Habla el hombre que en el 90 proyectó que con las AFP los chilenos se jubilarían con el 100% del sueldo en 2020

Las pensiones, más bien lo miserable que son éstas para la gran mayoría de los chilenos, son uno de los temas que han copado la agenda por estos días, más aún cuando se reveló que hubo funcionarios de Gendarmería que se jubilaron con más de cinco palos mensuales.

Días atrás, se viralizó un recorte de un medio de prensa que data de 1990 y en el que una persona prometía o vislumbraba que en 2020 (año que está a la vuelta de la esquina), los chilenos se pensionarían con el 100% de su sueldo; es decir, una tasa de reemplazo total, algo que en la práctica suena ridículo, casi utópico. En entrevista con La Segunda, Fernando Avila, el gerente que lanzó la proyección, defiende sus palabras cuando los hechos han demostrado lo contrario.

“Me llamo Fernando Avila Soto. Estudié en la Nº1 de Tocopilla, en la Nº2 de Lautaro y en la Nº4 de Tomé. Terminé en el Liceo Nº8 de Santiago. Mi fondo de pensiones es fruto de mi esfuerzo, me complica cuando dicen que soy un privilegiado. Lo que ocurre es que si un trabajador ha ganado toda su vida 300 mil pesos y se jubila con una cifra similar, cómo le explico que técnicamente su pensión es buena”, dice el histórico gerente de las AFP, quien insiste en que el sistema es bueno.

Consultado directamente por la afirmación que hizo en El Mercurio por aquellos años, responde que “en 2015 fueron tres mil de 60 mil. Pero se trata de pensiones que aún están contaminadas con el sistema antiguo. Desde el 2018 en adelante, recién comenzará a haber trabajadores que iniciaron su vida laboral con el actual fondo de pensiones”.

Avila defiende que el sistema funciona, pero para que sea como promete, debe cumplir con ciertos requisitos. “Las AFP se diseñaron con 47 años trabajados y lagunas equivalentes al 15% del periodo. Pero un estudio de Ricardo Paredes del 2012 reveló que los hombres que se han jubilado lo hicieron con 19,8 años de cotizaciones y las mujeres, con 15,7 años. No podemos responsabilizar al sistema del poco aporte de los trabajadores”.

“Técnicamente vivimos más, las matemáticas son crueles, pero precisas, necesitamos ahorrar más”, afirma.