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Mundo

24 de Marzo de 2018

Enfrentando la escasez: Esto es lo que más reciben los venezolanos por parte de familiares que viven en el exterior

Este texto fue publicado originalmente en Univisión.com.

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Venezuela integra por primera vez en su historia la lista de países en América Latina en los cuales el envío de remesas desde el exterior se hace indispensable para redondear el presupuesto familiar. Pero a ello se le añade un elemento: las cajas de comida y medicinas.

A la crisis económica producto de la caída de la producción petrolera y de los ingresos en divisas se le suma la baja de la producción agrícola, la imposibilidad de importar materia prima y el cierre de empresas afectadas por expropiaciones, controles de precio y cambiarios. Todo eso ha sumido a la nación en un ciclo de recesión de cuatro años y de un proceso de hiperinflación. El Producto Interno Bruto de Venezuela ha caído un 37% desde 2014, una perdida más severa que la que experimentó Estados Unidos durante la Gran Depresión.
Dólares, comida y medicinas: los envíos del exilio salvan de la escasez a los venezolanos

“Decidí dejar mi empleo, porque el sueldo no me alcanzaba para nada. Y esto porque mi hermana me envía dólares todos los meses, lo que me permite vivir con tranquilidad”, afirma Ignacio Andrade, un arquitecto de 29 años. Estudios recientes indican que cada vez más venezolanos se van del país para enviar dinero, alimentos y medicinas a familiares y amigos. Y es que con 50 a 100 dólares mensuales se cubre el ingreso de una familia de 4 a 5 integrantes.

De acuerdo con resultados de la última encuesta de la firma Datos de Venezuela realizada en enero pasado, 14% de los consultados dijo haber recibido remesas desde el exterior en el último año y, de ese total, 50% las percibe todos los meses.

El país que una vez fue receptor de una gran cantidad de inmigrantes venidos de Latinoamérica y Europa, ahora ve cómo sus ciudadanos han salido para buscar mayor calidad de vida.

Son alrededor de 4 millones de venezolanos en este país de 31 millones de personas los que ahora envían esta ayuda desde donde se encuentren a sus familiares y que, paradójicamente, se vieron obligados a emigrar por el propio estilo de gobierno de Maduro.

“Las remesas pasan a ser la esperanza para los que se quedan”, explico Luis Maturen, director de la encuestadora Datos. Indicó que del total de los que recibieron envíos desde el exterior, 5% recibió alimentos y medicinas y de este porcentaje, 2% recibió solo alimentos y a 3% les llegó dinero, alimentos y medicinas.

“Cada dos meses recibimos dos cajas de comida como atún en lata, pasta, café y granos, al igual que medicinas como antinflamatorios, antialérgicos y antibióticos. El envío lo repartimos entre dos familias de seis integrantes. Es una gran ayuda”, dice Teresa Gutiérrez. El remitente es su hermano, quien vive en Estados Unidos.

Los envíos han aumentado tanto que en la ciudad de Miami, donde vive una gran comunidad de venezolanos, se han creado muchas empresas de courier las cuales compiten entre sí para quedarse con una torta de las remesas. “Muchas hacen ofertas y aprovechamos. Se puede pagar 20 dólares por el envío de dos cajas”, destaca Gustavo Hernández.

La diferencia de vivir en dólares o en bolívares
Las remesas vienen mayormente de venezolanos reubicados en Europa y en Estados Unidos, con el 42% y 40% del total, respectivamente, 12% de América del Sur y 5% de Centroamérica y el Caribe. Esta proporción podría variar ya que 4 de cada 10 venezolanos desean irse del país.

Los venezolanos que viven en EEUU son los que más dinero mandan a Venezuela y alivian de cierta manera la economía asfixiada de su país de origen. “Observamos dos Venezuelas de los que pueden recibir dólares y por lo tanto su poder adquisitivo cambia o mejora y la otra que vive en bolívares y que lucha con un poder de compra que ha mermado debido a la hiperinflación”, acotó Luis Maturen.

Y no es para menos. El rendimiento de un dólar en Venezuela supera con creces a la capacidad de compra que tenga en otro país de la región.

El control de cambio en Venezuela y la caída de los ingresos en divisas han generado la existencia de un mercado paralelo en el cual el precio del dólar se ha incrementado sustancialmente.

Aunque el gobierno ha creado un esquema cambiario denominado Dicom para incentivar las remesas, este no ha generado la suficiente confianza ni los incentivos para que esta oferta de dólares ingrese al país. Quizás el hecho de que Maduro lo anunciara entre risas, diciéndole a la diáspora venezolana con ironía: ‘Véndanme a mí las remesas’ no ha ayudado al éxito del esquema.

Las casas de cambio venezolanas llevan desde 2003 sin vender libremente un dólar, haciendo que el sector casi desaparezca. Antes del control cambiario, existían 24 casas de cambio, hoy en día quedan siete y de estas solo tres están autorizadas para realizar operaciones de compra venta a través del Dicom.

Antes del 2003, año en el cual se instauró la política de controles por parte del fallecido presidente Hugo Chávez y que ha continuado Maduro, el Banco Central de Venezuela subastaba entre 45 millones y 60 millones de dólares diarios a casas de cambio y bancos para que pudieran vender a sus clientes. Hoy en día esa cifra es prácticamente cero.

Muchos venezolanos cruzan la frontera con Colombia para retirar las remesas de sus familiares y al reingresar al país, los dólares son luego vendidos en el mercado paralelo. Informaciones publicadas en medios colombianos indican que la recepción de remesas provenientes de España y EEUU se disparó en 86% en apenas un año.

De acuerdo a cifras ofrecidas por una fuente del sector a Univision Noticias, un monto de aproximadamente 2.5 millones de dólares mensuales es enviado por venezolanos a través de la oficina de Western Union ubicada en Cúcuta.

“Nadie quiere enviar sus remesas a Venezuela por la vía formal (el Dicom de Maduro), el diferencial cambiario hace que la gente tome como referencia el precio del dólar paralelo, el cual supera 6 veces al tipo de cambio oficial”, dijo la fuente que pidió no ser identificada.

Y la diáspora venezolana sigue mutando, introduciendo nuevas modalidades de supervivencia. “Mi papá decidió irse por seis meses a Canadá para trabajar allá en la construcción y ahorrar dólares. Luego de ese tiempo se viene y esperamos vivir con eso por un tiempo aquí”, indicó Fernando Rodríguez, estudiante de Ingeniería en la Universidad Simón Bolívar en Caracas.

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