensa como “cancerbera”

El columnista de El Mercurio le sacó cresta y media al mandatario en su columna de este domingo. Dijo que sus argumentos eran "falsos" para tratar de explicar por qué no quiso responder a un periodista de la cadena británica sobre la autorización del evento donde se lanzó del polémico documental de Pinochet. En esa línea, escribió el académico, una vez más aparece el conflicto dentro de su sector en materia de derechos humanos. Y le recomienda: “Es de esperar que siguiendo el principio que sentó el viernes -este tipo de asuntos, dijo, deben tratarse en Chile-, no tenga problemas en referirse a él ahora, sin que ningún guardián, o guardiana, se interponga”, refirieńdose a la mujer que abrúptamente lo sacó de cámara, dejándolo como chaleco de mundo ante la opinión pública mundial. Otra Piñericosas nada más.

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En la ya tradicional columna de Carlos Peña en El Mercurio de los domingos, el Presidente Sebastián Piñera no podía faltar. Y no podía porque el incidente que protagonizó el mandatario con un periodista de la BBC en Brasil, no fue para menos. No lo fue porque al ser consultado por el evento donde se lanzó el polémico documental de Pinochet y la megazorra que quedó después, su jefa de prensa, cual censora, y de las peores, lo sacó de cámara abruptamente, imagen que recorrió el mundo y dejó a La Moneda como chaleco de mono.

Peña no escatimó en recursos lingüísticos para referirse a don Tatán. Le dijo que al llegar a Chile y referirse al mismo tema entregó argumentos “falsos”.

“Momentos antes que su encargada de prensa diera por terminada la entrevista, el Presidente -con ese tono suyo levemente maquinal y la vista fija en un punto más allá del interlocutor- habló del movimiento estudiantil. Estaba ideologizado, le dijo al periodista de la BBC, y esa era una diferencia insalvable con las ideas del gobierno. Si es verdad que los asuntos nacionales no debieran tratarse fuera de las fronteras, como dijo el viernes, ¿por qué entonces se refirió al movimiento estudiantil? Una de dos: o transgredió sus propias reglas o la explicación que dio es falsa. Obviamente es falsa”, escribió el académico.

A renglón seguido Peña ausculta el discurso político de Piñera, profundiza las ya conocidas contradicciones y tropiezos “folclóricos” (también llamadas Piñericosas), sobre los asuntos nacionales y los tradicionales pretextos de las autoridades para evadir preguntas. Y más: las explicaciones no son ciertas, escribió.

“Desde luego es absurdo que los asuntos nacionales no deban tratarse fuera de las fronteras. Se trata de un pretexto para eludir preguntas (también lo usó el Presidente Lagos), pero es falso. Si ese fuera el principio por el cual debiera guiarse el Presidente, nadie tendrá interés en entrevistarlo. ¿Por qué podría interesar a una audiencia extranjera el Presidente de Chile si no es para hablar… de Chile? Como lo muestra la entrevista abruptamente suspendida, los periodistas extranjeros solicitan escuchar al Presidente de Chile no para orientar al mundo acerca de los problemas globales, sino para hablar del país. No cabe duda. Si el Presidente -o sus asesores- sientan el principio de que los asuntos nacionales se discuten o se comentan sólo en Chile, entonces el Presidente se habrá condenado a la mudez en el exterior. ¿Podría soportarlo?
No hay caso. Ninguna de esas explicaciones son ciertas”, continuó.

Peña analizó también los “conflictos centrales del gobierno” y las “contradicciones” en materia de derechos humanos entre el gobierno y los que lo apoyan.

“Mientras el Presidente siempre ha sostenido que el respeto a los derechos humanos no se puede relativizar, la mayor parte de quienes lo apoyan se esfuerza por sostener que en determinadas circunstancias violar los derechos humanos no merece condena”, explicó.

Por eso, asegura el académico, lo que más le molestó al presidente es que ese “conflicto” se puso de manifiesto. Pero más que a Piñera, dice Peña, el asunto pareció molestarle a su jefa de prensa, la misma que lo sacó de cámara así de la nada. A ella Peña la trata rudamente, diciéndole la “”ocasional cancerbera”.

Peña le recomienda al Mandatario: “Es de esperar que siguiendo el principio que sentó el viernes -este tipo de asuntos, dijo, deben tratarse en Chile-, no tenga problemas en referirse a él ahora, sin que ningún guardián, o guardiana, se interponga”.

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