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Entrevistas

11 de Octubre de 2019

Neftalí Carabantes: “El canal cultural es el último balón de oxígeno de TVN y a la vez su camino de autosanación, su modelo se agotó”

El exsubsecretario general de Gobierno de la primera administración de Michelle Bachelet y hoy secretario general de la Universidad Central habla de la crisis que vive la estación estatal y explica las últimas posibilidades que tendría para mantenerse a flote, aprovechando las nuevas tecnologías y dejando de competir a nivel comercial por rating y auspicios.

Por

¿Por qué es necesario el canal Cultural y qué importancia tiene?

En primer lugar, la señal cultural es una obligación legal, acordada por todos los sectores políticos en la última ley de capitalización de TVN, que le inyectó US$ 47 millones y, como todo compromiso, debe honrarse y cumplirse. Ahora bien, la actual crisis de TVN trae la oportunidad de repensar su misión y su modelo. De ahí que resulte fundamental dar la partida a su señal cultural, pues es una luz de esperanza, que debiera marcar un antes y después en su línea editorial. Dicho de otro modo, creo que el canal cultural es el último balón de oxígeno de TVN y a su vez su camino de autosanación, pues su modelo actual se agotó.

¿Por qué se agotó?

Todos sabemos que TVN tocó fondo y si no fuera por el subsidio estatal hace rato hubiese quebrado. El comienzo de su canal cultural estoy seguro significará un momento de inflexión, reitero,  un hito. El inicio de un camino hacia una nueva televisión realmente pública, capaz de entregar a los “ciudadanos” cultura, entretención e información veraz y de utilidad social con respeto a la diversidad y a la interculturalidad; eso en mi opinión es una tremenda oportunidad.  Con el tiempo, debiese pasar a ser su proyecto central y porqué no, pensar el día de mañana fusionar sus dos señales, con preeminencia del nuevo sello que imprimirá su señal cultural. Es decir, entregando contenidos culturales, educativos, democráticos, informativos y de calidad, como siempre debió haber sido. No olvidemos toda la TV abierta nacional –publica y privada- ha cedido terreno y mercado ante el cable, la incipiente TV de la prensa digital y las plataformas online.

¿Y qué pasará con el rating?

TVN debe dejar atrás su obsesión por el rating y por competir con canales privados. Su foco debiese estar centrado en generar contenidos audiovisuales de calidad para Chile y el mundo. Simple.

Además, el canal cultural vendrá por fin, a dar una justificación a su real naturaleza de señal pública, más aún en un ambiente de convergencia tecnológica (internet-tv-dispositivos). Con ello, TVN tendría un sello diferenciador y se constituiría en términos reales, no en el papel, en una garantía de un sistema de comunicación para todos sin exclusiones.  

¿Cuál es la situación de los trabajadores de TVN?

Que TVN sea un canal público no significa que tenga que vivir sumido en pérdidas, ser deficitario y con serias dificultades para llegar a fin de mes. Los chilenos, TVN y quienes le dan vida, no merecen esto, no merecen más desvinculaciones, el fantasma de la quiebra, más salvatajes o capitalizaciones fuera de toda planificación. Al contrario, merecen estabilidad y sustentabilidad a través de un eficiente modelo financiero y de gestión. Recordemos que en el 2018 anotó pérdidas por $11.000 millones y más de un centenar de trabajadores fueron desvinculados. Nos acabamos de enterar que en los primeros seis meses del 2019, nuevamente sumó pérdidas, ahora por $4.898 millones y en el pasado mes de agosto fueron despedidos otros 57 funcionarios. Esto no puede seguir así.

¿Se debe revisar su planta funcionaria?

Efectivamente. En esta etapa se torna necesario levantar un estudio que dé luces sobre cuál es la planta funcionaria que necesita TVN para operar bien y en un marco de austeridad, cuyo núcleo central, sin duda, debiese estar constituido por sus actuales trabajadores. Luego, debe existir un debate participativo, transparente y de cara a sus trabajadores y sindicatos, donde las unidades que componen su gobierno corporativo sinceren esta realidad y en lo posible, se alcance un consenso sobre su nuevo modelo de TV. En el plano legislativo, también se abre una ventana para remirar la composición de su gobierno corporativo, su naturaleza jurídica societaria, a efectos de alcanzar un Directorio realmente plural, con estándar OCDE y no binominal como el actual. 

Además, en esta nueva etapa se podrían reclutar algunas personas con real vocación pública, estableciéndose un sistema de remuneraciones semejantes al resto de la administración pública, desterrando sueldos estratosféricos que no se condicen con su endeudamiento y su realidad. Me consta que las universidades cuentan con buenos cuerpos académicos y estudiantes en las áreas de periodismo, comunicación audiovisual, cine y otras carreras profesionales y técnicas afines, capaces de rediseñar, implementar y gestionar un canal para todos los chilenos y chilenas. 

¿De dónde provendrían los recursos para el financiamiento de su canal cultural?

El proyecto del canal cultural es una iniciativa que impulsó el gobierno de Michelle Bachelet y que parte con fondos asegurados por ley, a través de un aporte fiscal inicial ascendente a US$18 millones para su puesta en marcha. Ahora bien, sin duda un canal verdaderamente público debe contar con una base de financiamiento fiscal; por ende, el nuevo modelo debe contemplar su operación en el mediano y largo plazo. Ahí considero imprescindible readecuar su estructura de gastos y ajustar sus remuneraciones acorde a su realidad de servicio público, en el marco de un presupuesto austero, transparente y sustentable. Respondiendo su pregunta, estimo que su financiamiento debiese ser tripartito, es decir, con ingresos provenientes de la Ley de Presupuestos, la publicidad y sus actividades industriales, a efectos de no tener que recurrir a la venta de su menguada infraestructura para conseguir recursos frescos, como sucede hoy en día.

¿Qué ocurre en el mundo con otras emisoras estatales, son viables?

La BBC en Inglaterra goza de una salud envidiable y si miramos además lo que ocurre Japón, nos daremos cuenta que en esos países, las televisoras estatales a partir de un sello de alta calidad son viables en términos financieros. En otros países, quien quiera acceder a los contenidos de la TV pública debe pagar un precio –bajo– quedando liberados de recibir publicidad, lo que asegura no solo transparencia en el destino de estos ingresos, sino, además, viabilidad e imparcialidad.

Lo bueno es que TVN puede, además, tener servicios de telecomunicaciones (Ley TVN), es decir, puede tener ofertas diversas para distintas plataformas y combinar cultura, entretención y educación.

¿Cuál es su evaluación de la gestión del Director Ejecutivo, Francisco Gijón?

Es prematuro hacer una evaluación, básicamente por su breve tiempo en el cargo, pero creo que va bien encaminado. Lo importante es que su Directorio esté a la altura, es decir, consciente que el canal cultural debe partir sí o sí antes de fin de año. No obstante, el tiempo apremia, por tanto, es hora de dar la partida al canal cultural, vale decir, se terminó el tiempo del diseño de la señal 2. Llegó el minuto de dar inicio a sus transmisiones, lo que de concretarse en el corto plazo, marcará positivamente la gestión del actual Director Ejecutivo y también de su Directorio.

Se señala que existen distintas miradas en su Directorio, respecto a poner o no en marcha el canal cultural.

Desconozco esa información.  Es razonable que existan matices, pero en ningún caso dudas respecto a dar o no la partida al canal cultural, porque no partir sería un error estratégico, y una abierta vulneración al espíritu y la letra de una ley de TVN.

Pero TVN aún no ha recibido fondos para la realización del canal cultural.

Efectivamente, la ley que da vida a la señal cultural, establece que el dinero será entregado contra proyecto presentado. Para ello, el directorio debe aprobar la iniciativa y luego presentarla a Hacienda, para que entregue los recursos comprometidos.

Una de las alternativas que se evalúa es poner en marcha la señal cultural bajo la modalidad de OTT (sigla en inglés que alude a la frase Over The Top), para posteriormente pasar a una frecuencia abierta. ¿Cuál es opinión sobre la modalidad OTT?

La OTT me parece una plataforma adecuada para la implementación del canal cultural, pues TVN debe avanzar hacia la dimensión digital que ofrece el modelo de OTT, cuyos mayores exponentes son Netflix, Amazon y Facebook, entre otros.

Además, la propuesta de impulsar la señal 2 a través de una plataforma OTT, iría a la par con las tendencias de consumo de niños y jóvenes, quienes autónomamente deciden qué quieren ver, cuándo y dónde, sin depender de la TV lineal.

Soy un convencido que la señal cultural de TVN será un éxito, puesto que los niños y los jóvenes están ávidos de recibir contenidos audiovisuales que guarden relación con la salud del planeta, el cambio climático, formas saludables de alimentarse y de recibir información objetiva y veraz, sin ningún tipo de sensacionalismo.

¿No son contradictorias esas modalidades, OTT y la señal de recepción abierta? Lo permite el marco regulatorio de TVN?

No, para nada. Afortunadamente el marco normativo de TVN, específicamente la ley 21.085,  posibilita  que el canal navegue y realice operaciones de servicios de televisión y de producción, emisión y transmisión de contenidos audiovisuales y de radiodifusión, cualquiera sea su formato, plataforma audiovisual o medio. 

¿Qué clase de contenidos esta autorizada a transmitir la la nueva señal?

En buena hora, la modificación a la Ley 19.132 de TVN que se aprobó en 2017, estableció que la señal cultural tendrá la obligación de transmitir contenidos educativos, culturales, tecnológicos, científicos e infantiles. Vale decir, son contenidos que vendrán a reforzar su rol público. Con ello, estaríamos pagando una deuda con nuestra sociedad, especialmente con nuestros niños y jóvenes.

¿Visualiza oportunidades en materia de contenidos y programación de la nueva señal cultural?

Por supuesto. Veo claros elementos diferenciadores en favor de TVN.  Tres ejemplos. Primero, es evidente la baja calidad de los noticieros en la señal abierta. En vez de recibir información objetiva, absorbemos tragedias, crímenes, mucha sangre y linchamientos de la clase política. Por cierto, con la excepción del periodismo investigativo, que cumple de manera ejemplar un valioso rol fiscalizador. En este segmento, TVN puede y debe marcar diferencias a su favor. En segundo lugar, debe potenciar una programación cultural de vanguardia, que dicho sea de paso, tiene una intensa demanda hoy en día, en todos los segmentos etarios. En tercer término, TVN debe apuntar a generar contenidos educativos, de utilidad pública y de protección social, en materias, como pensiones, educación, vivienda, salud, hitos cívicos y procesos electorales, entre otros.

¿TVN debe seguir siendo una televisión pública?

En mi opinión es clave que TVN siga siendo una televisión pública, por ende, debe renovarse mas no morir. Es culpable de muchas cosas, pero inocente del inviable modelo de televisión que como sociedad le hemos brindado. Creo que ha sido un error subestimar a la audiencia pensando que la cultura, la entretención sana y la información objetiva y veraz, no le interesa y que sólo la farándula y la truculencia les satisface. Craso error. Soy un convencido que TVN en la era de la full conexión debe olvidarse del rating y en cambio debe fortalecer su rol público, y su gran oportunidad es hacerlo poniendo fichas en la partida de su señal cultural,  por ello, debe transformarse en multiplataforma pública interconectada que produzca contenidos audiovisuales con un sello de calidad para Chile y el mundo.

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