El mito de Chávez seguirá creciendo

Por Fabio Martínez para El Tiempo

Desde que Hugo Chávez llegó al poder ha sido una figura poderosa, carismática y controvertida. Carismática para el pueblo venezolano que ve en su presidente la posibilidad de redención después de muchos años de corrupción estatal y postración económica y social. Controvertida para las élites del país y para Estados Unidos que ven en Chávez y en su Movimiento Bolivariano, el fantasma del comunismo.

La enfermedad de Chávez ha exacerbado estas contradicciones hasta el punto de que sus opositores ya lo dan por muerto y se aprestan a tomarse el poder que él ganó legítimamente en las pasadas elecciones de octubre. Pero el fantasma o, mejor aún, el mito latinoamericano continúa vivo en La Habana, y por esta razón es prematuro pensar cuál será el desenlace que vivirá en los próximos meses el pueblo venezolano.

Mientras la oposición continúe utilizando la enfermedad de Chávez para sus propios fines, el mito seguirá creciendo incluso más allá de su muerte. Lo que siempre ha estado en juego en Venezuela es un modelo económico y político que desde hace doce años se viene deslindando de la política agresiva de Estados Unidos frente a América latina.

Esto, que no lo comprende la minoría venezolana y los periodistas del continente que solo se informan a través de CNN, lo ha entendido mejor el presidente Obama que ante el temor de que Venezuela se convierta en una segunda Cuba, decidió en noviembre pasado, a través de su secretaria de Estado adjunta para América Latina, Roberta Jacobson, relanzar las relaciones rotas entre los dos países y hablar con Maduro sobre el tema del petróleo y la lucha contra las drogas y el terrorismo.

Lo que no le perdona la derecha latinoamericana a Chávez es que haya reivindicado la figura de Bolívar ¿otro de nuestros mitos¿ para crear un bloque latinoamericano unido que pueda responder a las exigencias de un mundo salvaje y globalizado. Justamente el Alba y el Mercosur hacen parte de este proyecto de autonomía y fortaleza regional, donde figuran países como Argentina, Brasil, Cuba, Ecuador y Uruguay, entre otros; y donde curiosamente no aparece Colombia.

A la derecha venezolana le será muy difícil derrotar a Chávez vivo o muerto. Si el Presidente sobrevive al cáncer, volverá al palacio de Miraflores, y el mito crecerá. Si el Presidente muere, su figura, como lo anotó el escritor William Ospina, crecerá aún más hasta convertirse, al lado del ‘Che’ Guevara, Evita Perón y Jorge Eliécer Gaitán, en uno de los grandes hitos de la historia.

Una de las condiciones de los mitos es que estos se magnifican con su muerte. Por esta razón, si el Partido Socialista Unido de Venezuela ¿PSUV¿ quiere sobrevivir ante la posible muerte de su líder, deberá encomendarse a José Gregorio Hernández y prenderle un tabaco a María Lionza para estar más allá del mito y más cerca de su pueblo.