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Opinión

5 de Octubre de 2016

Sandro Retamales, administrador del Passapoga: “Garay me contó que había descubierto la estafa piramidal de Chang”

Pese al usual hermetismo respecto a los clientes del cabaret, el administrador del emblemático local nocturno, accedió a revelar algunos detalles del personaje más mediático del momento: Rafael Garay Pita. El economista visitó el Passapoga pocos días antes de abandonar el país y compartió con varias chicas del lugar. “Era califa”, asegura Sandro, y “un poquito bipolar”.

Diego Escobedo
Diego Escobedo
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Cuando comenzaron a salir las noticias de Rafael Garay por presunta estafa ¿no hubo nadie aquí que lo defendiera?
Es que hay de todo. Siempre hay gente que toma partido por un lado o por el otro. Pero es bueno que esté bien de salud, estamos felices por eso. Por otro lado es como una mezcla. Por la media embarradita, y la traición que le hizo a su amigo Iván Núñez. Eso no debería haberlo hecho. Yo creo que él actuó muy mal, eso no se hace. Encima dejó a su polola embarazada sola. Eso es una mariconada.

¿Cuándo fue la última vez que vino? ¿hicieron una fiesta despedida?
No me acuerdo, pero habrá sido a fines de agosto. En todo caso él se despidió como tres veces. Y fueron noches normales. Le di la mano y nos dimos un abrazo. Yo le decía “tú estás bien, te vas a mejorar”.

¿Garay era un cliente normal de acá? ¿nunca tuvieron ningún problema con él?
Sí, tenía una pequeña metamorfosis. Era un poco cambiante de repente, un poquito bipolar.

¿Por qué, se ponía agresivo cuando tomaba?
No, era muy cambiante. Cambiaba de repente su temperamento. A veces venía un rato, luego volvía por segunda vez durante la misma noche con otra actitud. Pero yo creo que a lo mejor él tenía un tratamiento, y al ingerir alcohol eso lo hacía cambiar. Eso lo hacía actuar diferente. Porque si tú haces mezcla de tratamiento con alcohol es delicado el tema. Pero era un cliente normal. Uno se daba cuenta de esa bipolaridad que él tenía, pero aquí en el negocio todo fluía normal. Él no se metía con nadie y nadie se metía con él. Él compartía no más, con las niñas, conversaba harto, era entretenido.

¿Tenía alguna niña favorita?
No, él compartía con todas.

¿Pero de repente se las llevaba en auto, no?
Puede ser, era un califa, jeje. Pero en lo que haga uno en la vida privada no podemos meternos.

¿Pero ninguna bailarina lamentó especialmente su partida?
No, todas lamentan que se haya ido, pero muchas se alegran que esté bien de salud.

Es común que las bailarinas de acá duren poco en el cabaret, porque muchas terminan enamorándose de los clientes y se van con ellos ¿Nunca una bailarina se enamoró de Garay, o se la llevó de viaje?
Es que a él le gustaba estar con varias. No era de quedarse con una niña. Lo que él hacía de aquí para afuera no tengo idea. Lo más probable es que haya sido así, él tenía los recursos.

¿Es verdad lo que salió en los medios, que venía todas las semanas y gastaba más de un millón de pesos en cada visita?
Puede ser, yo no llevo la cuenta de cuánto gasta cada cliente. Habrá gastado por lo bajo doscientas lucas, en más de una ocasión debió gastar un millón. Pero no sé de dónde habrán sacado ese número. Él venía de repente, no sé si todas las semanas. A veces una vez al mes. De repente venía con amigos, era un gallo muy correcto y muy simpático.

Dicen que un exgarzón del Passapoga filtró la información a La Cuarta.
No creo. Todo lo que salió en ese diario no obedece a la realidad. Los medios son así. Esto es como un secreto bancario. Hay que cuidar al cliente. En la noche nunca se delata a nadie. Todos los secretos de la noche se van a la tumba. Como decimos por acá, lo que pasa en el Passapoga se queda en el Passapoga.

“LA HIZO”

Usted conversaba con él con regularidad ¿de qué hablaban?
De cualquier tontera. De fútbol, de que la cosa se venía mal, de Chang. Según me contó, él había descubierto la estafa piramidal de Chang. No sé si eso sea efectivo o no.

Y cuando habló de Alberto Chang ¿nunca se mostró preocupado? Porque él mismo repetiría la misma historia poco después.
No, él siempre hablaba seguro de lo que decía. Era un personaje muy seguro de lo que hace. Yo creo que con todos los viajes que hizo, él planificó todo esto. Se fue a un país desde donde no hay extradición, y en ese país fácilmente puedes acceder a un pasaporte falso por cien dólares, y de ahí le perdí la huella y punto. La hizo.

¿Y de su cáncer hablaba?
Sí, obvio. Yo le preguntaba mucho por el tema de salud. Me sentí un poco engañado en ese aspecto, era algo que me preocupaba. Le decía que él tenía los recursos para operarse, para luchar. Y él me decía que la enfermedad que tenía sólo la tenía una de cada millón de personas. “¿Pero cómo no va a haber un tratamiento?” decía yo. “No, esto tiene una fecha de término y yo lo asumo”, me contestaba. No me acuerdo si eran 15 o 20 días. No me cuadraba su actitud con la gravedad de su enfermedad. Me preocupó harto, y nunca le creí. Inclusive el día que me despedí de él, le dije “estai sano, más que yo”. Yo conozco gente que de verdad tiene cáncer, y él no parecía enfermo, tenía mucha energía y era muy alegre. “Las apariencias engañan”, me decía.

¿Y usted qué cree que buscaba lograr dando tanta lástima? Porque si su plan era huir y no volver, no tenía sentido que mintiera tanto.
Yo creo que él planificó muy bien todo. Es un estratega, un gallo muy inteligente. Su vida está para guión de una película, y créeme que tendría éxito total. Él planificó todos los movimientos, como en un tablero de ajedrez. Partiendo con la noticia de que se pensaba que era “presunta desgracia” originalmente, era para aplaudirlo.

Pero fue un show que le duró cinco minutos.
Pero la hizo. Vendió todo, hasta el alfiler, y no levantó sospechas, porque todo el mundo sabía que se iba a morir.

Y si lo volviera a ver, ¿qué le diría?
Que es un maricón. Porque eso no se hace. Traicionar a un amigo es lo último que puede hacer una persona. Porque no es tanta la deslealtad con la estafa bancaria. Meter a un amigo ahí, se le pasó la mano.

¿Y si te hubiese incluido a ti en la estafa?
Lo iría a buscar yo mismo, jaja.

¿Usted cree que puede ser inocente?
Es que tú tienes que tener las dos versiones. Hasta ahora es un “presunto estafador”. Pero hay que investigar, hay que escuchar su versión. Por algo dejó unos cheques firmados acá en Chile. Quizás para pagar todos esos millones de pesos que dicen que se robó a sus clientes. Claro que hasta ahora hay un 90% de síntomas de que se trata de una estafa. Hay que esperar que él aparezca y explique las cosas. A medida que pasen los días vamos a ir sabiendo cosas. Garay en sí es un personaje sabroso.

¿Qué final le darías tú a esta historia?
Ojalá que un final feliz. Que aparezca toda la plata que falta y celebremos su regreso aquí en el Passapoga.

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