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Nacional

20 de Octubre de 2016

Estudio sobre colegios cuicos revela práctica ABC1 de ir a “chanear” y “chulear”

La investigación explica que en medio de la burbuja en que se desenvuelven estos alumnos, acuden a bares y discoteques de sectores más populares como para mezclarse un poco más. "Esta práctica divide a las mujeres en dos tipos: las para comprometerse y las para sólo tener sexo. Y produce explícitamente límites de clase y género". También se indica que a los educandos de los establecimientos de la cota mil se les prepara para gerenciar y competir.

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Un estudio elaborado por el sociólogo de la Universidad Católica, Sebastián Madrid, contenido en el libro “Mercado Escolar y Oportunidad Educacional”, aborda aspectos de cómo se educa a los alumnos en los colegios de la élite.

El texto identifica a estos establecimientos en tres grupos: los fundados por congregaciones católicas tradicionales (como Jesuitas, Padres Franceses y Holy Cross); los influidos por los nuevos movimientos católicos (Legionarios de Cristo, Opus Dei y Schoenstatt); y los fundados por inmigrantes, siendo los más influyentes los anglosajones, cita la publicación de emol.

Dentro de lo que se destaca, figura la formación gerencial y competitiva que se les imprime a los educandos. Esto es, apuntar a desarrollar capacidades “empresariales-emprendedoras” en sus alumnos, y “desenvolverse de manera efectiva en una economía de mercado”.

Pero eso no es todo, la investigación también revela que en estos colegios se da una suerte, sabida por todos, de “endogamia particular”; vale decir, se selecciona a los “iguales”, a los amigos, a los parientes.

Para ello, uno de los mayores filtros tiene que ver con alto costo económico que implica pagar un arancel y una cuota de incorporación en estos recintos. Muchos ex alumnos los definen como “colegios de familia”, donde estudiaron incluso sus abuelos, y sólo un tercio de las vacantes son para familias nuevas, apunta textualmente la publicación.

A propósito de este aislamiento, de esta burbuja que impide el contacto con seres humanos cuyos orígenes difieren en todo del propio, recién la universidad viene a ser “el momento en que la sociedad emerge frente a ellos”. No obstante, antes experimentan otras formas de contacto con personas provenientes de otras clases sociales. Acá el estudio habla de la práctica del “chaneo” o “chuleo”, lo cual es, en simple, ir a discotecas o bares de lugares populares para involucrarse sexualmente con mujeres que después no tomarán en serio.

“Esta práctica divide a las mujeres en dos tipos: las para comprometerse y las para sólo tener sexo. Y produce explícitamente límites de clase y género”, indica la investigación.

El texto añade que otra manera de acercamiento social, de encuentro con la realidad es la llamada acción social o misiones, como se dice en los colegios católicos.

También existen acciones más radicales, como irse a vivir una semana con una familia en una población o ir a trabajar a una fábrica por un breve periodo de tiempo. “En estas actividades, la relación con otros diferentes no es nunca en términos de iguales, y por lo tanto, tienden a naturalizar las relaciones de subordinación y dependencia”, sostiene el investigador.

 

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