Entrevistas
6 de Enero de 2020Bronko Yotte: “Muchos colegas se ponen ansiosos; hay desazón y la pérdida de un norte artístico”
El músico repasa las emociones que lo llevaron a escribir su nuevo EP, entre New York y Santiago, que fue concebido antes del estallido social y, según él, acumula buena parte del sentimiento propio que tras el 18 de octubre se expandió. "Como que este sistema sobre competitivo, urgente, en que las ideas están a un lado y los plazos y la productividad, está ahí encima, siempre pidiéndote, llegó a un punto en que no dimos más", dice.
Compartir
Video y fotografías: Emilia Rothen y Valentina Manzano
“Qué importa la posta, importa lo que yo creo”. Así parte “Deli”, la nueva entrega en formato EP que incluye cinco canciones, del músico chileno Bronko Yotte.
Le llegó una invitación inédita para sus años de circo. “‘¿Qué proyecto se te ocurre que podría hacer crecer tu carrera? Algo que quizás no hayas hecho antes’. A mí nunca me habían planteado algo así. Tengo 40 años y esta no es mi normalidad”, dice Felipe Berrios, profesor de lenguaje de profesión, sobre la propuesta que Red Bull le presentó hace un par de meses.
“De las ideas que les propuse, la que más les llamó la atención fue ésta. La de irse unos días a Nueva York, específicamente, y alimentarse de la experiencia de estar allá, de recorrer, para en las tardes componer ahí mismo y armar cinco canciones, una por día. No fui al estudio ni nada, simplemente trabajé en el lugar donde nos alojábamos. Llevé las máquinas, mi computador y en las tardes me puse a producir. Todo con materiales que recogí allá, que fue lo entretenido. Fue en base a sampleos que saqué de vinilos encontrados en disquerías de distintas partes de la ciudad, especialmente en Brooklyn”, cuenta Bronko.
El resultado son las canciones “Posta”, “Swerte”, “S.O.P.”, “Hush Papi” y “Nene”, además de un mini documental de sus días en la ciudad que no duerme, trabajo que será presentado el próximo jueves 9 de enero en el Club Chocolate.
El artista se embarcó el 23 de septiembre a la Gran Manzana, y tras cinco días de intenso trabajo en Estados Unidos, volvió a Santiago para culminar el proyecto el 14 de octubre del año pasado, armando y finiquitando las letras para los ritmos que nacieron en la ciudad del hip-hop. Aunque no cree en coincidencias, Felipe dice que lo embargaba un sentimiento bien negativo al momento de lanzarse a escribir las letras de “Deli”.
“El disco lo terminé pocos días antes del estallido social y no voy a decir que vaticiné lo que pasó. El disco tampoco habla de Plaza de la Dignidad, ni de la resistencia, ni de la primera línea, porque es un disco que se hizo inmediatamente antes. Sin embargo, es un disco que quise hacer de manera urgente, en pocos días, porque quería desahogarme (…) me embargaban emociones en las letras que eran muy negativas”, se sincera.
¿Andabas con la nube negra?
-En octubre, previo al estallido social, empecé a sentirme muy solo con estas emociones, muchas de ellas negativas, pero cuando estalló todo me di cuenta que esto que me pasaba no era algo tan único. Era algo que nos estaba pasando a muchas personas desde nuestros propios espacios. Este disco está muy escrito desde el espacio de un músico chileno independiente, pero esto le podría pasar a una persona que trabaja en una oficina, en un colegio o en una agencia de prensa. A todos nos estaba afectando de manera similar por causas parecidas. Como que este sistema competitivo, donde todo es urgente, dónde las ideas están a un lado, y los plazos, y la productividad, están ahí, encima, siempre pidiéndote. Llegó a un punto en que no dimos más.
¿Cuál es tu sensación con “Deli” ahora que está terminado?
-Siento que es un proyecto que nos resultó. Que quedó redondito. Que las ideas que nos planteamos estuvieron bien formuladas. Me da una sensación de tranquilidad, y también de cierre de un ciclo. En buena parte de este año, aunque tuvo cosas muy importantes y positivas para mí, estuve por meses desmotivado y no entendía muy bien por qué. Me sentía solo, no proyectaba mucho mi carrera artística a futuro y sentía que tal vez lo que me trajo a este punto no daba como para seguir creciendo. Como que ya estaba, ¿cachai? Y eso lo pude plasmar con un método urgente en este disco, lo que me permite estar en otro estado mental para enfrentar, junto a una colectividad, los tiempos que vienen.
ORGULLO DE PROFE
Cuando “Deli” estuvo terminado, abundaban en las redes sociales los videos de los estudiantes del Instituto Nacional y otras manifestaciones. Los hechos que se sucedieron luego del 18-O están incrustados en la conversación que tenemos con Bronko, y a pocas cuadras de la Plaza de la Dignidad es inevitable llevar el diálogo a esos terrenos.
Como profe, ¿qué sentías al ver a los cabros en esas acciones?
-Orgullo sentí, por los cabros y cabras que tomaron esa iniciativa, porque no los representaba a ellos no más. No se trataba de la situación particular de ellos como estudiantes. De hecho, todo el conflicto era por el pasaje adulto. Nadie entendía muy bien, desde la mentalidad de la derecha, por qué ellos estaban alegando si no los afectaba. Y no se trataba de eso, se trataba de una voz comunitaria, de un nosotros, que se estaba expresando nuevamente en las calles y eso ha sido lo especial de todo este movimiento. Obviamente que ha dado para mucho. Por ejemplo las protestas por el TAG, a mi juicio, fueron completamente individualizadas: “ésta es mi causa, mi alza, y este es mi tema”, como aparte del resto. Pero la mayoría de las expresiones que se han dado en la calle son por algo que nos está atendiendo a muchas personas.
¿Qué sensación tienes hoy? ¿Para dónde crees que va todo esto?
-Hasta el momento hay una mezcla de varios factores. Lógicamente hay una presión en la calle, que ha sido enérgica y ha tenido una incidencia importante en los acontecimientos políticos. Pero también se han dado avances que han funcionado con la naturaleza de la política de estos últimos 30 años. Es decir, en la medida de lo posible. La misma firma por el Proceso Constituyente, que supuestamente va a tener lugar en abril próximo, no se dio con la apertura necesaria a las organizaciones sociales, a la calle, y bueno, ese diálogo con la calle se da pero de forma indirecta. Lo que sucedió hace poco, con lo de la paridad de género y los independientes, nos acerca a una idea un poco más justa de lo que debería ser la democracia en Chile, pero hay que ver en qué termina.
Resistencia hay. Igual es súper difícil hacerse una idea de lo que viene. Todos los días pasa algo, todos los días es una pelea y hay veces que uno se siente tranquilo, un poco más esperanzado, y hay días en que uno está en la emoción completamente contraria.
INCERTIDUMBRE Y LA SOBREINFORMACIÓN
“Los que estamos siguiendo la situación social y política actual, sabemos que esto está teniendo lugar ahora. No es que se haya acabado porque la efervescencia inicial ha disminuido. Sencillamente va mutando un poco la forma del movimiento, pero está, y está súper presente, muy despierto. Entonces la forma en que lo afrontamos va cambiando día a día”, dice Felipe cuando le preguntamos por cómo ha vivido la crisis en medio de su proyecto artístico.
¿No te pasó que te colapsaste de tanta sobreinformación?
-Sí, y por mis redes también he hecho llamados a la que la gente sea inteligente en el consumo de información. En el sentido que quizás no podemos estar muchas horas seguidas asimilando información que es muy fuerte, que es muy violenta. Que dice relación con violaciones a los derechos humanos graves. Obviamente que eso violenta. A uno le puede hacer mal. Hay que enfrentarlo, pero con inteligencia y entendiendo que esto da para largo. Hay muchos cambios sociales que no se van a resolver en esta vuelta o en estos meses. Da para mucho tiempo.
¿Cómo administraste eso y te trataste de manejar con tanta noticia, tanto video, tanta declaración, tanta cifra?
-Con las redes me he tenido que cuidar. He ido entendiendo que tenemos que ir cotejando las fuentes, que eso también es importante hacerlo. Ir ordenando todo esto que estamos recibiendo. Hay un sentido de urgencia y por eso mismo a veces, como no somos todos periodistas, no siempre damos el apropiado contexto a los contenidos que estamos compartiendo. Entonces tenemos que ser responsables. Dicho esto, creo que las redes sociales y ese papel, han logrado competir con los medios de comunicación masivos, como legitimados. Y eso es súper importante, porque los medios grandes funcionan con patrocinadores y tienen que rendir cuentas a ese modelo de negocio. Y por lo tanto tienen que acomodar sus editoriales a ciertas líneas de ideas. Y en una forma súper alineada con lo que se requiere desde la clase dominante, por decirlo de alguna manera.
LAS FUNAS AL GÉNERO
Un fenómeno de las redes en este período han sido las funas. ¿Qué te pasa con eso?
-Estamos en una época de cambio de paradigma. En lo que tiene que ver con las relaciones entre hombres y mujeres, y eso involucra una actitud, que también es política, de parte de los hombres. Tenemos que neutralizar la presión de pares que caracteriza a las relaciones masculinas. A lo mejor cuando los hombres estamos solos podemos razonar mejor, podemos entender la realidad de manera más justa, pero cuando estamos juntos tendemos a una naturaleza machista.
Y esta naturaleza machista tiene un correlato muy violento en las relaciones de pareja, entre amigos, en sociedad. Creo que hay que tomar postura. Mi postura es, por defecto… yo no voy a colaborar con un funado. Siempre voy a partir de la base de que la acusación es cierta. Porque me puedo imaginar la dificultad que reviste para una víctima, en la sociedad en que estamos, hablar. Ninguna mujer va a hablar por entretención, por figurar… para mí esas son puras tonteras y respuestas de lo mismo, de este mismo machismo. Hay que partir por eso.
¿Y si te equivocas?
-Tendré que asumir las responsabilidades al final, pero prefiero partir de esa lógica. Si se llegara a descubrir que con alguien que he trabajado es un hombre violento, voy a tener que cortar ahí no más, como le ha pasado a algunos artistas de la música. Le pasó a Young Cister. Un compañero de trabajo de él fue funado por muchas cabras, y nada poh, tuvo que cortar. Pero esas son actitudes nuevas, con las que tenemos que aprender a enfrentar esta situación, pero igual es mucho más profundo que eso. Lo que pasa es que esta es la parte más bullada y más terrible que raya en lo que delictual. Pero tenemos que entender de otra forma. Desde la casa, desde nuestras relaciones domésticas, en nuestros lugares de trabajo. Una reprogramación que da para largo. Requiere mucho autoexamen. No es como que de un día para otro puedes decir: “yo cambié, compadre”. Yo al menos no he cambiado, no he cambiado del todo, y tengo que estar ahí trabajando y machacando todos los días para decir “puta, esto igual lo tendría que hacer yo”. Esta tarea también es mía.
Un poco cuestionarte la masculinidad, ¿no?
-Sipo, pero tenemos que ser súper concretos en qué consiste eso. Porque hablar del termino deconstruirse, que es como un término que trata de englobar todo este proceso, es fácil igual. “Yo soy deconstruide”. Tengo la canción Matanga que habla mucho de eso. Ahí ironizo sobre esa postura, sobre esa facilidad de apoyo, que es más bien en la palabra, y creo que el apoyo tiene que ser más en la acción y desde el silencio también. Como decir, estos son mis campos de acción y la lucha y la denuncia, con la reivindicación en la calle, le pertenece a las mujeres. Y ahí uno calleuque.
“NO NOS PERMEEMOS DE ESA NECESIDAD DE PEGAR”
Bronko dice que parte de las emociones negativas que lo embargaban al momento de escribir “Deli” tenían que ver con cómo se ha ido sintiendo entre sus pares. Él lo define como una “competencia exacerbada”.
La canción “Nene” habla un poco de eso.
-Las emociones por las que pasaba tenían que ver con eso: cómo se ha instalado la competitividad exacerbada en el arte y específicamente en la música. Estamos muy preocupados de pensarnos, a nosotros los músicos, como marcas en desmedro de la actividad creativa. Es mucho el tiempo que ocupamos en la promoción de nuestros trabajos. Y hemos entendido que eso es lo normal, pero también todo ese trabajo puede ser vacío. He visto a muchos y muchas colegas, o lo he percibido yo, que se ponen ansiosos. También hay desazón y la pérdida de un norte artístico, además de un afán por establecer un concepto y un discurso. Las prioridades se van perdiendo, se van dejando de lado, por tratar de mantenernos vigentes y decir ‘chuta qué hago para que mi proyecto se note más, tenga más importancia’.
¿Cómo llevaste eso en este EP?
-En un momento me dije ‘pase lo que pase, tengo la oportunidad de grabar un disco en condiciones súper favorables y afortunadas’, y dado que tengo esa posibilidad voy a poner las ideas primero. Me refiero a lo que me estaba pasando en lo personal. ‘¿Pegará?’, me pregunté, pero eso también tiene que ver con cómo uno presente y desarrolle el nuevo proyecto. Al final, no le quito importancia al trabajo promocional, que lo hacemos muchas personas, es una pega de equipos grandes, pero a lo que me refería anteriormente es que quienes estamos en el rol artístico, que nos dediquemos a esa pega, ¿cachai? No perdamos el rumbo y no nos empapemos de esa necesidad de pegar, al final nos puede afectar.
Por ejemplo, podemos admirar mucho a una artista, que conocemos, y decir ya sería bacán colaborar con ella, pero puta, de repente no, porque no tiene tantos views ni tantos likes, entonces voy a colaborar con esta otra mejor, que es más taquilla y más internet. Esa mentalidad nos ha ido perjudicando.
“Personas quieren ser personajes
O por lo menos caricatura
Tenemos que planchar bien los trajes
Tenemos que sacar la basura
Segura-mente lo veníamos pensando
Habilidad blanda
Si estay subiendo agárrate a la baranda
Vamos cuidándonos como banda
O dejemos contento a la familia Miranda
Bien Nene, Bien no no, Bien no qué (ja)
Bien Nene, Bien no no, Bien no qué”.
¿Te sientes cómodo con los compromisos comerciales que tienes que cumplir?
-He tenido que establecer ciertos principios. Porque claro es súper difícil estar hablando de la lucha que está teniendo lugar en nuestro país, y a la vez estar subiendo una foto con una prenda de ropa… Lo que yo creo es que está bien colaborar con marcas, como en mi caso con Red Bull, pero en la medida en que el arte esté primero y que no haya un control editorial, y que de verdad sea una colaboración en pos de aportar algo a la cultura. Si una marca quiere participar de ese proceso, bacán. Yo creo que hacia allá va este diálogo y por eso estoy tan contento de lo que ha sucedido en este proceso. Cuando se trate simplemente de un canje: onda “yo te paso esta cierta cantidad de productos, para que tú los subas a tus redes sociales”, por ejemplo una marca del retail, ahí ya no me siento tan cómodo. No sabría cómo mantener eso en el tiempo ni sentirme tan cómodo conmigo mismo. Tenemos que establecer formas de trabajar. Y eso a lo mejor significa perder pega, perder oportunidades…
¿Cómo fue cuando las marcas se fijaron en tu proyecto?
-En un momento las marcas se dieron cuenta de la importancia que estaba teniendo la reproducción de la música en redes sociales y en los servicios de streaming, y empezaron a acercarse a los músicos. Vieron que había una influencia posible ahí y las primeras ofertas de eso me empezaron a llegar el 2016. Al principio fue raro y uno dice como ya, buena, bacán, tengo chela, pero por ejemplo yo no tomo mucho pero igual estaba aceptando. Me parecía que daba cuenta que mi proyecto se estaba moviendo, pero ahora ya entiendo cómo es la cosa, qué es lo que uno gana y pierde, y creo que uno también puede perder mucho por aceptar todo. No hay que demonizar la colaboración con marcas. Se ha visto que puede ser positiva y provechosa. Como en el caso del disco, pero tenemos que cuidar también nuestra integridad artística porque nuestro trabajo se está dirigiendo a muchas personas y tenemos que ser responsables de los mensajes que estamos transmitiendo.
Tras un par de EP y canciones sueltas, ¿este 2020 viene el disco?
-Durante 2019 he estado produciendo canciones para un disco largo, que era la idea original para este año, pero ese proyecto, que ya está bien avanzado, es el que quedó en pausa. Se postergó para sacar esto que era una buena oportunidad y una necesidad mucho más urgente. Había que botar ciertas ideas, por alguna razón que no tenía clara en ese punto. Y me siento muy contento que haya sido así, y ahora con más foco y con la mente más despejada, me puedo enfrentar a este proceso un poco más de largo aliento, que este EP, que espero que vea la luz en los próximos meses de 2020.