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Opinión

15 de Mayo de 2013

Entrevista exclusiva a Arturo Fontaine, director del CEP: “No me arrepiento de haberle dado espacio a los estudiantes”

Tras despedirse de sus colaboradores, el hasta ahora director del Centro de Estudios Públicos accedió a conversar con The Clinic Online respecto de su renuncia. Asegura que no se arrepiente de haberle dado espacio a los estudiantes en la organización y afirma que siempre respaldó al destituido ministro de Educación, Harald Beyer, aunque mantiene sus críticas a la Superintendencia de Educación.

Ivonne Toro Agurto
Ivonne Toro Agurto
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Imagen: Publico.es

¿Cuáles son las razones de que usted abandone el CEP?
Hay etapas en la vida, el comité ejecutivo del CEP el día 10 me pidió que dejara la dirección del CEP y lo que se planteó en ese momento es que se iniciaba una nueva etapa y eso requería un nuevo director. Fue algo inesperado, pero no me cabe duda que quien escoja el Consejo será la persona adecuada. Pero es un momento difícil.

Ha trascendido que su cercanía con el movimiento estudiantil generó molestia en el organismo y determinó su salida.
No tengo información sobre eso, pero no siento haberme equivocado al haberles dado espacio a los estudiantes. Estoy muy orgulloso de que el CEP, no sólo ahora sino también en el pasado, haya recibido a personas de distintas tendencias, siempre he pensado que la manera de entenderse es a través de la conversación, ponerse en el lugar del otro. Lo hemos hecho ahora con los dirigentes estudiantiles y lo hemos hecho antes con personas de distintas tendencias políticas. Invitamos al CEP a Camila Vallejo, a Giorgio Jackson, pero también a Kast y Bellolio. Tenemos que estar en contacto con los jóvenes. No me arrepiento de haberle dado espacio a los estudiantes, aunque hay muchas cosas que ellos plantean que yo no comparto.

¿Por qué consideró tan relevante que expusieran más de una vez los estudiantes en el CEP?
Porque han marcado la agenda de un modo que hoy nadie puede negarlo. Soy profesor de filosofía de la Universidad de Chile, me interesan los alumnos. Este tema algún día iba a reventar y es el tipo de tema que, como los derechos humanos, cuando se enciende la alarma, se hacen impresentable. Voy a seguir cerca.

También se ha dicho que usted no hizo una defensa férrea de la gestión de Harald Beyer al cuestionar, por ejemplo, proyectos de ley como la Superintendencia de Educación.
He criticado, y sigo criticando el proyecto de la Superintendencia de Educación Superior que fue enviado antes de que Harald llegara al ministerio y él conocía esa posición. Creo que lejos de terminar con el lucro que la ley prohíbe y que existe en las universidades, lo que hace es legalizarlo. Que el canon de arrendamiento esté determinado por directores independientes que son nombrados por directores involucrados, anula esa independencia. No soluciona el problema del lucro. Con Harald tengo una profunda amistad, fue mi ayudante siendo yo un joven profesor, tengo una enorme admiración. Hemos tenido desacuerdos, pero respecto de su acusación constitucional creo que carecía de fundamento jurídico y estuve muy cerca de él en ese proceso, fui orador principal en un acto académico de homenaje antes de que se votara la acusación, y salió esto en la prensa, mi apoyo no está en duda.

Pero usted no fue, ni en esa ocasión ni antes, muy mediático.
Cada quien tiene su posición. Siempre fui partidario de que hubiera distintas voces en este equipo humano extraordinario, que no necesitan una vocería porque aquí cada cual baila su propio pañuelo. Por lo mismo creo que el director no debe tener un protagonismo excesivo.

¿Cuál es la mayor autocrítica en todos estos años de gestión?
Nos faltó mayor apertura. Tenemos un déficit en el área sindical. No logramos penetrar en ese mundo. Hemos optado por otras prioridades. Hay muchas cosas muy buenas en que aportamos: reforma de justicia, medioambiente. Ahora hemos hecho dos libros importantes: reforma tributaria y financiamiento de los partidos, para darles legitimidad, que terminen de ser una oligarquía cerrada.

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