Cada vez son más los que apuestan por la bicicleta en sus desplazamientos diarios por la ciudad. Si tú también formas parte de esta gran tribu urbana entenderás mejor que nadie muchas de las siguientes situaciones.
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1. Te has comprado una secadora porque tu minúsculo balcón ha pasado de ser el lugar donde tiendes la ropa a convertirse en el aparcamiento de tu bici.
2. Tú, que no tenías ni la más mínima idea de mecánica, has alcanzado el nivel experto a fuerza de cambiar cámaras, meter cadenas y ajustar frenos de zapata.
3. En tu cuenta de Instagram hay fotos que has ido sacando al manubrio o a la rueda, a menudo mientras pedaleabas.
4. Conducir en bici es un deporte de riesgo por esto:
5. Aunque bien pudiera ser esto:
6. O incluso esto otro, porque las ciclovías ejercen un magnetismo irresistible sobre las terrazas de los bares.
7. Por todos estos motivos sabes que no debes confiarte aunque circules por la ciclovía, ya que el trazado no siempre responde a una lógica racional…
8. …ni mucho menos puedes asegurar que te llevará adonde nadie ha llegado antes.
9. Cualquier día una de estas puertas se abrirá y por fin entenderás por qué tu profe de gimnasia se empeñaba en que fueras capaz de saltar el caballete.
10. Pero si consigues superar estas pruebas estarás preparado para transitar por una ciclovía de dos adoquines de anchura cual malabarista.
11. Eres consciente de que un día cualquiera te robarán la bicicleta, por eso no corres riesgos cuando la estacionas en la calle.
12. La idea de camuflar la bici no estuvo mal… salvo por el hecho de que tardaste horas en dar con la tuya.
13. Toda seguridad es poca para evitar salir del trabajo y encontrarte con esto:
14. Sobre todo, aunque tengas mucha prisa, fíjate bien en lo que haces e intenta no incitar al robo tú mismo.
15. Y no creas que por tener una bici aparentemente charcha los ladrones harán la vista gorda contigo, iluso.
16. Puedes liderar una campaña en Facebook para que la gente te ayude a recuperar tu bici robada, pero sabes que el destino te arrastrará por los depósitos y mercados de segunda mano.
17. El día en que decidiste dar un descanso a tu bici y usar el sistema público de bicicletas entendiste lo que significa la Ley de Murphy: vamos, que te tocó volverte andando porque todos los puntos de bici en dos kilómetros a la redonda estaban vacíos.
18. O ese momento en el que te das cuenta, después de parpadear varias veces, que alguna genial mente ha encadenado su bici a la tuya.
19. Aunque Iván Torres anunció que se avecinaba una lluvia explosiva, no le quisiste creer. Menos mal que tuviste la precaución de coger un paraguas.
20. A pesar de los malos ratos, la bici es como de la familia.
21. Nunca olvidarás aquella primera bici con la que aprendiste a montar.
22. Y ya ninguna caída, por ridícula que sea, te hace sentir vergüenza (aunque siempre es mejor sacarse la chucha en una zona poco transitada).
23. Porque llevas la bici en la sangre… y ahora la llevas también en la piel.