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Entrevistas

30 de Septiembre de 2019

Los ajustes de cuentas de Antonio Becerro: “Todos somos testigos de la desaparición del arte y la cultura como fenómeno social y colectivo”

Fotografía: Hugo Angel

La transición daba sus primeros pasos cuando Antonio Becerro, artista visual y productor de arte, funda el año 1995 el Centro Experimental Perrera Arte. Ha corrido mucha agua bajo el puente y desde su búnker emplazado en el corazón del Parque de los Reyes en la ribera del Mapocho, dice que resistirán el apocalipsis. Ahora, al cumplir 24 años dirigiendo a pulso este centro que no recibe ningún tipo de subvención, pero que sin embargo, lleva adelante un fuerte trabajo con la comunidad, creadores de todo tipo y otros reconocibles de la escena local, Becerro, que no tiene pelos en la lengua, acompañado de música clásica habla abiertamente sobre su trabajo, del ambiente artístico chileno, de políticas culturales y repasa algunas anécdotas sin dejar nunca de lado lo fundamental, su amor por los perros.

Por

El Centro Experimental Perrera Arte cumple 24 años, es decir casi un cuarto de siglo que no es poco, ¿cuál sería tu evaluación del trabajo realizado durante todo este tiempo?

El Centro Experimental Perrera Arte es un territorio/obra. Durante todos estos años ha sido tratado como obra en tanto a la recuperación de su arquitectura, lo que implica sacarlo de su estado de ruina e instalarlo como un edificio histórico para la ciudad de Santiago por una parte. Y eso no es nada de fácil porque se trata de una construcción industrial de hormigón reforzada con fierro. Para los que no saben fue un horno crematorio de basura hecho para soportar calor y peso. Me gusta decir que la infraestructura física ha sido tratada como una restauración de una tela al óleo, con tiempo y cuidado en base a la verdad preestablecida, es decir, que es la craquelure (en francés) es el patrón fino de agrietamiento en la superficie del óleo, que en este caso no significan debilidades, sino que representan una vida vivida en toda su condición histórica y orgánica.

Pero supongo que no ha sido un camino simple sostener toda esta orgánica de la que hablas.

Hemos dado duras batallas para que este centro se mantenga vigente y no desaparezca. Pasamos de la resistencia a las estrategias de sobrevivencia como dispositivo al servicio del arte contemporáneo hacia las comunidades. Su método de expansión se completa con el otro que articulado funciona como un zurcido social. Su plan de gestión es la integración; los costos profesionales y la inversión han sido absolutamente de nuestro bolsillo. La Perrera es un proyecto de arte que involucra complicidad, memoria, una posible identidad local. Es un proyecto orgánico y particular, su curatoría es independiente, sin censura o privilegios, por ello es atractivo para las producciones de artistas emergentes que arriesgan exponiendo sus trabajos no comerciales. Para muchos este espacio es un desafío, una tentación a explorar otros límites en las artes. Este lugar, en condiciones de ruina, ha sido recuperado por artistas y administrado por uno de ellos.

La Perrera como centro experimental prácticamente nace con el retorno de la Democracia en Chile, cuéntame un poco cómo se dio este proceso.

A comienzos de los 90, fui invitado a ocupar la Perrera como taller de pintura. El espacio me cautivó por su emplazamiento, su arquitectura, su historia y las posibilidades de crear a gran formato y experimentar, investigar, mezclar soportes, formatos, técnicas, contenidos, etc. Un lugar con muchas facultades para las artes visuales fuera de la mordaza de la academia. Había espacio, así que decidí abrirlo a otras experiencias, a otros artistas. La idea que me motivaba era que se involucrara activamente a la comunidad barrial en esa experiencia de vivir y comprender el arte contemporáneo desde su propia producción.

Imagen: Archivo La Perrera.

Me interesa saber cómo fue el paso de la dictadura a la democracia en tu caso como Perrera.

El trance de la dictadura a la “democracia” fue desconcertante para muchos que peleamos a la contra en la calle. Muchos artistas venían con gran energía después de haber vencido al dictador y teníamos ideas de armar espacios culturales, centros de arte, levantar y ocupar espacios con la ayuda del estado, pero no fue así porque al poco andar muchos se dieron cuenta como fueron usados y traicionados por quienes comenzaban a administrar el poder político durante la primera transición. Entre ellos, políticos de la propia izquierda que comienzan a acomodarse y a achancharse. Es en ese contexto que muchos artistas encuentran en la Perrera Arte un espacio también para proyectar sus trabajos y comenzar nuevamente, lo que significó también abrir posibilidades a la esperanzada escena local. Era una democracia muy débil, no existían espacios ni voluntad. No existían los grandes centros culturales financiados hoy por el estado. Los 90 fueron muy complicados para instalarse y ubicarse. Tratar de entrar, de meter tus ideas en el medio artístico de ese Chile de la transición fue difícil y, a veces, humillante.


“Para mí la traición a Andrés Pérez representa el fin de una época y la desaparición del artista como fenómeno social protagonista de los cambios”


El medio cultural, si es que lo podemos llamar así, ¿es en ese entonces cerrado?

No todos, pero el autodenominado mundo de la cultura, que rápidamente se convierte en un mundo de operadores de la política cultural, algunos mal llamados gestores, otros pseudo artistas y académicos de escritorio eran de una arrogancia feroz. La prepotencia de tipos que se sentían dueños de la escena artística oficial de esos años era misógina, clasista, xenófoba y machista. En esa lógica como dispositivo articulador entre artistas y colectivos independientes, en Perrera Arte fuimos resbaladizos y rápidamente encasillados por el establishment del arte nacional como los raros, oblicuos, punkies. No militábamos y no teníamos los apellidos de los controladores, de los fácticos de la cultura y las artes. Nosotros no llevamos ese cartel por delante para hacer nuestro trabajo.

¿Te consideras un actor de la contracultura? Te lo pregunto porque hay figuras icónicas con las que trabajaste y conociste como Andrés Pérez, Pedro Lemebel, Raúl Ruiz.

Solo trabajé formalmente con Pedro Lemebel con quien hicimos una obra compartida, un video único en la que Pedro recita a los perros callejeros y que se grabó en Radio Tierra. Con estos maestros compartí ideas y consecuencias comunes. Ellos fueron por sobre todo grandes artistas e inspiradores. Como José Balmes que fue de una consecuencia lógica y sana, que al igual que los otros que mencionas pasaron a ser molestos y complicados para el modelo cultural de esta transición defectuosa. Si lo piensas bien en la actualidad Perrera Arte con la impronta de esta generación, es la herencia directa, es la continuidad de ese legado, de ese modo de producir espacios y obras con una poética propia y una crítica a la cultura de mercado que ya se comenzaba a instalar con mucha fuerza. De ellos, me quedó, entre otras cosas la forma de acercarme a la comunidad sin prejuicios ni terror, a no esperar nada de nadie, a no tener miedo de ser independiente sino de jugármelas con las vísceras, y estimular el motor propio porque es muy difícil en Chile producir sino es con dolor.

¿Por qué crees que Andrés Pérez fue literalmente expulsado de Matucana?

Claramente Andrés les fue útil como artista y maestro en el montaje de la cultura del periodo de la transición hacia la democracia, pero con la instalación de los gestores culturales como figuras neoliberales fue inminente la traición a él y a su compañía y su legado. Porque él ya no cumplía con los fines de los operadores de la concertación y sus negocios que traían como amarra las industrias culturales que más que culturales eran instituciones controlables, con una espacie de profesionalización a cargo de personajes que venían designados con una experiencia inconsistente, además de comportamientos erráticos. Siempre tratando de poner al otro en tu contra, o sacarse los mocos delante de ti, con movimientos de hombros incontrolables y picazón de nariz. Para mí la traición a Andrés Pérez representa el fin de una época y la desaparición del artista como fenómeno social protagonista de los cambios. Estas políticas fueron articuladas para que el estado no se hiciera cargo de la creación, dejándoselo en manos de administradores y supuestos profesionales de la cultura. Si hoy tenemos una crisis en la cultura y las artes es justamente por este tipo de decisiones arbitrarias y poco inclusivas.

Soy de los que está convencido de que Andrés con recursos hubiese hecho algo increíble.

Por cierto, seguramente tendríamos nuevas obras, tal vez habría hecho películas junto a Raúl Ruiz, o habría recuperado salas de teatros u otros galpones. Estoy seguro que habría sido un aporte a la formación del actual Ministerio del ramo y su relación con el uso del espacio público para las artes. Chile como imagen país se habría beneficiado. Con todo lo que hizo el Consejo de la Cultura y ahora Ministerio, no se ha podido igualar a lo que hizo Andrés Pérez como embajador artístico en todo el mundo. Andrés demostró que sí hay memoria, que existe una identidad, y que el arte y la cultura se deben defender como ejercicio colectivo entre los que crean y la comunidad. Querámoslo o no el aporte irrefutable a nuestra cultura de los pensadores, creadores, crasks sociales que corrieron el cerco y los límites fue fundamental para ensanchar y entender nuestra identidad cultural. Lamentablemente los fácticos usaron como estrategia el desalojo en el nombre de la cultura renovada y así se cargaron a uno de los genios más connotados del último tiempo en el mundo, me refiero a Andrés Pérez Araya.

También recuerdo la censura a Juan Dávila o la obra Prat de Manuela Infante.

En las democracias modernas la sociedad de control se ha perfeccionado perversamente. Todas esas censuras fueron una clara señal de lo que se venía y de lo que estamos viviendo ahora. Los conservadores de izquierda y la social democracia no solo carecen de cultura colectiva, sino que su perspectiva no es la reciprocidad, su gloria es el amor al dinero y el individualismo. En su loco afán por mantenerse en el gobierno, les gusta el autoritarismo que ejerce el poder. Tuvieron todo para terminar con el legado de la dictadura, sus prácticas de censura y control. Yo mismo sufrí censura cuando mostré la exposición financiada por el Fondart “Óleos sobre perro” y algunos honorables  del congreso me pidieron que devolviera los fondos. En parte creo que fue porque a los lobistas y los operadores culturales les molesta profundamente la crítica y la subjetividad del arte.

Se ha perdido crees esa capacidad de reflexionar críticamente desde quienes trabajan desde un gobierno u otro.

El diseño y el propósito del modelo cultural están pensados y articulados para evitar el conflicto. Todo es políticamente correcto y aceptado en la cultura del espectáculo, de este modo los festivales y espectáculos masivos, donde se gasta mucho dinero, funcionan como lugares comunes para justificar el nombramiento de la palabra cultura para anular la diferencia y la crítica. De esto modo los recursos se entregan a dedo de forma endogámica, y me refiero a las mismas familias de derecha, socialistas demócratas e incluso de izquierda que han conformado una élite burocrática y política que se beneficia solo para sí mismo. Personas  sin escrúpulos que se justifican disfrazando lo obsceno como lo aceptableA ninguno de ellos les interesa la cultura ni menos el arte si no es solo para entretenerlos y para decorar sus casas.

Pero hay que admitir que el país también experimentó un auge en lo cultural que se expresa en un entusiasmo de la gente por recuperar sus espacios y el protagonismo en la actividad artística.

Sin ninguna duda, pero el costo social y cultural fue muy alto. Había que sacar al dictador y festejar esa recuperación junto a todas y todos. Ese auge se vio reflejado pero era lo mínimo que se podía esperar. La gente les entrego la confianza y ellos tenían los recursos, las leyes para recuperar los espacios y experimentar un desarrollo cultural a gran escala que también se viera reflejado en la comunidad y no solo en su actividad económica o de los grupos de poder. Hubo manifestaciones de apertura pero en la medida de lo posible en el contexto de  democracia vigilada. Como veníamos de la oscuridad de los años 80 hubo mucho festival, conciertos, fiestas de poncho, charango, salsa y cosas así pero fue solo pirotecnia y espectáculo para las masas. El punto es que no todos fueron invitados a la mesa, pero todos fuimos y somos testigos de la decadencia, de la desaparición del arte y la cultura de este país como fenómeno social y colectivo.

Imagen: Archivo La Perrera.

Hay quienes te estiman mucho y otros que no te pueden ver ni en pintura ¿Qué opinas?

Estoy más allá de lo que piensen o digan los demás de mí. Mis gustos son exóticos y mis inclinaciones sofisticadas e infames. Lo digo sin ego alguno. No necesito refuerzos convencionales para reafirmarme moral y estéticamente. Los medios convencionales de los entendidos, sus críticas histéricas, cursis o sus halagos solapados me importan una mierda. Sus cabezas llenas de citas y prejuicios, no de todos por supuesto, aburren. Hace mucho tiempo que deseché el bien y el mal en nombre del conductismo refinado. Por cierto tengo amigos muy leales y peludos, con  hocicos, orejas y cola, ellos no son nada de vanidosos ni se miran el ombligo todo el día.

Recuerdo que una vez le lanzaste un perro en un programa de televisión a Fulvio Rossi. Parece que hablaban de Derechos Humanos ¿Qué recuerdas de ese episodio tan psicodélico?

Fue una acción de arte que denomine “El cadáver exquisito” en el programa “El termómetro” de Chilevisión. Recuerdo que él me hostigó por la exposición “Oleos sobre perro” que había generado una fuerte controversia por el manipulación de cadáveres de perros atropellados que yo recogí para ser taxidermizados y luego pintados sobre sus cuerpos. Esta muestra fue financiada por el Fondart, es decir por el Estado de Chile, y la interpelación grotesca y desinformada de Rossi fue completamente absurda. Él decía que yo mataba a los perros y lo enrostré y le hice ver su ignorancia. Entre otros, estaba Nivia Palma, la escritora y periodista Marta Blanco y el ex ministro  Rodrigo Hinzpeter.  El tipo reculó y dijo que todos los muertos tenían derecho a ser enterrados. En ese tiempo estaba muy vigente el tema de los derechos humanos. Entonces le dije que se preocupara de encontrar los cuerpos de los detenidos desaparecidos a lo que él respondió que no me la sacara con esa. Fue realmente tan vergonzosa su respuesta que le respondí diciéndole que si era tan buena persona enterrara él a todos los perros atropellados en las carretas. Me dijo que si lo hacía. Yo cruce el panel y le tire un perro muerto en una bolsa de basura y le dije, “toma entiérralo tú”. El, como todo político chanta y farandulero, salió espantado del set de televisión.

Francisco Brugnoli, que es el director del MAC, también te cuestionó por una obra en la que aludías a Gonzalo Díaz.

Todavía sigue en el cargo… (Risas)…. Recuerdo mi primera exposición individual, “Entiérrate, Chaperona” en el Museo de Arte Contemporáneo cuando Francisco Brugnoli, que venía recién asumiendo como director, me quiso censurar. Me dijo que si no sacaba una de mis obras, “estaría por verse mi futuro”. Esa obra la seleccionó el director y curador Ernesto Muñoz  y  a Brugnoli no le quedó más que asumir la exposición porque ya estaba agendada. Era una instalación en la que a primera vista se exhibían varios perros taxidermizados  observando su retrato pintado en un lienzo pero con los ojos humanos de los grandes maestros. Era una exaltación a los artistas íconos en la historia universal del arte. Dentro de esa composición tomé al artista chileno Gonzalo Díaz como referente. Y esa obra tenía a un perro taxidermizado sobre una silla de  ruedas observando su retrato pintado al óleo sobre tela. Era un retrato mal pintado a propósito que le daba un aire al estilo del comics.


“Los conservadores de izquierda y la social democracia no solo carecen de cultura colectiva, sino que su perspectiva no es la reciprocidad, su gloria es el amor al dinero y el individualismo. En su loco afán por mantenerse en el gobierno, les gusta el autoritarismo que ejerce el poder”


Seguro que debe existir un espacio más conservador al que le gusta correr menos riesgos y se le hace difícil encasillar tus provocaciones.

He metido mano a la materia orgánica como soporte de trabajo escultórico. A la resina plástica con fibra de vidrio como material dúctil y moldeable para mi serie de esculturas para la exposición “Encontraron cielo” en el Museo de Bellas Artes por ejemplo. Al video arte como obra experimental  sujeta  al movimiento y a los datos auditivos en vivo, a la performance, la danza, al teatro. He compuesto letras y música para bandas  independientes, he realizado dirección  de arte para el cine, series de tv y proyectos absolutamente de autor, trabajo con fierro, madera, materiales reciclables, piedra, y pinto al óleo y acrílico sobre cualquier soporte pero últimamente estoy volviendo al lienzo y es exquisito. Como persona ecléctica podría decirse que soy un artista multidisciplinario así que mi trabajo es difícil de encasillar, resulta desconcertante y a veces es inabordable para curadores y galeristas nacionales que por lo general arriesgan muy poco. Pero lo que más incomoda y les provoca es que no responda a nada y sea políticamente incorrecto. En Chile  todo se mide y se pesa con el rigor del control. No puedes hacer tantas disciplinas. O pintas o esculpes. Tampoco escribas o cantes, ni embalsames perros. Ese control del medio de las artes es la que me espanta y asfixia. A mí me interesa transformar la materia por curiosidad profesional. Pásame una piedra y la hago hablar, pásame un político y lo hago callar.

Cuéntame cómo surge tu interés por la taxidermia y la figura del perro callejero como metáfora.

La taxidermia es para mí una técnica que se basa en el conocimiento del cuerpo vivo y muerto, es abrir el forro del conocimiento. Es el estudio y el virtuosismo de esculpir con el bisturí lo orgánico. Es una nomenclatura que va desde el antiguo oficio del sepulturero, del escultor, del cirujano, del carnicero y del sastre al arte. Es como una confección invisible que va desde la herejía de la belleza al silencio de la quietud. Con ello busco en mis obras  tergiversar el estatuto de las instituciones sociales y religiosas, traspasar los límites de las disciplinas artísticas, así como establecer una poética personal a partir de la búsqueda estética de lo reconocible como nacional. A partir del levantamiento de escombros orgánicos (cadáveres de perros atropelladlos en calles y carreteras) busco rescatar la imagen del perro callejero como metáfora del chileno. El perro convertido en escultura mediante la técnica milenaria de la taxidermia. La metáfora del perro callejero como la periferia, icono de una identidad de Chile; tención, reflexión y debate social a partir del arte en el perro. Todo esto con el propósito de abrir espacios de reflexión, generando ciertamente una provocación.

Pero ahora el perro callejero neoliberal es distinto o sigue siendo el mismo perro con pulgas.

El problema es del mejor amigo del perro que en su felicidad neoliberal aparenta un estatus, sometiendo a su mascota a que haga juego con la 4×4 o el peinado de Vidal.  El pobre perro doméstico se siente ridículo yendo a la peluquería. Sabe que el perro amo exhibe sus  vicios luciendo marcas para darle mas pedigrí. Lo sacan de repente a pasear en la 4×4 para mostrarlo como objeto humanizado, como un lujo, pero en el fondo el pelaje tercer mundista del amo y el perro es el mismo. El perro callejero neoliberal está libre de ese aparente éxito porque su plan es sobrevivir el día a día y es indiferente a la moda.

Imagen: Archivo La Perrera.

La Perrera se emplaza en pleno Parque de los Reyes, al costado del río Mapocho ¿Cómo es trabajar todos los días en este espacio que ya debe ser parte de la escena barrial del sector?

Aunque  yo no estoy todo el tiempo aquí te puedo decir que hay dos jardines infantiles. Uno al frente del Parque los Reyes y el otro a una cuadra y en los patios de ambos jardines está pintada a colores el edificio de la Perrera Arte. Eso te puede dar una idea de cuan adentro estamos en el imaginario colectivo  de esta zona de Santiago. En uno de esos jardines realicé una acción de arte a pedido de las tías y le puse por nombre “Ejercicios en el jardín”, fue formidable y revelador. Con la reacción de los pequeños frente a los estímulos del arte uno se da cuenta que tenemos demasiado infantilizados a los niños, porque no son tan ingenuos y sonsos como los queremos ver. Los vecinos, los estudiantes de los colegios  que vienen a ver  exposiciones y los visitantes esporádicos que visitan el parque los reyes agradecen la seguridad y el punto de luz que significan nuestras actividades que dan vida a esta zona.

La Perrera Arte se encuentra en una delicada frontera al borde del río Mapocho, las jaurías de jóvenes que viven en la caleta del puente Bulnes vagabundeaban  en este sector. Nuestro gran proyecto ha sido volver habitable este territorio para las familias, para los vecinos, muchos de ellos emigrantes, que quieren salir a correr, a pasear sus perros o a disfrutar el arte. Por eso las autoridades municipales nos han reconocido en dos oportunidades. Para el colectivo de la Perrera trabajar en este espacio es ideal, tiene muchas posibilidades que te permite crear obras a gran escala y compartirlas con la comunidad barrial. Que mejor que estar en un parque público y visitar también hitos históricos como los Silos que ahora son un centro deportivo ciudadano que se llama Fundación  deporte Libre o el sitio de memoria en homenaje de los Detenidos Desaparecidos, realizado por el fotógrafo Claudio Pérez.

Me imagino que la autogestión en tu caso es la clave para mantener vigente con actividades y muestras el espacio ¿Cómo lo hacen?

Uf!!  Nadie dijo que sería fácil, tuve  que metabolizar para entrar sin mirar atrás. Somos una maquina de producir y es muy agotador ser independiente en un país al que le importan poco la cultura y el arte, más bien te la hacen más difícil. La curatoría es muy importante  para la selección de las actividades que forman una parte de la autogestión. Por ejemplo seleccionamos un evento de la Blondie en donde mostraremos algunas de las obras de nuestras colección privada de arte, lo que se traduce en un ejercicio de apoyo y colaboración. Nuestras producciones y alianzas con proyectos  privados, públicos y ciudadanos acorde a nuestra curatoría han sido el diseño y el propósito de ser independientes. Realizamos trabajo para terceros como la construcción de escenografías para teatros, danza, televisión, cine, etc… prestamos servicios de montaje de obras, asesorías en dirección de arte, clase de artes y oficios rescatando maestrías en el uso de herramientas. Desde nuestros comienzos en varias cosas fuimos pioneros, en la época en que todavía no se hablaba de residencias artísticas nosotros abrimos las puertas para crear, experimentar y recibir propuestas novedosas para ese entonces. Los canjes y el cooperativismo hay que entenderlo como otra forma de inversión al emprendimiento individual y colectivo. La mayoría de los artistas nacionales y extranjeros que han pasado por aquí han dejado un aporte al espacio. En la autogestión hay que leer el presente y el entorno con lucidez. 

Ahora hay un Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ¿Pasa algo o no?

Se asomaron y hemos tenido conversaciones aisladas que no han llegado a nada. Ni siquiera una aspirina. Vienen y se asombran del espacio, lo ven como una choreza, una rareza precaria. Son muy correctos, pegados a la norma, pero técnicamente bien entrenados para obstaculizar las cosas a través de reglamentos. Creo que las autoridades pueden tener intenciones sensatas, pero se entregan a un aparato, un modelo que no les permite arriesgar y cruzar ciertos límites de lo establecido. Este espacio y su modo de gestión están fuera de las normas del modelo de mercado cultural, pero si se lee correctamente hay que asimilarlo como un ejemplo de otra institución colabora que podría aportar mucho al ministerio de la cultura. Lamentablemente, me queda la sensación que muchas de las personas que operan desde el ministerio de las culturas no se encuentran a la altura de lo que implica una implementación de la institucionalidad cultural pública. Algunos derechamente reman para atrás y están allí en su cargo desde la época de Patricio Aylwin, son personajes que han perdido la objetividad y las capacidades críticas. Además han perdido la voluntad y la fe. No estoy en contra de los funcionarios públicos, sino más bien en contra de la atrofia.


“El diseño y el propósito del modelo cultural están pensados y articulados para evitar el conflicto. Todo es políticamente correcto y aceptado en la cultura del espectáculo, de este modo los festivales y espectáculos masivos, donde se gasta mucho dinero, funcionan como lugares comunes para justificar el nombramiento de la palabra cultura para anular la diferencia y la crítica”


Pero vamos al grano ¿Qué opinión tienes del modelo cultural en términos generales?

Es complejo el tema pero lo más claro es que asistimos a una crisis de identidad cultural que es más que evidente. Las formas y prácticas extremas de consumo neoliberal, en donde el arte no es la excepción y muchos de los que endiosan las industrias culturales y creativas como tabla de salvación, son también cómplices indirectos porque finalmente están dentro de una matriz de mercado feroz, que no hace otra cosa más que replicar la desigualdad capitalista en el paradigma cultural. Es una catástrofe, y en lo que respecta al Ministerio que lleva el tema, lo que más me causa espanto es el mundo administrativo y burocrático entrelazado con el poder de turno. Hay una casta de funcionarios públicos en cultura que de verdad, no hacen mucho. Algunos llevan años paseándose por los distintos pisos de los edificios de la cultura sin pudor. Otros acomodados que eran progresistas de izquierda ahora le hacen muecas a la derecha con tal de permanecer en sus puestos de trabajo como le llaman. Venden la pomada y hablan de la cultura y de las artes con una autoridad asombrosa pero tienen la cagada a todo nivel. Si miras por otra parte la precariedad cultural en las periferias es sin precedente y un insulto. Los pobres han sido olvidados por el modelito este que siempre está excusándose en que hay pocos recursos y que no alcanza para todos. Pero resulta que sí alcanza para quienes tienen poder y están en el lobby político.

No se trata solo de repartir platas, fondos y asignaciones, porque eso no resuelve el problema. Estamos hablando de una institucionalidad que hoy no tiene narración, de un ministerio y no de una caja prestamista. El año pasado ya quedó el griterío de instituciones colaboradoras como les dicen por el presupuesto pero finalmente se repusieron los recursos ¿Qué va a pasar este año? Entiendo que se les exigió mostrar resultados ¿Hay una fiscalización seria por parte del Ministerio?, ¿Se mide realmente el impacto social de estas instituciones? Creo que la ciudadanía merece una respuesta transparente y seria. Esto no es puro lobby y arreglines entre operadores culturales. Ahora un Estado asistencialista para mí no es la salida. Se necesita una administración inclusiva y la participación de la comunidad activa que proponga y de señales de rutas a seguir. En este modelo lo más grosero es que el talento pasa desapercibido y los bufones de la corte se siguen haciendo el pino.

Imagen: Archivo La Perrera.

No es una tarea simple la instalación de un ministerio aunque en el caso de cultura el trabajo fundacional ya existe hace un buen rato.

Toda implementación burocrática es compleja. Desde lo político administrativo, hasta lo presupuestario y los modelos de gestión que buscan una supuesta eficiencia. Pero creo que hubo administraciones anteriores con algo de mayor experiencia en lo referido al manejo y la relación con el entorno creativo y cultural. Yo diría que hay que reformar las vialidades técnicas a fin de proteger las subjetividades del arte y su poética. En la política de lo concursable, ¿Quién escoge a los evaluadores, son realmente expertos? ¿Son personas capaces, son minuciosos y objetivos para añadir un aporte con visión? Hoy es un asunto bastante anómalo, raro y mediatizado por intereses corporativos, económicos y con tranzas que se dan entre diferentes sectores asociados a la cultura y este asunto obviamente tiene que involucra a la ciudadanía y a los propios artistas. Pero además, hay que decir que en el ADN de la derecha no existe un componente asociado a la cultura democrática. Los operadores culturales solo obedecen como mascotas adiestradas a sus jerarcas que por lo general son personas indiferentes, ignorantes y ven a los artistas como gente de izquierda, servidores de izquierda.

Supiste que nombraron a Soledad Novoa en el Centro de Arte de Cerrillos… ¿Qué opinas de este proyecto que tuvo tanto bombo y platillo?

Creo que es una profesional idónea para ese espacio y me parece la más indicada. Además entiendo que se llevó a cabo un concurso público. Tiene el curriculum y la experiencia. Los otros postulantes tenían caminos más endebles salvo la familiaridad que hay en las elites. Me parece sano que se haya cortado el cordón umbilical de la endogamia en este caso puntual. Porque los hijo D y algunos apellidos fácticos carecen de ideas propias y se han adueñado con arrogancia de la palabra cultura en este país. Ahora bien hay que irse con cuidado en tanto a los presupuestos y a la definición del espacio Cerrillos como centro de arte contemporáneo, ¿Cuál es su proyecto?, ¿Cuál es  su propósito?. Pero me parece sensato que Soledad Novoa pueda asumir este desafío porque no se podía seguir sosteniendo un proyecto que genera expectativas en el medio cultural con funcionarios administrativos que no tienen el bagaje ni la preparación para dirigir un centro cultural.

Quizá ustedes como Perrera pueden aportar mucho desde la experiencia comunitaria y barrial a la gestión de Cerrillos.

Hay que ver como se inscribe en la escena local actual. Si se aclara su diseño de acción y se definen sus contenidos para que fue creado, somos mataría dispuesta para alianzas y podríamos ayudar con nuestra experiencia  a diseñar programas  para acercar y comprender el arte contemporáneo hacia la comunidad aledaña, además de ver estrategias de inserción en la encerrada escena de las artes visuales en Chile.

Te sientes fuera del mercado del arte o esa es una realidad de donde no se puede nadie escabullir.

El arte actualiza las percepciones humanas, me quedo con eso. Entro y salgo cuando vendo obras a mi precio.No es malo vender obras,  al fin y al cavo una definición del artista podría ser el que vive de su obra. No tengo la boca dibujada. Otra cosa es hacer arte comercial y dedicarte a eso y mantenerte en un circuito que por cierto en Chile no existe. Eso sí, me gustaría a ver sido del grupo selecto de Lázaro. Tiene que a ver sido muy importante, imagínate ser amigo del que tiene el poder sobre la muerte, el pan y el vino.


” (…) hay que decir que en el ADN de la derecha no existe un componente asociado a la cultura democrática. Los operadores culturales solo obedecen como mascotas adiestradas a sus jerarcas que por lo general son personas indiferentes, ignorantes y ven a los artistas como gente de izquierda, servidores de izquierda”


Se ha normalizado tanto el modelo neoliberal en la cabeza de la gente que ya casi nadie cuestiona nada. Hasta las estupideces más exóticas y las cosas más aborrecibles parecen normales ¿Se supera el arte o es funcional?

Los límites de  lo normal se están estrechando. La estupidez humana no tiene límites, los parámetros de realidad se confunden entre entendimiento y empatía. El modelo lo ha penetro todo, esto es un verdadero desastre, nadie escapa ni los budistas en el Himalaya. Los artistas no escapan al lema producir, consumir y ganar. Su ego y su vanidad son quebradizas. Sin generalizar la verdad es que a veces siento que muchos están haciendo obras para llamar la atención  y jugar en su propio club.  Pero no soy el más indicado para responder esto porque no estoy siendo objetivo, estoy  fuera  de la matriz. Lo que sí sé, es que el arte como actividad humana esta inmaculada porque está en el campo del imaginario, del abstracto que es lo único  que nos va quedando.

Cuál es tu próximo trabajo como Antonio Becerro.

Entre otras cosas estoy comenzando una serie de pinturas sobre lienzo. Específicamente sobre las sabanas que  registraron los fluidos de mis perros antes de morir.  Manchas que sugieren dibujos e imágenes  a partir del oxido y ácido úrico que le dan un tono sepia, algo así como el santo sudario. Se titula “Espectros caninos”. Trabajo en la producción  y dirección de un vídeo promo sobre los 25 años de Perrera Arte. Cuando  me queda tiempo trabajo  en una escultura en fierro con forma de bar que tiene autonomía energética para iluminarse. El proyecto del jardín para el palacio me tiene obsesionado y junto a arquitectos y diseñadores vemos su instalación como punto verde para la terraza. Todo esto en medio de la producción, la dirección y la curatoria de la Perrera Arte que me consumen mucho tiempo. Voy a finales de año a Meeting, una gira muy Perrera  Arte  a darle vueltas a la cosa de la cultura en sus circulaciones actuales. Y voy de forma independiente a París, Copenhague y Rumanía invitado a una red de encuentros por centros de arte  similares a este en donde compartiremos  modelos de cooperativismo, modelos de producción y daré charlas sobre la autogestión bajo el concepto de Territorios obras sustentables al 2027.

Y la Perrera, cómo se proyecta para los próximos 25 años…. ¿Resistirán el cambio climático?

Esa pregunta opera igual para todos, de igual modo su respuesta. Darwinismo. La vida misma en si es provocativa.  No es horroroso ver a los gobernantes que tenemos en esta época, como cresta se llego a esto, como se aguanta tanto, tanta idiotez y destrucción. Bolsonaro, como el pez más grande que destruye la pecera, es increíble todo esto. La construcción de la Perrera Arte es un bunker, es el Arca de Noe y de seguro sobreviviremos al cambio climático, al apocalipsis, a los terremotos, a la explosión de la bomba nuclear activada por los funcionarios públicos con sus carpetas plásticas que solo obedecen ordenes. Y llegado el momento sabremos negociar con alienígenas y los sobrevivientes que queden.Santiago es la ciudad de los dolores y sus funcionarios morirán calcinados en sus escritorios con sus formularios. Dejándose de bromas, los nuevos funcionarios neoliberales del ministerio de las culturas con suerte te devuelven el correo o las llamadas por teléfono. Dicen que están muy ocupados, que están tapados de trabajo en sus memorándum o resoluciones. Son de verdad, una especie de laboratorio. Siempre se me ha criticado que meto a todos en el mismo saco, que generalizo, es decir que  culpo  y digo ¡Chile de mierda! cuando  en realidad no son tan malas personas y son solo sus políticas destructivas y egoístas. Un amigo me dijo: “Chile no son solo las personas, es un paisaje de punta a punta hermoso con gente linda  y animales”. El problema es que ahora  te restriegan en la cara  que se metieron con el paisaje, lo afearon, lo están destruyendo todo, está quedando muy poco, y no puedes hacer nada, solo se salva nuestra memoria de lo que fue.

Es verdad que también haces clases de arte ¿Qué significa eso dentro de todo este escenario que describes?

Sí, ahora hago clases a un joven. En torno al arte no hay materias ni conclusiones precisas. No hay un método exacto de enseñanza y esa es mi base programática. Evaluó con ejercicios concretos, pero por sobre todo me interesa la capacidad de reacción, el virtuosismo y la curiosidad del alumno. Me carga la caricatura del pupilo como reducto de influencias, producto de la repetición  como  método  de aprendizaje  para terminar siendo una batería en el sistema. Para mí es mejor el rol de ayudante o asistente instruido. Este chico como todo joven, es disperso e inquieto. Arthur Rimbaud, poeta adolescente, decía que “Nadie es serio a los 17 años”. Esa frase resume con inteligencia los gustos, tonterías y las mentiras de la adolescencia. Tiene algo  pero  tendrá que esforzarse mucho para que él entienda  que el  arte es mucho más que una bobería para escapar del aburrimiento.

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