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Poder

14 de Junio de 2013

Camilo Escalona acusa falta de liderazgo y canibalismo político en su propio partido

A varias semanas de la crisis política que lo dejó sin repostulación al Senado, Camilo Escalona criticó a través de una columna en El Mercurio, la falta de un liderazgo que permita guiar a los partidos políticos, apuntando a la coalición opositora. Al mismo tiempo el ex presidente del PS denunció que en su propia tienda hay un canibalismo político que no permite generar propuestas a largo plazo y además disparó contra lo que llama la "farandulización" del espacio público, donde según el histórico PS, un par de opiniones en Twitter generan cambios en la agenda.

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Muy poco había hablado Camilo Escalona desde que se bajó de su candidatura senatorial por Los Lagos, y hoy eligió El Mercurio para disparar con ventilador.

El senador socialista manifestó que “desde el mismo sistema político hay un deterioro que empeora la situación, de modo especial el desdibujamiento de los proyectos políticos nacionales, que debiesen presidir la línea de conducta de los diferentes partidos, fuerzas o corrientes que se desenvuelven en el escenario nacional”.

En la misma línea dura, Escalona denunció en El Mercurio “la irrupción de un canibalismo político, en que no existen propuestas de sociedad, sino que el exclusivo afán de destruir al adversario, aún cuando este se encuentre en las filas del mismo partido u organización, es una de las manifestaciones más deplorables de una acción política mezquina, de corto plazo, del exclusivo afán individual del cacique o caudillo de turno”.

El ex timonel del PS dice el problema es que la política no se hace cargo de la desigualdad argumentando que “en el debate público se da por establecido que hay una crisis de la política; observar los ajetreos por espacios mediáticos de distintas figuras así parece confirmarlo. Para mí el dilema es más grave. Lo que vivimos hoy en Chile es un cuestionamiento profundo al grado de desigualdad reinante en el país. Por ello, el tema de fondo es la crítica a un sistema político que se percibe incapaz de hacerse cargo de ese problema”.

Luego, Escalona destaca que en esa crisis “tampoco ayuda en nada al rescate de la política el exitismo del Gobierno, su enorme autocomplacencia, su porfía en tratar de convencernos de que vivimos en una realidad que solo existe en el convencimiento de los gobernantes. En Chile, con un Estado débil, este fenómeno crítico es aún más duro, ya que a la desigualdad se agregan vergonzosos abusos de poder que distancian aún más a las personas del sistema político. En esa dirección, vamos mal”.

Después, el senador repudió que por estos días espacios como Twitter sean instrumentos para marcar agenda:

“Por otra parte, se registra un notorio debilitamiento en la consistencia que debiesen tener las diferentes corrientes de opinión para asumir y defender sus opciones de sociedad. Hoy bastan algunas opiniones aisladas ‘por Twitter’ para modificar la agenda y se promete lo que no se está en condiciones de cumplir. Se ha llegado a un punto demasiado riesgoso, se confunde la ciudadanía con populismo y el espacio público se faranduliza, lo que en los hechos excluye o posterga los temas que afectan a millones de personas, que son reemplazados por presiones de corto plazo o alcance. Con ello, las alternativas nacionales se ven empequeñecidas y se debilitan las políticas públicas, así como la eficiencia y legitimidad de la democracia”.

El parlamentario también se refirió al concepto de “la lejanía” que se acusa de algunos congresistas respecto de su distrito o circunscripción, cuestión que usaron en su contra tanto Espinoza como Quinteros el mes pasado.

“De igual forma, en el afán mediático que se ha impuesto, los propios parlamentarios actúan como si no fueran tales. Se presentan como si realizaran tareas de significación comunal, pero que no son de su condición o competencia de legisladores, lo que ha llevado a que un número significativo de buenos congresistas, aquellos que enriquecen el proceso de formación de la ley, hayan sido excluidos, porque fueron atacados sin descanso con la excusa de que estaban ‘lejos’ de la gente, argumento central de la demagogia y legitimación de las malas prácticas, las de ganar una elección recurriendo a cualquier método o instrumento”, sostuvo.

También tuvo palabras para las acusaciones de presunto cohecho que han aparecido respecto a la Ley de Pesca: “así se da la paradoja de que se pueden aprobar leyes imperfectas o claramente lesivas socialmente, con el entusiasmo de los que se autodefinen con más propiedad ‘al servicio de la gente’. Más desprestigio ocurre cuando se denuncia cohecho en el curso de la discusión de una ley decisiva, como la de Pesca, y se revela la conexión perversa entre política y dinero”.

Por último, aseguró que la medida más urgente que debe tomar el sistema político chileno para afrontar estos problemas es el fin del sistema electoral binominal.

“Por eso, me parece lo más urgente cambiar el binominal y rehacer el camino perdido, en el sentido de reinstalar el valor de la política como aquel inspirado en proyectos de sociedad, cuyo propósito no es ni puede ser otro que el interés nacional. Eso permite ver que el arte de la política no es conseguir una cuota de poder a cualquier precio, ni el enriquecimiento individual o de grupos, sino que la capacidad de conducir el Estado hacia metas nacionalmente compartidas. En otras palabras, ser capaces en esta década que vivimos de enfrentar y reducir la desigualdad en Chile”, cerró.

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