Nacional
26 de Septiembre de 2012Ex conscriptos de la dictadura: “lo que nosotros tuvimos fue una instrucción nazi”
Los ex soldados que hicieron el Servicio Militar entre 1973 y 1990 dicen haber sido obligados a prestar servicio durante la dictadura y alegan haber sufrido torturas y violaciones cuando se rehusaban a apalear a presos políticos. Ayer cortaron carreteras en varias ciudades exigiendo que se les paguen los años de servicio e imposiciones adeudadas, un compromiso que dicen asumió el presidente una semana antes de la segunda vuelta presidencial. Y amenazan: “Si Piñera no cumple lo que firmó en Linares volveremos a cortar caminos el 10 de octubre”.
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Foto: @Toreke
No fueron encapuchados ni pobladores enchuchados. Los que ayer armaron barricadas y cortaron el tránsito en la ruta 78, la 5 Norte en las cercanías de Copiapó, la 5 Sur en el puente Cachapoal y la intersección de Américo Vespucio con Pajaritos fueron soldados, ex conscriptos que estuvieron en funciones entre 1973 y 1990 que piden una reparación y un lavado de imagen del gobierno.
Organizados a nivel país en la Asociación Nacional de Organizaciones de Ex Soldados Conscriptos 1973-1990, los ex militares se aburrieron de esperar un pronunciamiento del gobierno a sus demandas, un compromiso asumido y firmado por el propio Piñera pocos días antes de la segunda vuelta de la elección presidencial.
“Llevamos más de seis meses esperando una respuesta y no pasa nada. Tuvimos una mesa de trabajo con asesores de los ministerios de Hacienda, Trabajo e Interior después de reunirnos con el Subsecretario Ubilla, pero no sabemos en qué quedó eso. Y si no tenemos respuesta, si Piñera no cumple lo que firmó en Linares, volveremos a cortar caminos el 10 de octubre en más lugares”, dice Rubén Cornejo, presidente nacional.
Víctimas
Cornejo, quien además es presidente de la agrupación de ex concriptos de Maipú, dice que la ciudadanía no sabe por lo que pasaron ellos. Que fueron obligados, tomados a la fuerza para hacer el servicio militar en esa época y drogados antes de salir a hacer las rondas en las que detenían y apaleaban a otros chilenos durante el toque de queda. Y que si no lo hacían eran sometidos a torturas y vejámenes si se negaban a hacerlo.
“En esos momentos eras tú o el otro. Con punta de fusil y pistolas en nuestra cabeza nos obligaban a que saliéramos a la calle. Si no salíamos, el sacadero de cresta era grande. Lo que nosotros tuvimos fue una instrucción nazi. Ni siquiera sabíamos si íbamos a volver al cuartel o no. Y todo eso lo hacíamos igual como anda ahora un drogadicto que no sabe lo que hace y que después que se baja de la luna recién reacciona. Pero nosotros también somos víctimas porque fuimos utilizados por los oficiales del régimen”, dice.
Según él, han cargado toda una vida con lo que les dejó el régimen. Que recibieron una instrucción antiterrorista, bélica, con constante violencia “no como la pasiva que reciben los que están hoy en el servicio”. A él, por ejemplo, en el regimiento Esperanza de Antofagasta, lo mandaron al hospital después de patearle los testículos por tirarle su “ración de combate” a uno de los presos políticos. Y dice que no se llevó lo peor.
“El Teniente Riquelme, del cuartel número dos, regimiento Esmeralda, Antofagasta, se violó a dos muchachos que no acataron órdenes. A otro lo hicieron comerse un perro y le colgaron la cabeza del mismo perro en el cuello. A otro que le metieron un palo por el traste, con grasa. Y así hay cientos de casos”, explica.
Otros, reconoce, no aguantaban y simplemente se pegaban un tiro para no seguir. El presidente nacional de los ex conscriptos dice que hay múltiples antecedentes de torturas “y la opinión nos culpa por algo que hicimos obligados porque sabe realmente por lo que pasamos. Nosotros no manejamos tanques, no fuimos quienes bombardearon La Moneda. No éramos nosotros los que andaban disparando en las noches. Quieren esconderse detrás de los conscriptos y eso no puede ser”.
Barricadas de milicos
Por eso buscan que se les redima y se les pague todo lo que Ejército no les pagó. En su sitio web y en el diario mural de la oficina que tienen al final del Mercado Municipal de Maipú lucen una foto del momento exacto en que el entonces candidato Sebastián Piñera y el jefe de comando, Rodrigo Hinzpeter, el 11 de enero de 2010, firmaron el compromiso para su reparación.
El propio senador Hernán Larraín, quien también aparece junto al Presidente en la foto cuando firma ese documento, pidió ayer al gobierno que respetara el acuerdo y le diera una solución a los ex soldados.
De esa reparación prometida no tienen noticias desde marzo de este año, cuando terminó la mesa técnica que integraron con asesores de varios ministerios. Una instancia a la que llegaron tras nueve años pidiendo que se les escuche. En ese entonces les dijeron que sus casos, por las deudas del Ejército hacia ellos, habían prescrito apenas cinco años después que terminaron su servicio militar.
Por eso se acercaron a los senadores Larraín y Chahuán, quienes dicen son sus enlaces con el gobierno. También han ido al parlamento, donde han lidiado con la resistencia de la Concertación y el PC. Cornejo cuenta que incluso el diputado Fidel Espinoza, que fue presidente de la comisión de DD.HH., los trató de asesinos a viva voz y que después se retractó porque supo lo que realmente estaban pidiendo. “Nos tenían catalogados de la forma más penca porque no sabía la historia nuestra”, cuenta.
Ahora, su pelea es recuperar la dignidad para los más de 80 mil afiliados a nivel nacional, repartidos en 25 organizaciones. Y con ello, comenzar a revelar quienes son los verdaderos responsables, los lugares dónde se mató gente y dónde hay gente escondida. De no tener noticias para la próxima semana, habrán más barricadas. Y no cualquiera: “que no se olviden que nosotros tenemos instrucción militar y podemos hacer mucho más que una barricada para cortar el tránsito. Ya van a ver cómo son las barricadas de milicos”.
Acá el petitorio que redactaron el pasado 22 de septiembre, cuando coordinaron las manifestaciones de ayer: