Este lunes, parte de los denunciantes del caso maristas presentaron finalmente una querella en contra de cinco religiosos –entre ellos Cristián Precht-, por los delitos de asociación ilícita, violación impropia y favorecimiento de prostitución de menores, entre otros. El documento incluye el relato de tres nuevas víctimas, entre ellas, el de una mujer quien habría sufrido abusos por parte de un religioso marista.
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Este lunes, parte del grupo de los autodenominados sobrevivientes del caso maristas materializó la primera querella dirigida en contra de religiosos de la congregación. El documento, ingresado en el 15° Tribunal de Garantía de Santiago, contiene los relatos de tres denunciantes hasta ahora desconocidos, entre ellos, la primera mujer que acusa haber sufrido abusos por parte de un hermano marista, además de los relatos ya conocidos de Eneas Espinoza y Jaime Concha.
La mujer quien, a pesar de no haber sido alumna de algún colegio marista, sí tenía una vinculación estrecha con el Instituto Alonso de Ercilla debido a que uno de sus hermanos realizó sus estudios en dicho establecimiento.
“Era un domingo de diciembre de 1978, tenía 15 años. Junto a su hermana mayor, asistieron a misa en la capilla del IAE (…) lamentablemente ese domingo había sido suspendida. José Monasterio las recibió en el hall del colegio (…) las invitó a pasar a su oficina. José Monasterio acercó su silla a la de ella, colocó su mano sobre su pecho (…) se paralizó (…) su mano (de Monasterio) comenzó a deslizarse a través de sus senos (…) le tomó con la otra mano la cabeza y le empezó a besar el cuello, mientras su otra mano la introdujo por el escote del vestido (…) Ella logró zafarse de él, y salió gritándole a su hermana que “se fueran, ese es un viejo asqueroso”. Este hombre (Monasterio) se arrollidó frente a la escultura del sacerdote Marcelino Champagnat y pidió perdón, diciendo que había pecado”, dice el relato incluido en la querella.
El documento incluye además el relato de dos nuevas víctimas, entre ellas, un alumno del Instituto O’Higgins de Rancagua, quien denuncia al hermano Luis Castillo (fallecido en 2007), quien tampoco había sido mencionado hasta hoy.
“En ese lugar (enfermería), Luis Castillo procedía a tocarlo de diferentes maneras (…) le mostraba partes íntimas, revistas pornográficas y lo forzaba a tener sexo oral con él. Lo violó cuando tenía 13 años”, asegura el escrito.
El documento, ingresado por el abogado Juan Pablo Hermosilla, representa a cinco sobrevivientes de abuso, y persigue los delitos de asociación ilícita, violación impropia, abuso sexual impropio, abuso sexual propio y favorecimiento de prostitución de menores.
Los querellados
La querella por estos delitos está dirigida en contra de los hermanos maristas Adolfo Fuentes Corral, Abel Pérez Ruiz, y Germán Chaves Alonso, cuyo nombre, hasta este momento, no había sido incluido en ninguna denuncia. Además, el documento apunta como miembros de esta presunta red a los sacerdotes Sergio Uribe Gutiérrez (capuchino) y Cristián Precht Bañados (diocesano), “y a todos quienes resulten responsables”.
Dentro de los relatos de los denunciantes, se incluyen los nombres de otros religiosos como Miguel Ortega (fallecido) y Alfredo Soiza-Piñeyro, y los hermanos maristas Luis Castillo y José Monasterio (ambos fallecidos).
Igualmente, uno de los denunciantes menciona la acción de dos exalumnos del Instituto Alonso de Ercilla, quienes habrían participado de los abusos cometidos por el hermano Abel Pérez.
“¿Dónde está el Estado?”
Para José Andrés Murillo, director ejecutivo de la Fundación para la confianza, esta querella pretende ser “un llamado de atención para el Estado”, el que, a su juicio, no se ha hecho parte de esta investigación.
“Aquí, concertadamente, un grupo de personas -que además estaban bajo el alero de la Iglesia Católica y el Arzobispado-, se aprovecharon de esta situación asimétrica con quienes estaban a su cargo. Eso es inaceptable, tanto como la ausencia del Estado en esto. Hasta ahora, sólo ha sido la opinión pública y las víctimas quienes se han hecho cargo de esto”, asegura.
“En la investigación de la Fiscalía no ha habido ningún avance, e incluso no han citado a declarar a ninguno de los sobrevivientes”, denuncia Murillo.
A juicio de los miembros de la Fundación –la que además prestó asesoría legal para la querella- ha existido negligencia por parte del Mineduc en la fiscalización a los colegios maristas. “A mí me surge la duda de dónde está el ministerio de Educación. La congregación marista mantiene más de 10 colegios en Chile, y no he visto ningún pronunciamiento de ningún tipo”, finaliza Murillo.
Hermano Germán Chávez, nuevo denunciado del caso Maristas.