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11 de Diciembre de 2015Demonólogo Hugo Zepeda cuenta cómo el cola de flecha se metió en el fútbol
"La última treta que inventó el diablo es convencernos de que no existe. Antiguamente tenía que manifestarse a través de posesiones, cosas truculentas, pero ahora ataca la imaginación y alimenta tentaciones. Ha introducido desconfianza en todas las instituciones, políticas, económicas. Pero le faltaba algo que pudiera causar un daño mayor"... el fútbol, indicó el abogado.
No mucha gente lo sabe, pero el teólogo, abogado y demonólogo Hugo Zepeda (79) es un apasionado del fútbol. En ese sentido, reconoció que los casos de trucherías que envuelven al mundo de este deporte lo han superado a tal nivel, que hoy en vez de ver fútbol de primera está pensando en ver partidos de barrio, donde aún queda algo de la pasión y romanticismo verdadero de antaño.
“La última treta que inventó el diablo es convencernos de que no existe. Antiguamente tenía que manifestarse a través de posesiones, cosas truculentas, pero ahora ataca la imaginación y alimenta tentaciones. Ha introducido desconfianza en todas las instituciones, políticas, económicas. Pero le faltaba algo que pudiera causar un daño mayor”, analizó el ex sacerdote.
En esa línea reflexionó que al cola de flecha “le interesa (el fútbol) porque es algo universal, que mueve, apasiona y está en el corazón de todos los habitantes del mundo”.
“El diablo metió la cola en el fútbol y la metió hasta el fondo”, disparó.
En su análisis plantea que el escenario actual es complejo y donde el coludo corre con confianza: “se han perdido importantes agentes del bien. Don Julio Martínez, por ejemplo, o Don Sapito. Si supieran todo esto estarían escandalizados. Se estarían revolcando en sus tumbas”.
En otros pasajes de la entrevista el teólogo juró de guata que “ni por todo el oro del mundo” pone un pie en la ANFP, ya que “en ese lugar las cargas son poderosas, prefiero mantenerme alejado”.
Pese a todo el profesional aseguró que los errores y faltas al final las cometemos nosotros y que el diablo solo instiga y nos seduce, pero nosotros decidimos.
El abogado vislumbra un futuro oscuro para el fútbol, puesto que “aún quedan cosas que van a salir, aunque de menor monta. Mientras peor están las cosas, mejor es la oportunidad para redimirme y construir un nuevo fútbol sobre bases más sólidas. Lo peor que uno puede hacer es creerse Dios.