Es el hombre de las mil caras. Ha prestado su magnetismo a personajes como Jack Sparrow o Eduardo Manostijeras. Johnny Depp, el rey de la extravagancia en Hollywood, cumple mañana 50 años con la vista puesta en “Pirates of the Caribbean” y en pleno rodaje de “Trascendence”. Depp convierte en oro todo lo que toca. […]
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Es el hombre de las mil caras. Ha prestado su magnetismo a personajes como Jack Sparrow o Eduardo Manostijeras. Johnny Depp, el rey de la extravagancia en Hollywood, cumple mañana 50 años con la vista puesta en “Pirates of the Caribbean” y en pleno rodaje de “Trascendence”.
Depp convierte en oro todo lo que toca. Pocos pueden presumir de colocar tres películas en la lista de las 16 que han superado los 1.000 millones de dólares en la taquilla mundial. Así lo hizo con “Pirates of the Caribbean: Dead Man’s Chest” (2006), “Alice in Wonderland” (2010) y “Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides” (2011).
Candidato al Óscar en tres ocasiones (“Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl”, “Finding Neverland” y “Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street”), pocos podían entrever que aquel joven de 21 años que debutó en el cine como víctima de Freddy Krueger y conoció la fama televisiva con “21 Jump Street” sería uno de los nombres fundamentales de la historia del cine.
El primer paso lo dio con “Edward Scissorhands” (1990), donde germinó una de las asociaciones más famosas de la industria junto al director Tim Burton, íntimo amigo suyo, con quien ha rodado siete cintas.
Hay quien prefiere a Depp desatado y con ese punto de locura que ofrece a personajes como Willy Wonka (“Charlie and the Chocolate Factory”-2005-) o Barnabas Collins (“Dark Shadows” -2012-), presente también en obras como “Fear and Loathing in Las Vegas” (1998) o “The Imaginarium of Doctor Parnassus” (2009).
Pero otros se decantan por la sensibilidad que expuso en “What’s Eating Gilbert Grape” (1993) o su capacidad para el drama en “Donnie Brasco” (1997) o “Public Enemies” (2009).
Sin embargo, su vida quedará para siempre marcada por el personaje del pirata Jack Sparrow, el protagonista de la franquicia “Pirates of the Caribbean”, de la que ya se ha anunciado una quinta entrega que llegará a las salas en julio de 2015, si bien aún se desconoce si surcará las aguas de nuevo con la española Penélope Cruz a bordo, como en la cuarta parte.
Las cuatro cintas de la saga, que nacieron a partir de una atracción de parque temático y con un Depp aventurero pero ligeramente amanerado, con rastas, sombra de ojos e inspirado en el guitarrista Keith Richards, recaudaron en total más de 3.700 millones de dólares en la taquilla mundial.
Su Sparrow, tan imitado en el Paseo de la Fama de Hollywood, es ya parte de la cultura popular. Ahora, en su próximo trabajo, se atreve con un icono previamente consolidado: el indio Tonto de “The Lone Ranger”, de estreno el 3 de julio en EE.UU., con quien guarda cierto paralelismo ya que el actor tiene raíces nativoamericanas.
Nacido en Kentucky en 1963, a los 15 años ya había vivido en 20 casas distintas. “Éramos como gitanos”, dijo el intérprete al programa “Inside the Actors Studio”. Sus padres se divorciaron por entonces y escogió vivir con su madre Betty Sue.
Depp tampoco ha conseguido crear un núcleo familiar sólido hasta ahora. Es padre de dos niños (Lily-Rose, de 14 años, y Jack, de 11) fruto de su relación de 13 años con Vanessa Paradis, a quien conoció en el rodaje de “The Ninth Gate” (1999) y con la que se marchó a Francia a vivir para alejarse de la atención de los focos.
La relación tocó a su fin hace un año. Previamente el actor estuvo casado dos años con la maquilladora Lori Allison.
Su larga lista de romances incluye a Jennifer Grey, Sherilyn Fenn, Winona Ryder y Kate Moss. Actualmente se le relaciona con su compañera de profesión Amber Heard.
El medio siglo que cumple Depp le llega en pleno rodaje de “Trascendence”, el estreno en la dirección de Wally Pfister, director de fotografía de la saga de Batman dirigida por Christopher Nolan, pero tal vez le dé tiempo a celebrarlo con una escapada a su isla privada en las Bahamas, Little Hall’s Pond Cay, repleta de cocoteros y con la privacidad que tanto anhela.