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Mundo

4 de Julio de 2016

Murió el oso polar Arturo, el animal más triste del mundo

En 1985 comenzó la cronología del “animal más triste del mundo”, la cual llegó hoy a su fin con la muerte de Arturo, el último oso polar de Argentina. El ejemplar conservado en cautiverio desde su nacimiento vivía solo entre rejas hace varios años, rodeado de otros 2000 animales que el zoológico de Mendoza alberga en sus jaulas.

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A miles de kilómetros de su hábitat natural murió este lunes en el Zoológico de Mendoza, Arturo, el último oso polar de Argentina, hecho que causó la total tristeza de la comunidad animalista internacional y reabriendo el debate en torno al cierre de dicho recinto, que mantiene sus puertas cerradas al público desde el mes de mayo y en el cual han muerto 70 animales en lo que va del año.

El mamífero que estaba en cautiverio vivía en la más pura soledad desde hace cuatro años, cuando murió su compañera de jaula Pelusa. En aquél entonces, los medios lo apellidaron como “el animal más triste del mundo” y pese a que las organizaciones ecologistas trataron de trasladarlo a una reserva natural canadiense en aquél momento, las 400.000 firmas no pudieron imponerse por sobre el deplorable estado de salud de Arturo.

Nacido en cautiverio en Colorado en 1985, Estados Unidos, Arturo llegó a Argentina con apenas 8 años. “Estaba en un clima totalmente adverso”, reconoció el secretario de Ambiente de Mendoza, Humberto Mingorance. La especie, que está acostumbrada a desenvolverse en un clima frío debió enfrentarse al elevado calor mendocino, por lo que Arturo se refugiaba el día entero en la piscina o bien en su jaula con aire acondicionado, misma jaula que lo vio hoy lunes morir.

El peso de Arturo bajó, perdió el apetito y su visión y olfato comenzaron a fallar. Así vivió su último año de vida, en un estado que los especialistas catalogaron como “crítico” y frente al cual la única opción que se consideró por parte de los veterinarios para apaciguar su agonía fue sedarlo, decisión que finalmente no alcanzó a concretarse.

“¿No lloras por él, Argentina?”, reclamó la cantante Cher en 2014 a través de su cuenta en Twitter. “¿No tiene lágrimas Cristina Fernández de Kirchner por el torturado oso polar Arturo? Sus manos quedarán manchadas con su sangre cuando él muera” agregó al tuit replicado por más de 5000 usuarios.

Frente a la triste historia de Arturo, miles de personas han insistido en el cierre definitivo del lugar que alberga a casi otros 2000 animales.

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