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Poder

5 de Abril de 2016

“La inofensiva izquierda de Jackson”: La columna que de seguro no caerá bien a los partidarios del diputado de RD

"Giorgio Jackson se paró frente al gran empresariado nacional y habló fuerte. Para él era un escándalo que la reunión de empresarios tuviera pocas mujeres entre sus filas. Le parecía terrible que en los paneles de conversación no hubiera gran representación femenina, por lo que advirtió que la próxima vez que lo inviten no irá a ese lugar si esto no cambiaba (...) "esto provocó aplausos en el ambiente “progresista” nacional. Jackson se convirtió de repente en la voz de la integración de género en el encuentro empresarial, pero nadie reparó en algo sumamente importante: de todas maneras fue", escribe Francisco Méndez en El Dínamo

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“El rol del sector privado es de ser copartícipe de esa evolución que se necesita tener para una democracia sana. El rol que les cabe a los empresarios es cómo aportamos a esto. O cómo buscamos mantener las reglas y los privilegios, los intereses que debemos defender. Es una pregunta que todos se deben hacer”, fue parte de lo que dijo el jueves de la semana pasada el diputado Giorgio Jackson, cuando emplazó a los empresarios en el encuentro Icare 2016 que se realizó en Casa Piedra.

Las palabras del ex líder estudiantil fueron rescatadas desde distintos sectores, sobre todo por el valor de decirle a los poderosos de Chile unas cuantas verdades en su propia casa.

Pero, a decir verdad, para algunos no fue más que un acto de rebeldía inofensivo.

Uno de estos últimos es Francisco Méndez, quien escribe una columna en El Dínamo titulada “La inofensiva izquierda de Giorgio Jackson“.

El columnista inicia su texto expresando que “Giorgio Jackson se paró frente al gran empresariado nacional y habló fuerte. Para él era un escándalo que la reunión de empresarios tuviera pocas mujeres entre sus filas. Le parecía terrible que en los paneles de conversación no hubiera gran representación femenina, por lo que advirtió que la próxima vez que lo inviten no irá a ese lugar si esto no cambiaba”.

Según recuerda Méndez, “esto provocó aplausos en el ambiente “progresista” nacional. Jackson se convirtió de repente en la voz de la integración de género en el encuentro empresarial, pero nadie reparó en algo sumamente importante: de todas maneras fue. Estuvo en una instancia que es uno de los símbolos de la transición chilena, y en la que los millonarios de este país se sientan a escuchar lo que nuestra inofensiva izquierda les dice. Es decir, se convirtió en uno más de esos personajes que tanto criticó mientras marchaba por las calles de Santiago pidiendo y proponiendo cambios”.

Reconoce, el autor, que “tal vez suene muy ofensivo lo que escribo para quienes dicen pertenecer a un domicilio ideológico determinado, pero me parece que lo hecho por Giorgio Jackson esa mañana no tiene nada de espectacular”.

“Es cierto, el discurso es interesante y no se puede estar en desacuerdo con que las mujeres sean parte fundamental de toda discusión. Pero ¿no es validar una estructura autoritaria ir a exponerles puntos a un grupo de señores que no ejercen ningún cargo de elección popular estos puntos? ¿No es seguir rindiéndose a los pies de un autonombrado poder el asistir y exponerles el Chile que ellos no quieren ver? A mi parecer sí”, opina.

“Tengo que decirles que las palabras de Jackson no provocarán ningún cambio cultural. Ni menos será un empuje para que se discuta el tema al interior de las empresas. Ellos, los grandes ejecutivos, vieron esto como un peculiar acto de rebeldía. Un pintoresco discurso de un político joven con el que podrán conversar con el tiempo. Total ellos no son los que van al Congreso a conversar con él, sino que es su curioso ímpetu democrático el que corre a exponerles ideas considerándolos actores de gran relevancia”, afirma Méndez.

Finalmente, el columnista cierra su intervención haciendo el punto con que “quiero detener esa ilusión actual de que quien diga palabras bonitas, aunque no haga ningún acto concreto, se considere progresista. Porque ese gran error es el que nos tiene empantanados entre leyes y normativas morales de derecha sin darnos cuenta”, por eso que “asistir a ICARE, independientemente de lo que se diga, es colaborar con ello”.

Giorgio Jackson emplaza a los empresarios en su propia casa: “¿Ustedes creen en la democracia?” – The Clinic Online

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