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Entrevistas

3 de Octubre de 2019

Francisco Cox: “La Ministra Cubillos no ha dejado de ejecutar las leyes y no ha infringido la Constitución”

Emilia Rothen

Ha dicho que los congresistas abusan de las herramientas que tienen, así, ha desestimado, de entrada, la acusación constitucional contra la Ministra de Educación, Marcela Cubillos. El abogado Francisco Cox, quien la defiende en este proceso, aseguró que, pese a votar históricamente contra la derecha, hoy defiende a la Secretaria de Estado porque cree que “estamos jugando demasiado con las instituciones”. La defensa de la ministra Cubillos ha sido una sorpresa para muchos dada su gran connotación internacional en la defensa de derechos humanos: es el único chileno que ha litigado en la Corte Penal Internacional y uno de los cinco expertos nombrado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA para investigar la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa, en México. Sus convicciones con respecto al individuo frente al Estado, lo han llevado a defender también a Jovino Novoa y Ena Von Baer, en el Caso Penta. Acá la entrevista que realizó Patricio Fernández para el programa Sonar Actual de la 105.3.

Por

*Nota de la Redacción: En nuestra versión impresa aparece una versión errónea de la bajada y donde se señala que “pese a votar históricamente por la derecha…” … debe decir “pese a votar históricamente contra la derecha”.

Antes de entrar en temas nacionales, ¿en qué terminó, si es que terminó, Ayotzinapa y los desaparecidos en México?

-Por estos días se cumplen cinco años de que desaparecieron los 43 muchachos. Los papás y mamás están, obviamente, en actividades de reflexión, manifestación. El Presidente López Obrador, inició su mañanera al lado del fiscal a cargo del caso, Omar Gómez, que fue nuestro Secretario Ejecutivo, que tomó el caso como fiscal y está en el proceso de investigación. Ahí, lamentablemente, producto de las torturas que fueron sometidos muchos de los presuntos responsables, se ha decretado de libertad de, al menos, 31 personas que estaban detenidas… que podrían tener información…

Los soltaron por los malos tratos que han recibido de la policía…

-Sí, por vía de amparo. Ellos, en el fondo, acreditaron torturas. Esto es paradójico, porque nosotros dimos cuenta de las torturas de ellas al inicio porque en México cada institución que toma contacto con un imputado tiene que hacer un certificado médico y nosotros vimos que las lesiones iban aumentando y no disminuyendo. Y hay personas claves que fueron sometidas a torturas. Uno de los cabecillas, que es el Cabo Gil, sin duda podría haber tenido mucha información para esclarecer. Si hubiéramos aplicado un derecho premial al estilo colombiano, podría haber dado muchísima información. Es lamentable que se haya liberado en estos momentos.

Son poquísimos los casos de crímenes y desapariciones que se resuelven en México. Te lo digo porque, ponte tú el dato de los periodistas asesinados era muy impresionante, ¿cuántos se resuelven? Creo que menos del 1%… 

-En México, lo que nosotros constatamos a través de la Comisión Interamericana es que el proceso es la pena. Entonces, lo importante es que hubo gente en prisión preventiva mucho tiempo. Imagínate, algunas de estas personas estuvieron cinco años en prisión preventiva y recién ahora los liberan, esa es un poco la lógica. Entonces, la investigación es muy precaria, muy sustentada sobre declaraciones y confesiones, lo que genera muchos incentivos para la tortura. De manera tal, que la prueba científica, lo que nosotros siempre dijimos respecto de la verdad histórica que al final se derrumbó a pedazos, es que hay que investigar con criterio científico no con las declaraciones del imputado. Solo una vez que tu ya tienes un caso sólido, confrontas al imputado. Ahí, si es que amerita, le puedes dar un beneficio a cambio de información, que en este tipo de casos es crítico para la búsqueda. 

¿Da más gusto a un abogado defender causas de derechos humanos que defender poderosos? O al revés ¿A veces puede ser satisfactorio defender lo impopular?

-A ver, yo creo que depende de cada abogado.Yo te diría que el caso de Ayotzinapa me afectó mucho, me comprometió mucho, lo mismo que el caso chileno de Enrique Orellana (gerente de política Monetaria del Banco Central, absuelto de la acusación de violar a sus tres hijas). Con respecto a la acusación constitucional, yo te diría que me sorprendió la sola llamada. Incluso me han criticado como sobreactuación y exceso de parafernalia, impostación incluso, por decir que yo tomo este caso porque creo que estamos jugando demasiado con las instituciones. Mi experiencia, justamente en Uganda y en México, entre otros países, lo que me muestra es que, cuando tu empiezas a destruir al Estado, los que salen más perjudicados no somos nosotros, los privilegiados, y yo me incluiría dentro de la gente que tiene muchos más privilegios que la mayoría de nuestros ciudadanos.

Eso significaría que necesitas tener una especie de convicción ética e intelectual para defender eso que gusta. En la abogacía se da esta idea de que toda persona merece una defensa y que toda causa puede ser que la merezca.

-Eso yo lo tengo muy internalizado. Creo que todos y todas las abogadas que ejercemos lo tenemos muy internalizado, porque, lo que tú dices, al incluso defender causas impopulares es porque entendemos el rol del abogado en el sistema. Yo no critico a nadie que tome una defensa. De hecho, me sentí después un poco mal, por ejemplo, con lo que pasó con Paula Vial, cuando se le vino mucha gente encima por defender a Nicolás López.

Fue una cosa insólita.

-Pensé en escribir una columna y después dije: “hueón, quién eres también”. Pero que bueno que me hayas preguntado, porque la Paula es una muy buena abogada, tiene todo el derecho de tener sus convicciones, decirlas y promoverlas. No hay ninguna incompatibilidad, ninguna, en que ella defienda a Nicolás López.

Yo pasé un tiempo por la facultad de derecho en la Universidad de Chile y, una de las discusiones que más me convoca y preocupa es el rol de víctima a la hora de hablar de esto. ¿A qué me refiero? Que el que se pone en ese lugar no puede ser cuestionado, según la opinión pública actual, cuando una de las tareas de la justicia bien importante es, justamente, cuestionar al que se pone en ese lugar para llegar a la verdad.   

-Durante el proceso de Enrique Orellana, hasta mis hijas tuvieron que dar explicaciones de por qué yo defendía ese caso. Ellas, afortunadamente, han vivido muchos años conmigo, por lo tanto saben cual es la función de un abogado y creo que la entienden bien, pese a que solo una de ellas sea abogada. Cuando gente se me acercaba en comidas, en asados, en lo que sea, me decían: “¿Cómo puedes defender a una persona que está acusada de eso?”, y yo les decía: “Y tú, ¿te puedes imaginar algo más terrible que ser inocente y ser acusado de eso?”. Entonces, uno es abogado y cumple una función. El sistema está estructurado para que uno pueda y deba cuestionar a la víctima. Ese es el rol. Y el querellante, debe proteger a como dé lugar a su víctima y su versión, y dar todos los elementos para que el tribunal decida. Y el o la fiscal, cuando se convence tiene que hacer exactamente lo mismo, y quien decide es el juez. Entonces, si uno lo pone en términos de “Game Of Thrones”, la Defensoría Legal Pública es como los night’s watch, los que están defendiendo el muro. Porque dicen: “sin defensa no hay justicia”, no hay lema más real e institución más necesaria que la Defensoría Legal Pública. Fijate cuando se impone la Defensoría Legal Pública: yo me acuerdo que venía de vuelta de Estados Unidos, había estudiado allá, había vivido en Costa Rica por temas de derechos humanos, y en la Universidad Diego Portales hicimos un estudio sobre tortura en Chile y lo llamativo fue, que respecto al sistema de adultos, la tortura había disminuido ¿Sabes por qué había disminuido? Porque habían entrado los defensores penales públicos y los defensores legales públicos. Entonces ahora, en la primera entrevista hablaban con sus imputados y le daban cuenta al juez. Entonces, el incentivo para torturar desaparecía. 

Además, hay que recordarle a la comunidad que esos que son inculpados de algo son seres humanos iguales que ellos. Eso es algo que no hay que cansarse de hacer.

-Es que, ¿sabes lo que pasa, Pato? Yo me acuerdo cuando yo entré a la escuela, Don Enrique Cury, decía algo que a uno le parecía de toda lógica y que parece que ahora se invirtió, que es “más vale un culpable en la calle que un inocente en la cárcel”. Hoy en día, parece que es al revés: “oye, prefiero pasarme de vuelta y quizás meter a algunos inocentes a la cárcel, pero la seguridad sobre todo”. 

¿La justicia chilena te resulta confiable y, dentro de los cánones humanos, aceptable? Te lo pregunto, porque a mí, lo primero que se me ocurre cuando te lo pregunto, es si un rico puede llegar a la cárcel en Chile.

-Yo te diría que a mí la justicia me parece bastante aceptable. Sin duda que un rico puede evitarlo porque justamente, puede contratar mejores abogados. Insisto que muchas veces a mí llega gente que no puede pagar mis honorarios y yo les digo “mire, ojo, si no pudiera pagar los honorarios de mi persona o de mis socios, me iría a la Defensoría Penal Pública”. Hay unos defensores que son extraordinarios, con una convicción y una calidad muy fuerte. Me parece que efectivamente sí hay una justicia, pero qué es lo que pasa: que muchas veces hay una demora en la tramitación y que, por lo tanto, se empieza a diluir, quizás, la necesidad de sancionar. 

Pasemos al tema de Marcela Cubillos y la acusación constitucional. Tú estás diciendo o defendiendo que ella no violó la Constitución en ningún momento, y quienes van a evaluar esa defensa tuya no es un Tribunal, sino que son los parlamentarios. ¿Tú crees que van a decidir respecto del mérito como si fueran jueces? ¿Son jueces?

-A ver, -en mi opinión y mucho más importante que la mía-, en sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se ha dicho que cuando el poder Legislativo va a aplicar sanciones, o va a sancionar o va afectar derechos fundamentales directamente es una función jurisdiccional. Eso lo dijo la Corte Interamericana respecto del Tribunal Constitucional de Perú, o sea, cuando en la época de Fujimori sacaron a jueces porque no fue a la reelección.

Tendrían la obligación, cada uno de discernir respecto de un criterio personal, autónomo, propio. Eso es lo que se supondría.

-Mira, se debiera aplicar el debido proceso con las modificaciones necesarias en el contexto que se da cada acusación. En cada sistema ¿qué significa? Que efectivamente se tiene que acreditar que hay una infracción, si no, la acusación constitucional bastaría ser un papel en blanco firmado por la cantidad de diputados y diputadas y qué sé yo, contra un Ministro.

En los diarios hoy uno lee eran los cálculos de los votos, de quién se iba fuera de Chile, de quién no se iba, del trabajo que había hecho el Frente Amplio por amarrar a sus parlamentarios… Uno nunca ha visto deliberación o discusión de los argumentos a favor o en contra. 

-¿Sabes por qué no se produce eso? Porque esta es una institución copiada del sistema gringo. Ese sistema gringo, es un sistema que crea Alexander Hamilton, el del musical, y ahí, en el fondo, dice que el Senado se comporta como Jurado. Mi interpretación, que no es la que se ha aplicado en la práctica, es que cuando tú presentas la contestación a la acusación tienen seis días para pronunciarse. En mi opinión, esos seis días debieran ser de deliberación de la comisión, no de la cámara, y después se exponen los informes. Si tenemos todas esas etapas, para mi gusto, se demuestra que, efectivamente, tiene que haber un mérito, tiene que haber un juicio jurídico-político, sin duda, porque es una responsabilidad Constitucional por los órganos que participan. Pero también es un juicio y, por lo tanto, tiene que haber garantías. El jurado, en ninguna parte del mundo, justifica sus votos. Dice culpable o inocente, pero tiene que respetar la ley y la Constitución. Los senadores y diputados, están vinculados por los artículos sexto y séptimo de la Constitución y tienen que respetar la Constitución y las leyes.

Aquí hay una sanción bastante dura para el sancionado además, porque aparte de perder el puesto, queda castigado con no poder ejercer cargos, etcétera.

-Por cinco años.

Ministra Cubillos durante acusación constitucional. Foto Agencia UNO.

¿No te parece a ti aceptable la idea de, cómo están diciendo algunos constitucionalistas, esto haya mutado para convertirse, de alguna manera, en un aligeramiento del presidencialismo?

-A mí me parece que eso de “bueno ya, ahora le pusimos sanción”, demuestra una cierta liviandad. Me parece que, al haber una sanción, una afectación de derechos de una persona natural concreta, se gatilla el debido proceso. Y por algo hay requisitos, o sea, una mutación contra texto expreso me parece que es francamente aterrador y no es efectivo; en la práctica constitucional no es efectivo. Si tú ves, por ejemplo, la causa del ex ministro Santelices, la Contraloría dijo que el protocolo por el aborto y las tres causales eran contra derecho y, sin embargo, ya no se estaba aplicando. Los defensores del Ministro Santelices, elevaron una cuestión previa, un tema de admisibilidad diciendo que no tenía la gravedad suficiente, que no cualquier infracción puede ser, y que no había consecuencias y se acogió la cuestión previa. Entonces, yo creo que el derecho sí cumple un rol, y muy importante, si no, este es un Gobierno de pasiones y no de leyes.

¿Te parece que todos los casos son discusiones propiamente constitucionales?

-Es que me parece que hay cosas que sí y cosas que no, o sea, por eso te digo, no todo hay que meterlo al mismo saco. Mira yo me acuerdo, que cuando estaba en la Portales estudiando, la Constitución era casi como una declaración de principios. Me acuerdo que profesores como Cecilia Medina, Carlos Peña y Jorge Mera, hablaban de la constitucionalización de las distintas ramas del derecho y esto tiene una lógica bastante sencilla y razonable, que es que la Constitución es, entre la jerarquía de normas, la cúspide, por lo tanto ninguna norma bajo esa puede violar la Constitución. Distinto es que esto se tenga que resolver en el Tribunal Constitucional.

¿Cuál es el centro de tu defensa a la Ministra Cubillos?

-Te diría que el argumento de cuestión previa es inadmisible, porque no se ha producido ninguna infracción de ley. Aquí se han pronunciado órganos concretos, aquí lo que hay, es una diferencia de opinión política, y que se quiere sacar de la política a la señora Marcela Cubillos. Y el tema de fondo es que, muchas de las alegaciones que hay, son simplemente diferencias de opinión.

¿Nunca ha faltado la Ministra Cubillos en llevar adelante lo que la ley le indica que tiene que llevar adelante?

-De ninguna forma. No ha dejado de ejecutar las leyes, no ha infringido las leyes y no ha infringido la Constitución.

Tienes puesta la confianza de que hay algunos parlamentarios que diriman después de leer tu escrito. ¿Hay nombres que en tu cabeza rondan que podrían determinar el destino de esto, porque ellos sí leyeron el escrito? Porque tengo la impresión de que lo van a leer unos cuantos y no sé cuáles serían esos cuantos.

-Yo, Patricio, ni siquiera conozco a todos los diputados. Lo que yo le dije, incluso cuando me contrató la Ministra Cubillos, fue que lo que yo le podía ofrecer era argumentos jurídicos. Porque la alternativa distinta, la verdad, me produce mucho temor para el futuro de nuestras instituciones; que diputados y diputadas se sientan vinculados por las leyes, vinculados por la ley orgánica del Congreso Nacional y vinculados por la Constitución, porque son las normas que ellos juraron proteger y cumplir.

Pongámosle punto aparte a eso para hacerte la siguiente pregunta: ¿Te gustaría que hubiera una nueva Constitución?

-Sí, yo creo que sería interesante un proceso constituyente. Creo que sería bastante peligroso, porque uno siempre tiende a creer que las cosas van a salir como con la gente que uno se junta, con sus amigos y que todos pensamos igual. Yo tendría bastante temor que, de abrir la Constitución, pese a que sería contraria a la Convención Americana de los Derechos Humanos, se podría restablecer la pena de muerte, podrían haber muchas cosas que se podrían reabrir. A mí me parece que, efectivamente, una Constitución con mayor legitimidad democrática sería bastante bueno.

Voy aprovechar para preguntar algunas cosas que han pasado últimamente. ¿Te gustó el fin de la prescripción en el caso de los delitos de abuso sexual?

-No, me aprece que es muy riesgosa, porque hay esta sensación, un poco lo que hablábamos, que el derecho penal, en general, se creó para ponerle límites al poder del Estado, que las víctimas tienen derecho a participar sin duda, pero me da particular temor que haya una imagen de que o las víctimas dicen la verdad o mienten, y no hay un punto intermedio, y eso yo creo que tiene que ver con la falta de conocimiento de cómo funciona la memoria y todos los estudios que hay sobre la memoria. Y, voy a hacerlo con un ejemplo muy sencillo: la memoria no es un archivo al cual tu vas y recoges imágenes o documentos que están perfectos, la memoria se va mutando y se va contaminando con relatos.

Escucha la entrevista completa en este enlace:

Sonar – Rock, Actitud y Contenidos – SonarFM.cl

Información y actualidad, 105.3 FM en Santiago y también online.

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