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Poder

30 de Agosto de 2012

Las dudas que dejó el contador de los Ossandón en indagatoria del SII

El contador Gabriel Tolosa llegó hasta las dependencias del Departamento de Investigación de Delitos Tributarios (Didet) del SII, el pasado 17 de abril, a prestar declaración en la indagatoria que el organismo tramita en contra del clan Ossandón Larraín por fraude impositivo. Tolosa es un hombre clave pues conoce la trama que se urdió para […]

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El contador Gabriel Tolosa llegó hasta las dependencias del Departamento de Investigación de Delitos Tributarios (Didet) del SII, el pasado 17 de abril, a prestar declaración en la indagatoria que el organismo tramita en contra del clan Ossandón Larraín por fraude impositivo. Tolosa es un hombre clave pues conoce la trama que se urdió para llevar los multimillonarios activos del fallecido Bernardo Larraín Vial hasta una sociedad constituida en Panamá y luego a una “fundación educacional” en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes con acciones al portador. Una maniobra muy frecuente en el crimen organizado internacional para lavar dinero.

El contador, aquella vez, llegó confiado en que su rol era secundario pero se equivocó. Cuando lo interrogaron entendió que sus patrones lo estaban dejando solo e intentó “bajarse del bote”. El SII buscaba conocer por qué la cesión de derechos de una sociedad a otra, avaluados en varios cientos de millones de dólares, se hizo en sólo -lea bien- 100 mil pesos.

Por eso días -el 13 de abril-, antes de que Tolosa llegara al banquillo del interrogatorio, preguntaron al abogado Rodrigo Ruiz Tagle quién había valorizado los activos. El profesional respondió: “me los puede haber dado el contador”.

Por eso, cuando Tolosa fue interrogado el 17 de abril, quedó desconcertado cuando un funcionario lo inquirió al respecto. “Yo no soy asesor tributario de la familia Ossandón, soy solamente su contador”, respondió. Los funcionarios del SII decidieron citar a Gabriel Ossandón Valdés, padre de Bernardo Ossandón Larraín, el administrador de toda la fortuna, para buscar una explicación razonable sobre el diminuto precio de la transacción. La respuesta fue escueta: “no tengo idea”, aseguró Ossandón Valdés.

La duda de los interrogadores fue en aumento debido a que Gabriel Ossandón Valdés es el que toma las decisiones económicas de la familia y a quien su hijo Bernardo Ossandón Larraín tan sólo obedecería.

Los funcionarios le preguntaron por qué la “reorganización tributaria” derivó en que cada miembro de la familia haya cedido sus derechos para que las platas se transfirieran -todas- a la sociedad panameña Real State Golden Investment (RSGI) y de ahí a las Islas Vírgenes. “Desconozco la razón del porqué comenzaron a ceder mis hijos sus acreencias a la sociedad RSGI. Seguro, Bernardo debe saber. Yo no me atrevería a dar una razón”, explicó.
Las relaciones al interior del clan no son las mejores. Hay que recordar que esta indagatoria corre de forma paralela a otra que lleva la Fiscalía Centro Norte en contra de Bernardo Ossandón Larraín por estafa y apropiación indebida, querella presentada por su hermano Manuel, quien reclama que mediante argucias societarias le quitó su parte estimada en US$ 200 millones.

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