Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

30 de Noviembre de 2018

“Las gallinas felices no son tan felices”

La batalla animalista recién comienza en Chile. En Europa ya existen 11 partidos políticos con 5 representantes elegidos en diferentes parlamentos de países como Holanda, Reino Unido, Alemania y Bélgica. La cabeza del partido animalista belga es hija de chilenos y esta semana está en Santiago por razones familiares. Si bien cree que hemos avanzado en la tenencia responsable aún queda mucho por hacer con los perros y gatos “en situación de calle”.

Feisal Sukni
Feisal Sukni
Por

El castellano es su segunda lengua. Los animales su primer amor. Dejó Antofagasta cuando tenía solo tres años. Se subió por primera vez a un avión con sus padres, ex miembros del MIR ,en 1984. Estuvo 13 años alternando -como aeromoza de Brussels Airlines- entre un Boeing 737 y los Airbus 300, 319 y 320. En Bélgica hizo su vida y hoy a los 37 años está al borde de convertirse en la primera diputada del partido Animalista belga. Una chilena, de madre y padre, sentada en un parlamento europeo con posibilidades ciertas de ser la sexta eurodiputada de un partido que defiende los derechos animales de un total de 760 miembros.

“Coco” –como le dicen- está técnicamente cesante.  Dejó su trabajo como azafata para dedicarle todo su tiempo a su pasión: el cuidado, la protección y defensa de los animales. Hace pocos días estuvo con su familia visitando el Valle del Elqui y padeció el ataque de implacables zancudos. No mató a ninguno. Ni siquiera lo intentó, incluso pudiendo. Cuando viene a Chile no come ni asado ni anticuchos ni empanadas. Aunque al terremoto y al vino tinto no le hace asco. Su plato favorito son las humitas “porque no tienen nada de carne”. Es vegana desde que tiene 20 años.

¿Cómo se produce tu conversión al vegetarianismo?

– Venía muy perturbada por el documental gringo Earthlings (2005) sobre la explotación de los animales. Eso me tenía muy mal pero un día venía de comerme un McDonalds belga y tenía puesto un chal que me regaló mi mamá de piel. Revisé la etiqueta y era de conejo. Por fuera y por dentro tenía a un animal. Quise vomitar. Como que desperté y vi todo más claro. Después de ese día nunca más comí carne.

¿Cuándo tuviste la primera sensación de que los animales necesitaban ser defendidos?

– Cuando era chica mi papá, que es periodista, me llevó a una filmación. Al matadero de Bruselas y ahí me quedé en el auto esperándolo y escuchaba los gritos de los animales… aún los escucho.

En dos horas se cruza Bélgica de norte a sur. En las mismas dos horas Coco puede ayudar diariamente a algún pájaro herido, gato sediento o perro hambriento. En su auto siempre hay comida para animales y guantes para tomarlos. Es genuinamente una devota del animalismo. “No soy una radical. No odio a los seres humanos. Me molesta esa gente que prefiere ayudar a un perro callejero y no a un vagabundo. La solidaridad es para todos los seres del mundo, animales y vegetales. Las personas, los árboles, los animales. Todos somos necesarios… hasta las lombrices”.

El belga común sueña con la casa propia, como dice la caricatura de la clase media chilena. El belga común tiene al menos un perro o gato que ama con locura. El belga común tiene un sistema de pensión, salud e isapre que ya se quisieran en Chile. El belga común no sabe lo que es un perro callejero y menos un completo italiano. “Fui al cerro San Cristóbal y me comí un completo incompleto. Sin salchicha sin pan ni mayonesa.  El señor se reía de mi petición. Pero lo hizo. Debo decirte que en Santiago hay más oferta en los restaurantes y hoteles de comida vegana o vegetariana que en Bélgica”

¿Cómo llegaste a formar el primer partido animalista de Bélgica?

– Nunca lo imaginé. Estaba metida en política. Fui a mucha manifestación, fui a Londres para la detención de Pinochet. Pero la verdad empecé como miembro del  movimiento ecologista GAIA. Iba siempre a la calle en defensa de las causas animales. El 2010 me di cuenta que existía un partido animalista en Holanda. Los empecé a seguir en redes sociales. El 2011 ya quería formar un partido pero decidí que tenía que volver a estudiar para darle peso a mi deseo así que entré a estudiar Ciencia Política a la Universidad Libre de Bruselas. Terminé hace un año y medio mi carrera. Me contacté con los animalistas que siempre están en la calle ayudando en las marchas no los que ponen like en redes sociales… los que sí dan la vida por los animales, ellos fueron el corazón de esto. Así fundamos el partido animalista hace un año.

¿Qué objetivos tiene este partido?

“DierAnimal” busca garantizar los derechos de los animales en la Constitución belga, y entre otras metas, pretende poner fin a la ganadería intensiva y a la experimentación animal. Apoyamos una agricultura saludable, sostenible, humana y respetuosa con los animales. Entre nuestras ambiciones internacionales se encuentra el apoyo activo para la preservación forestal sostenible y la reforestación de todo el mundo.

“Coco” forma parte de un movimiento europeo que no solo crece. Desde el 2002, cuando se formó el partido animalista holandés, el número de agrupaciones políticas que defienden a los animales ha llegado a 19. Existen representantes públicos de los animales en Holanda, Portugal, Alemania, Reino Unido, Australia y ahora en Bélgica. Si ella resulta elegida diputada donará la totalidad de su sueldo al partido. “Nadie puede enriquecerse con la defensa de los animales y eso está en nuestros estatutos como movimiento político”.

¿Cómo es el contexto de los partidos políticos en Bélgica?

-El partido animalista es el que más crece en Bélgica. Los partidos convencionales están asustados, tienen miedo. Me han contactado de partidos tradicionales para ofrecerme plazas en sus partidos. Saben que los animalistas somos una fuerza grande que viene para quedarse. Incluso han utilizado casi todas nuestras propuestas en sus programas. Copy & Paste. Así. Es un triunfo para la causa que todos se apropien de nuestras banderas de lucha. Saben que seremos una sorpresa.

¿Cómo se traduce eso en redes sociales?

– En Facebook tenemos 6 mil seguidores. El Partido Demócrata Cristiano belga (fundado en 1945) tiene menos de 5 mil seguidores. Somos el movimiento político que más crece.

¿En qué condiciones está el partido animalista de Bélgica?

– Somos una asociación sin fines de lucro. Existimos hace un año pero nos conocen desde febrero de este año. Tenemos 300 miembros que pagan 20 euros mínimo al año. Algunos dan más. 300 miembros en un país de 11 millones de habitantes. El partido animalista holandés que tiene representantes en su parlamento tiene 350 miembros.

¿Quiénes componen tu familia?

– Somos varios. Una perrita pastor alemán llamada Grettel como la del cuento. Me quedan tres gatos: Zorro, Cookie y Plume, porque se me murieron otros  cuatro: Domino, Bébère, Turquoise y Pochito. Tenemos cuatro gallinas, otras cuatro fueron atacadas y murieron. Nuestro conejo falleció hace poco. Y también están las palomas. Son 10. Sí, es que rescato palomas atropelladas y las mantengo en libertad. Viven en mi azotea o entretecho. Tengo una parte abierta para las palomas. Van y vienen. Ellas se acostumbran muy rápido al ser humano. Son simpáticas.  

Y, por último, Giuseppe, mi novio.

¿Cuáles son las paradojas del animalismo?

– Me pregunto qué es lo mejor… ¿Tener animales en casa que viven solos todo el día o que estén libres?¿Encerrados en lindos departamentos o en libertad? Esa duda siempre me persigue.

¿Qué sucede con quienes humanizan a sus mascotas?

Tratar como bebés a los animales, llevarlos a la peluquería para que les tiñan el pelo, ponerles ropa y zapatos… creo que es ridículo. Hacer como que tu mascota sea tu hijo es ridículo. Hay que dejarlos libres, que puedan hacer su vida. Aunque algunas razas de animales no pueden vivir solas porque han sido transformadas a tal punto que no pueden. Modificaciones genéticas para “purificar” la especie, achicar su tamaño y esas cosas me parecen mal. El ser humano trata de decidir todo respecto del entorno sin dejar a la naturaleza ser libre.

¿Cómo imaginas una sociedad en perfecta comunión entre todos los animales?

En una sociedad los animales deberían estar libres. Vivir todos en armonía. Como el pueblo Bishnoi de la India. Ellos viven en medio de los animales los consideran como parte de sus familias, como a los árboles. Los respetan. Fue el primer pueblo ecologista del mundo. Hace 540 años su gurú Jambheshwar profetizó que dañar al medio ambiente era dañarse a sí mismos. Él formuló 29 principios que rigen sus vidas conservando la biodiversidad. Estos incorporan la idea de no matar animales ni talar árboles verdes, ofreciendo protección a todas las formas de vida. En el año 1730, 363 hombres, mujeres y niños bishnois murieron protegiendo árboles que iban a ser talados por orden del rey. Ellos fueron asesinados mientras abrazaban sus árboles.

Según cifras de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) en Chile hay un total de 3,6 millones de perros y 1,2 millones de gatos. Cruzando esas cifras con el Censo 2017 casi el 7% de esos animales no tiene dueño. Es decir, 255 mil perros deambulan por las calles del país. 88 mil gatos no tienen hogar. Desde el 2014 la Subdere ha impulsado un programa que financia proyectos municipales asociados a la tenencia responsable. A la fecha, se han registrado 651 mil esterilizaciones y 477 mil chips insertados a animales.

Vienes a Chile regularmente desde hace seis años ¿Has notado algún cambio en la tenencia responsable de los animales?

– Veo una gran diferencia. Cuando fuimos a Temuco ahí había muchos perros y gatos en las calles. En Santiago está mucho más controlada la cosa. De seguro se preocupan más por la imagen que se da hacia los turistas. En el aeropuerto no se ve ninguno. Santiago tiene mucho desarrollo en todo: calles, tecnología, en fin…  pero sigue habiendo muchos perros abandonados. Yo creo que han mejorado a nivel estatal, no tanto por el amor hacia los animales más que todo por la imagen del país. Pero hace seis años veía muchos perros en la calle y sé que muchas comunas tienen campañas de esterilización y adopción. Eso es muy bueno pero no suficiente. A pesar de que ya no se ve la cantidad de perros callejeros que solía ver en Santiago,  Tampoco veo perro flacos. Ya no hay animales delgados como antes. Eso es un cambio.

¿Qué política animalista concreta le sugerirías al gobierno de Piñera?

– Que los animales sean reconocidos como seres sensibles y que el gobierno haga campañas para reducir el consumo de carne y de productos de origen animal.

Un régimen vegetaríano o vegano genera más salud, menos ataque al corazón, menos obesidad, menos diabetes, cuida tu corazón y eso impacta en seguridad social. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la carne roja es muy mala y cancerígena. Sé que la cocina chilena usa mucho producto animal, tal como en Francia, pero no hay mas tiempo que perder. Francia lo esta comprendiendo. El cambio climático y las catástrofes que traerá están en nuestras puertas y la crianza industrial de animales es de lo que más daña al medio ambiente.

¿Crees que estén dadas las condiciones en Chile para que los movimientos animalistas se agrupen en un partido político?

– Aún es temprano pero las cosas se van moviendo y desarrollando muy rápido. Creo que en un plazo máximo de cinco años esta semilla ya estará en condiciones de convertirse en un árbol que resistirá los vientos políticos y que crecerá y tendrá muchas ramas y frutos. Estoy segura de qué así será.

¿Cómo viviste la presencia de la selección belga en el mundial de Rusia?

– Bélgica es mi país de adopción, pero Chile es mi país de corazón. El fútbol cuando lo miro es solo cuando Chile juega. Si los belgas saben esto me matan. Tuve a la selección de Bélgica como azafata en algunos vuelos y ni siquiera me saqué una foto con ellos. No me interesa mucho el fútbol pero antes era más fan de Zamorano, Salas y me gustaba cuando jugaba el Chino Ríos. Bueno, es porque es Chile. Tuve la suerte de ver “la Roja” en Francia 98. Este mundial que no jugaron estaba igual un poco molesta.

¿Qué autores “animalistas” recomendarías a quienes están buscando referencias en estos temas?

– Me inspiró Peter Singer, Matthieu Ricard, Tom Regan, Tomas More (Tomás Moro) y Aymeric Caron.

¿Qué opinas de las “gallinas felices”?

– (se ríe) la verdad es que esas gallinas felices, no son tan felices.

Coco no se considera una idealista. Cree en lo que predica. El mundo que imagina no le parece una utopía sino una realidad potencial que debemos perseguir como humanidad. Sus lecturas de filosofía contemporánea francesa o norteamericana complementan su convicción de llegar a un estadio de evolución donde todos sean considerados y el dinero desaparezca y con él la desigualdad y el acaparamiento, “porque nada nos pertenece y hay tanto que cambiar y tenemos que comenzar ahora. Es indignante, por ejemplo, lo que ganan los políticos o los futbolistas. Es indignante. Nadie necesita matar un árbol para tener un nuevo mueble. Hay que reciclar. Hay que ser solidarios con todos y todo. Animales, personas, árboles. Los animalistas no solo estamos para defender a los animales”.

Notas relacionadas