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Cultura

4 de Octubre de 2016

Armando Uribe y su lado maldadoso: “Me porto como un anticristo”

Uribe le tiene miedo a Satanás. Cree en su existencia y se lo imagina tal como en las películas: con cachos, cola, diente de oro y patas como garras. Confiesa que más de alguna vez se le ha metido en el cuerpo y por eso espera que, a la hora de partir, la misericordia lo salve de padecer en el infierno todos los suplicios que imagina y merece. En todo caso, llama a no dejarse asustar por supersticiones, como el número 666: “Oiga, esas son puras leseras”.

Por
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¿Cree en el diablo?
-Mire, completamente. Creo en todo lo que enseñan la Iglesia Católica Romana, la Biblia y el Antiguo Testamento.

¿Cómo se lo imagina?
-Me imagino al diablo como en las tradiciones orales: con cachos, con cola, con las patas como garras, uñas largas, ganchudas, con pelos en la cabeza y en la cara. Y con, al menos, un diente de oro. Con el aspecto mismo de la fealdad del mal. Lo más feo posible.

¿Le tiene miedo?
-Sí. Hay que tener la precaución de no caer en las trampas del diablo. Evitar ser engañado por este sujeto de mentiras y creerlo un dios, como él mismo trata de hacerse pasar.

¿Ha caído en la trampa del diablo?
-Sí. Los seres humanos caemos en esas trampas sea por ingenuidad, tontería o error.

En su caso, ¿cómo ha caído?
-He caído en la trampa del diablo por todos los medios que se puede caer. He sido engañado por las mentiras que están presentes entre los seres humanos desde que hay pecado original.

¿Hay alguien que represente al diablo en persona?
-Después de la venida del hijo de Dios y su encarnación como hombre, ha habido anticristos a lo largo de toda la historia, representados por gran de cantidad de personas de poder no solo político, sino también económico o delictual. Y algunos cometemos la barbaridad de ser anticristos sin darnos cuenta. En mi caso, me porto como un anticristo muy torpe y muy tonto. Y ser anticristo se manifiesta en todo lo que hago.

¿Como en qué?
-En la tontería misma, que toma muchos aspectos del mal. Y en los errores y pecados que uno comete en vida.

Alguna vez dijo que el diablo existía gracias al cura Hasbún, Hermógenes Pérez de Arce y Juan de Dios Larraín.
-No, no. Debo haberlo dicho de otra manera. Puede que esté encarnado en distintas personas que se vuelven verdaderos anticristos. Y puede ser, en parte, que las personas que usted menciona sean en algún momento encarnaciones demoníacas. Pero no es sostenible que uno esté juzgando a personas calificándolas de demonios. Yo mismo lo he hecho en distintas ocasiones, pero no es mi capacidad ni vocación decir quién es demonio y quién no.

¿Hay algo del demonio que le produzca curiosidad?
-La verdad es que los asuntos relativos al demonio, como criatura, son bastante entretenidos para los que tenemos tendencia a lo literario. Pero hay que tener la cautela de no dejarse seducir y, de esa manera, sin quererlo, cometer pecados que pueden ser superficiales o torpes, pero que son de un carácter propio de lo diabólico. Hay que tener mucho cuidado.

¿Le tiene miedo al número 666?
-Oiga, esas son puras leseras, irracionalidades que tienen existencia solo porque se repiten hasta el infinito. Pero no son gran cosa.

EL DIABLO EN EL CUERPO

¿Le ha entrado el diablo al cuerpo?
-Estoy seguro de que sí. Pero “entrarle el diablo al cuerpo” es demasiado carnal. Da la impresión de que uno, como hombre, queda embarazado de una criatura que se llama el demonio. No es eso, pero es peor que eso. Es constatar que uno tiene un espíritu maligno dentro de su psique. Y uno tiene que enfrentarlo hasta donde se puede. Todos llevamos la maldad dentro.

El escritor Arturo Pérez Reverte dijo que cada uno tiene el diablo que se merece.
-No he leído nada de ese señor, tal vez sea una falla mía de nacimiento. Pero ese tipo de frases son propias de artículos superficiales en los magazines supuestamente literarios.

No comparte el contenido de esa frase…
-No, pues. Son frases magazinescas que producen efectos como si fueran ciertas. Pero son trivializaciones. Tonteras.

Y cuando descubre al diablo en su psique, ¿se recrimina?
-Trato de confesarme. Fíjese que, pensándolo bien, debería confesarme ahora. Como estoy desde hace un tiempo recluido por problemas de salud, no he podido ir a la iglesia. Querría llegar a la agonía habiéndome confesado y posiblemente comulgado. No llegar con mis pecados que incluyen faltas, fallas, tonterías, brutalidades y groserías.

¿Por qué a los católicos les gusta tanto imaginarse los suplicios que sufrirán en el infierno?
-No nos gusta. Pero puede que la creencia en el infierno y en los actos demoníacos satisfaga a veces las tendencias sadísticas que existen en los seres humanos. Hay una tendencia a ejercitar el sadismo, de manera imaginaria por lo menos, a veces de manera real, y una de las maneras es justamente actuando de forma demoníaca, diabólica.

¿Alguna vez se ha imaginado los suplicios que podría sufrir en el infierno?
-Sí. No digo los males que merecería, sino los que merezco, por ser un cristiano de malas tendencias. Por eso me imagino castigos que Dios creó y que merezco de todos modos. Y espero no condenarme definitivamente al infierno. Nada más: que si hay misericordia al momento de que muera, por gracia y no por mérito, pueda salvarme del infierno. Creo que en el mejor de los casos me iré al purgatorio, con difíciles tiempos por delante.

¿Pero qué suplicios se ha imaginado que merece?
-Todo lo imaginable, incluyendo por cierto el infierno del Dante de la Divina Comedia y muchísimos otros.

¿Qué sería lo peor que podría pasarle en el infierno?
-La repetición indefinida, por no decir eterna, de cualquiera de los actos que uno puede imaginar. Quiero decir, la repetición sin tiempo, más allá del paso de los segundos, minutos y horas, de hechos que participan de la misma tontería o maldad que uno ha cometido y por las cuales merece castigo.

¿No cree que el infierno sea un invento del cristiano para asustarnos?
-¡Nooo! De ninguna manera, oiga.

Quizás es un invento como el Plan Z…
-Oiga, no sea vulgar, por favor. Esa referencia es tonta. ¿Comparar el infierno con el Plan Z? Francamente… no cometa tonterías, como las hago yo. Bueno, en fin. Cuál era la pregunta.

¿No cree que el infierno sea un invento del cristianismo para asustarnos?
-De ninguna manera. La idea del infierno es históricamente anterior a la existencia del Señor Jesucristo. Las ideas de lo atroz, del insoportable dolor y la vergüenza en el infierno, vienen de hace más de dos mil años.

Usted me dijo hace poco que en el infierno no había nada.
-Estaba especulando intelectualmente. Si el infierno consistiera en que cuando uno se muere, lo hace para siempre y sin resurrección posible, podría ser la nada. Pero esa es una reflexión en la que no debería haberme metido, porque no tengo ni la inteligencia ni la capacidad como para estar dando juicios definitivos sobre estas materias. Me metí por una razón demoníaca, como es la vanidad y la soberbia.

¿Qué le recomendaría a la gente que se siente poseída por tentaciones irresistibles como masturbarse?
-Rezar, rezar, rezar. Sé que está un poquito pasado de moda, es casi una vulgaridad recomendarlo. Pero el dirigirse a la divinidad rezando, implorando, humillándose, puede aligerar las culpas de los que cometemos pecados.

Si Dios es tan poderoso como dicen, ¿por qué no le ha armado una guerra definitiva al diablo?
-No somos quienes para estar sosteniendo lo que Dios deba hacer o no. Creer tal cosa es diabólico. Y si lo dijera yo, estaría cometiendo un pecado diabólico.

¿Cree que los políticos chilenos que han caído en corrupción fueron tentados por Lucifer?
-Las tentaciones llegan incluso a las vulgaridades, como sería robar recursos o bienes, por llamarlo así, porque desde el Derecho Penal puede llamársele apropiación indebida, más que hurto y robo… Pero no voy a entrar en esas particularidades. Pese a que estudié Derecho Penal y no solo Leyes en Europa, con posgrado. Perdone, tengo esta discreción estúpida de levantarme de tarro al decir que he hecho estudios en el extranjero. Ese es el tipo de tonterías que tienen un matiz demoníaco.

Ja, ja, ja. ¿Encuentra que ME-O fue tentado por Lucifer para pedirle plata a Ponce Lerou?
-No creo que Lucifer se ocupe de personalidades como el señor M-E-O (deletrea), porque no quiero decir cochinadas, yo no digo garabatos.

Pero para pedirle plata al yerno de Pinochet tiene que haber una tentación maligna.
-No me atrevería a decir que es el demonio. Pero, por lo que se sabe públicamente, es una persona que no siempre se ha portado bien. Pero de esos habemos muchos, porque tampoco me he portado bien. Yo me he portado torpemente pésimo.

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