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Poder

9 de Septiembre de 2013

Iglesia chilena y los 40 años del golpe: “En el actual contexto pre-electoral, parecieran más fuertes las recriminaciones que la autocrítica”

El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, presidido por monseñor Ricardo Ezzati, expuso hoy su visión sobre la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado, hecho que calificó como “un momento doloroso de la historia chilena cuyas heridas no han terminado de cicatrizar”. “La Iglesia católica junto a otras Iglesias cristianas […]

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El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, presidido por monseñor Ricardo Ezzati, expuso hoy su visión sobre la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado, hecho que calificó como “un momento doloroso de la historia chilena cuyas heridas no han terminado de cicatrizar”.

“La Iglesia católica junto a otras Iglesias cristianas debieron asumir, en un momento en que se abandonó el diálogo razonable, un rol preponderante en la defensa de los derechos humanos y el amparo a compatriotas perseguidos. Nada justifica los atropellos a la dignidad de las personas cometidos a partir del 11 de septiembre de 1973”, reflexionaron en un documento leído por Ezzati.

“Las consecuencias de la acción militar de 1973 han sido objeto de diversos análisis. En el actual contexto pre-electoral, lamentablemente parecieran más fuertes las recriminaciones y acusaciones que la necesaria autocrítica y gestos de encuentro que el país agradece y valora”, exponen.

En la misma línea, los obispo chilenos plantearon que “verdad, justicia y reconciliación: es el camino que hemos propuesto para una vida digna y una convivencia humanizante. Más que nunca, seguimos creyendo en esta vía, a pesar de las dificultades que se le oponen”, agregando que “la reconciliación no se impone por decreto sino que brota de un corazón misericordioso. Es nuestra convicción que pequeños gestos personales e institucionales pueden ser vitales para ayudar a sanar heridas y contribuir a una verdadera reconciliación”.

“Nos duelen las lágrimas de todos estos años, como dolía a los Obispos el 13 de septiembre de 1973. Ellos pedían respeto. También lo hacemos hoy, 40 años después. Sólo desde el respeto al otro podremos construir de un modo fraterno la memoria, para desde ella poder levantar la mirada y trabajar con renovada esperanza por el porvenir de nuestra patria”, concluyen.

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