Columna del Tío Mamo: (Money) can’t buy me love

De entrada hago la aclaración para los sobrinos que estudiaron en colegio municipal: La traducción del título de esta columna es “(El dinero) no puede comprarme amor”, y es una referencia a una canción de la segunda banda más importante de la historia, luego de “Los Cuatro Cuartos” (¡Al 7º de línea! es muy superior al White Album, que nadie diga lo contrario). Titulé así esta columna porque quiero asegurar responsablemente (acuérdense que estoy en el grupo de WhatsApp de Acción Republicana y que de ahí extraigo todo lo que escribo) que la pifiadera que recibió nuestro presidente en el estadio Nacional Julio Martínez Prádanos durante el concierto de Sir Paul McCartney fue orquestada por la organización marxista ONU, cortina de humo creada para tapar su inoperancia en el conflicto venezolano. Porque si el cantante zurdo (de mano, mas no de pensamiento político) no cantó «Michelle» fue sólo para evitar suspicacias (capaz que Miguel Bosé lea esto y agarre papa). En fin, creo que poco y nada tiene que ver con que minutos antes de salir al escenario y mientras jugábamos brisca en su camerino le haya mencionado al Fab Four que es un gesto republicano saludar al presidente cuando este va a una actividad pública.

Se dice que el actual General Manager del terruño es fanático de los Beatles. De hecho él mismo confesó que tuvo el privilegio de ver uno de los últimos conciertos de la banda. Lo que no alcanzó a contar en aquella entrevista fue que para esa época aún no había nacido. En fin, detalles. No nos vamos a poner ahora a desconfiar de los dichos de un hombre serio y que tanto bien le hecho a La Nación.

Ah chupalla, verdad que “La Nación” cerró durante su primer mandato.

Se rumorea que el eslogan de Piñera «Tiempos Mejores» es una referencia (de muy mal gusto dirá el zurderío) a Here comes the sun, otro clásico de los coléricos de Liverpool, pero con la salvedad de que en este cover chilensis si uno da vuelta la cinta dice que el sol va a salir sólo para el empresariado, porque para el proletariado lo único que le queda es trabajar Eight days a week.

Como a Su Excelencia la política interna se le puso pesada, ya que nadie lo pescó con su idea de hacer un Come together nacional (o segunda “Democracia de los acuerdos”, porque parece que ya se les olvidó que antes de derechizar su mandato, Sebita quiso hacer una Concertación 2.0), el hombre de La Moneda quiso comprar el amor del pueblo venezolano, pero le salió el tiro por la culata. Con su buen olfato para hacer la pasada, y al ver a los maricos gritando “Help!”, “Don’t let me down“, “Estamos hastiados de la Revolution socialista que sólo busca  Back in the U.S.S.R.”, Sebastián (cual Bolívar moderno) pensó “With a little help from my friends Bolsonaro y Macri la hago”, pero ambos líderes neofascistas moderados lo miraron como si fuera un Blackbird.

A todo esto, ¿Saben cuál fue la canción favorita del gobierno de Allende? Hello, Goodbye.

Un dato que suele pasar colado, y que la ministra Cubillos debió haberle sacado brillo aprovechando la efervescencia que todavía produce el colérico británico, es que la dupla de compositores Lennon – McCartney se conoció debido a que en esa época se habían implementado los “Colegios de excelencia” ingleses. Pensémoslo sobrinos: de no haber habido una versión british de la Cubillos capaz que nunca hubiésemos tenido una banda como The Beatles. Por eso puede que no sea tan mala la idea de los colegios de excelencia, porque es quizá la única forma de que genios de todos los ámbitos se conozcan, incluso musicales. Y es que ¿Quién dice que no es posible que los próximos Beatles salgan de nuestro país? Bueno y si no son beatles que sean chombas, o poleras de algodón por último.

Hey Miguel Juan Sebastián: sobre la plebe, me encantaría decirte que She loves you, porque sé que All you need is love, pero lo cierto es que ni siquiera Want hold your hand. Yo creo que te falta codicia Tatán. Mira, velo de esta manera, John decía que The Beatles eran “Más populares que Jesús”, mientras que tú te conformas con querer ser más popular que “Michelle”.

Pero no sufras por eso, Let it be más mejor.