Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Mundo

15 de Enero de 2013

“Yo estudié con Hugo Chávez”

Sus compañeros de colegio le decían ‘Tribilín’ porque era flaco, alto y de pies grandes. Un “llanero clásico” de Barinas, así lo recuerda Rafael Simón Jiménez, compañero suyo en el liceo Daniel Florencio O’Leary, y autor del libro Lo nunca antes contado sobre Chávez y el Chavismo.

Por

Vía Kienyke.com
Sus compañeros de colegio le decían ‘Tribilín’ porque era flaco, alto y de pies grandes. Un “llanero clásico” de Barinas, así lo recuerda Rafael Simón Jiménez, compañero suyo en el liceo Daniel Florencio O’Leary, y autor del libro Lo nunca antes contado sobre Chávez y el Chavismo.

“En realidad yo era un año mayor y conocí primero a Adán, el hermano de Hugo. Aunque todos éramos de Sabaneta y todo el mundo se conocía ahí. Mi madre había sido maestra del padre de Hugo”, dice Rafael.

Fue en 1965 cuando Rafael conoció a Hugo Chávez. En ese momento el único liceo en Barinas era el Daniel Florencio O’Leary y por eso los estudiantes que quisieran terminar el bachillerato tenían que trasladarse de todas ciudades del estado hasta allí. El papá de Chávez había enviado a su madre, la abuela de Hugo, para que cuidara a sus dos hijos en la capital de Barinas.

Rafael se hizo más cercano a Hugo que a Adán: “era un tipo fundamentalmente sociable, alegre, dicharachero, que como todo buen llanero creció escuchando mitos y leyendas, y que en algún punto no distinguía ya el mito de la realidad. Por otro lado, Adán, quien ahora es el gobernador de Barinas, es ensimismado y mediocre”, cuenta Jiménez.

Es ese estilo llanero el que, según Jiménez, representa Chávez, con sus cuentos y exageraciones que nacieron en medio de las noches en Sabaneta cuando cortaban la luz en la noche y lo único que quedaba era contar historias. “Él es un realista mágico porque no sabe dónde empieza el embuste y con los años esa característica suya tomó otro camino”, afirma su amigo de la infancia que no escatima en hablar ni de las cualidades ni de los defectos de este líder que sus conocidos nunca pensaron ver por 14 años en el poder.

Chávez nunca fue un buen alumno y solo se destacaba en el grupo de teatro. Su profesor de química afirma que nunca aprobó esa materia y que a duras penas se graduó. Tampoco pertenecía a los efervescentes movimientos estudiantiles de los años sesenta. Rafael Simón, por el contrario, era uno de los líderes del movimiento comunista en el liceo al cual jamás vio a Chávez acercarse.

“Su sueño era ser pitcher. Amaba el béisbol y su mayor ídolo en la vida era Néstor Isaías ‘Látigo’ Chávez, un lanzador zurdo, como Hugo, que murió joven en un accidente de avión. Él visitaba su tumba constantemente para prometerle que sería su reemplazo”.

Sin embargo, esta apatía política cambió de manera radical, como dice Jiménez, cuando Chávez entró a la academia militar y algunos de sus superiores le impartieron la visión de Bolívar “más como un Dios que como un libertador de carne y hueso”.

“Cuando se decidió por la política fue a despedirse de “Látigo” para decirle que su sueño ahora sería la conquista de la patria y ya no del béisbol”.

Sigue leyendo acá.

Notas relacionadas