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Poder

19 de Diciembre de 2013

Directiva de RN pide a dirigentes detener críticas contra el Gobierno, pero no blinda a Piñera

La directiva de Renovación Nacional ha realizado una serie de gestiones destinadas a contener las críticas del partido al Gobierno por la derrota electoral. Sin embargo, la petición de prudencia es para que los cuestionamientos no apunten a los logros de la administración, nada se ha hecho para evitar las reproches al Presidente Sebastián Piñera cuyo personalismo ha sido criticado en público y privado por líderes de RN.

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La tarde del martes, el timonel de RN, Carlos Larraín, conversó con el senador Andrés Allamand para solicitarle que no se convierta en la punta de lanza de las críticas del sector al Presidente Sebastián Piñera. Las palabras del dirigente buscan no sólo calmar las cosas al interior de una derecha golpeada por una derrota predecible, sino también proteger a Allamand quien es una de las figuras que Renovación buscará potenciar para competir en la próxima contienda por La Moneda.
Gestiones similares ha hecho Larraín con el senador electo Manuel José Ossandón y otros líderes, con el mensaje categórico de que cuestionar la labor de la actual administración implica decirle a la gente que la Alianza no es confiable para gobernar y, precisamente, la misión es reconquistar electores en cuatro años. Ahora, si bien se pide no fustigar al Ejecutivo la solicitud no incluye blindar a Piñera, sino más bien diferenciar lo que ha sido su mandato en términos prácticos –en qué aspectos se ha mejorado la calidad de vida de la población-, de las debilidades del Mandatario, que sí pueden ser expuestas.

“La directiva se ha concentrado en calmar los cuestionamientos para evitar que la situación se desbande, pero no ha sido fácil. No podemos pedirle a las personas que escondan sus legítimas críticas a Piñera porque nuestras bases están muy molestas con él, pero sí pedimos que reconozcan los avances que hay. Lo que no podemos hacer es obligar a nuestros dirigentes a callar los aspectos de Piñera que todos reconocemos como negativos: su personalismo, su afán de volver para ser reelecto”, comenta una alta fuente de la dirigencia.
En ese ámbito, destacan en la colectividad, uno de los pocos personeros que sigue en contacto con Palacio y trata de hacer de puente con la dirigencia de Larraín es el senador Francisco Chahuán, quien es uno de los más interesados en contener la crisis aunque, destaca un integrante de la comisión política “no es sencillo mantener la fiesta en paz cuando Piñera ha dejado tantos heridos en el camino, en especial al no tomar en cuenta a los partidos durante su Gobierno”.
De hecho ayer el alcalde Pedro Sabat aseveró en una entrevista en radio universo que “Piñera es ‘complice activo’ de la derrota de la derecha” y que su mandato fue “de centro-izquierda” y en paralelo reiteró que no volvería a votar por él. Lo mismo ha expresado Ossandón, quien ayer se encontró con Piñera en una actividad en Puente Alto –la primera piedra de un hospital local- donde el Mandatario expresó su gratitud al ex alcalde por la labor realizada, mientras que la portavoz, Cecilia Pérez, le manifestó que sus declaraciones no contribuían a la unidad del sector.

LA DIFÍCIL INTERNA DE RENOVACIÓN
En medio de la catarsis colectiva, Renovación se prepara para lo que será el difícil Consejo General del 10 y 11 de enero donde la directiva dará cuenta de su gestión y se analizarán las elecciones parlamentarias y presidenciales.
Se asume que la instancia servirá también para perfilar el futuro de la colectividad de cara a las elecciones internas de mayo. Hasta ahora, el nombre que más suena para suceder a Larraín es Allamand, pero en la dirigencia y en el entorno del ex ministro de Defensa existen dudas respecto de que tan beneficioso tener en la primera línea de fuego a una figura que puede proyectarse para competir por La Moneda.
Por lo mismo, las fichas se están moviendo a favor del diputado Cristián Monckeberg quien podría encabezar una lista de consenso que convocara a los partidarios de Larraín y a la facción más liberal del partido, si es que finalmente no se produce el “éxodo de los díscolos” hacia un partido al alero de Piñera.

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