LA CALLE
24 de Octubre de 2013Brígido: Las 10 tradiciones más insólitas para celebrar a la muerte
"Algunos grupos humanos tienen formas muy peculiares de lidiar con la muerte y lo que sucede con el cuerpo después de que alguien fallece. Existen numerosos rituales, en su mayoría relacionados con la religión, que son considerados taboo por algunas personas, pero que guardan un importante significado para quienes los practican", señala la página de 10 para introducer una serie de ejemplos donde diversas culturas celebran sus ritos funerarios de una manera completamente distinta a la occidental, por ejemplo vivir con el difunto por algunos meses, bailar con él, y hasta consumir el cadáver o partes de él.
Los practicantes del Aghori, una rama del hinduismo, consumen carne cruda de los cuerpos que encuentran flotando en el Ganges, pues creen que les da poderes físicos y mentales superiores. Además, obtienen su ropa de los cadáveres y beben usando los cráneos como vaso.
La tribu Yanomamö, que habita en el Amazonas, atribuye la muerte a las acciones de chamanes y demonios, por lo que creman los cuerpos inmediatamente. Después de un año, los familiares consumen la ceniza en una sopa, para ayudar al alma a llegar al paraíso.
El entierro celestial es una costumbre tibetana en que el cuerpo del difunto es cortado en pedazos y depositado en lo alto de una montaña para ser devorado por aves de rapiña. La práctica fue prohibida durante un tiempo, pero ha vuelto a ser practicada en desde los años 80.
Los entierros zoroástricos siguen una idea similar: el cuerpo se deja a los buitres en lo alto de una “Torre del Silencio” tras ser bañado en orina de toro y visitado por sus familiares y un perro sagrado. El cadáver no debe tocarse ya que se cree que contamina lo que toca.
Las cuevas de piedra caliza en Sagada, Filipinas, son el lugar de descanso de los difuntos. Varios de ellos son colocados en ataúdes que son colgados en las pendientes. Esta práctica también se realiza en algunos lugares de China e Indonesia.
Satí es una tradición funeraria hindú en que la viuda se lanza al fuego mientras el cadáver de su esposo es cremado, de forma voluntaria u obligada por la comunidad. La práctica ha sido prohibida en varias ocasiones, pero se cree que sigue realizándose en algunos sitios.
Los funerales de la etnia Toraja de Indonesia son complejos y caros. Durante los meses en que se preparan, el cuerpo del difunto se preserva en la casa familiar hasta el día del entierro, en que se sacrifican varios búfalos y el cadáver “se levanta y camina” hasta su tumba.
Algunas tribus aborígenes australianas, colocan los cadáveres en plataformas cubiertas por ramas y colectan los líquidos producidos durante la descomposición para untar a los jóvenes y transmitirles las virtudes del difunto. Los huesos se pintan y portan por la familia.
Las mujeres y niños del pueblo Dani de Papua Nueva Guinea cortan sus propios dedos cuando alguno de sus familiares fallece, como muestra de gratitud y para expresar su pena a través del dolor. La práctica ha sido prohibida, pero aún quedan personas que lo hicieron de niños.
En Madagascar, la desintegración del cuerpo es vista como un requisito para que el espíritu pase al otro mundo, y es motivo de celebración, así que cada 7 años se realiza el Famadihana, cuando la familia desentierra el cadáver, lo envuelve en telas y baila con él.