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Entrevistas

5 de Junio de 2020

Roberto Alvo, CEO de Latam: “No pasa por mi cabeza liquidar la compañía”

YouTube Latam Airlines

Latam transita por momentos decisivos. Salvar la compañía requiere un esfuerzo de sus accionistas y de la ayuda del Estado. Saben que eso requiere de la comprensión pública, una tarea compleja. Pero incluso en ese escenario, la empresa deberá achicarse y asumir la incertidumbre como uno de sus escenarios.

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Roberto Alvo entró hace 19 años a Latam. Nacido en México, pero de nacionalidad chilena, recorrió más de media docena de gerencias, se radicó en Argentina y finalmente, a inicios de abril pasado, reemplazó a Enrique Cueto, el histórico CEO de Latam. Era un logro mayor para su carrera. Debía administrar  una compañía que trasladaba 75 millones de pasajeros al año, con 300 aviones y que tenía una capitalización bursátil de US$6.161 millones. Pero al poco tiempo de asumir, el Covid-19 le cambió las prioridades. Y en vez de pensar en cómo sería la nueva década para una de las compañías más importante del continente, hoy está intentando que no se vaya a la quiebra. “Estoy cansado. Han sido tres meses duros”, dice con cierta resignación. La acción hoy está por el suelo y Alvo debe levantar el salvataje de la compañía negociando con accionistas y con el Estado. Contra el tiempo y contra parte de la opinión pública. 

¿Cómo se está viviendo esta crisis al interior de Latam? Hay pérdidas muy grandes, despidos, un negocio que no se recuperará en mucho tiempo; está la posibilidad de la liquidación. 

-Es increíble. No tenía ni 90 días en el cargo y me tocó enfrentar esta cosa que nunca nos imaginamos. Y fue un shock para la compañía, para la industria en general, ver cómo el Covid nos atrapó. Fue dramático, porque pasamos de volar el 99% de los itinerarios el 12 de marzo a sólo un 30% el 20 del mismo mes. O sea, en 10 días, tuvimos que detener una compañía que transporta a 250 mil personas al día. Obviamente que ha sido duro para todos. 

Pero la preocupación se debe sentir. Ha habido despidos.

-Obviamente que hay mucha preocupación. No te voy a decir que no. Hemos tenido que reducir la dotación de la compañía. Piensa que en este momento estamos operando con menos de 5 mil personas de las 43 mil que tenemos. Ése es el nivel de actividad que tuvimos durante abril y mayo y mantuvimos a prácticamente toda la gente. Nos dimos cuenta que la crisis se estaba alargando un poco. Lamentablemente, la gente está preocupada.

Nadie tiene nada muy claro, pero ya hay países que se están abriendo, intentando una vida normal. ¿Cómo proyectan el regreso de las aerolíneas?

-Esperábamos estar entre un 50 y un 70% de funcionamiento a fin de año, pero hoy me siento más cercano al 50%. De hecho, ya hay cuarentena en Chile. Se extenderá a Colombia y a Perú. Si llegamos a la mitad de la operación a fin de año va a ser bueno.

Como compañía latinoamericana, ¿cómo les golpea el crecimiento de la pandemia en la región?

-Más del 90% de los pasajeros se mueve dentro de los países o dentro de la región. Menos del 10% va a Europa, Estados Unidos u otros países. Somos una línea aérea continental.

¿Puedes explicar en simple por qué una compañía grande, con más de 300 aviones y 40 mil empleados es tan frágil y esta situación no es sólo una mala gestión de la crisis? 

-Nosotros pasamos de vender US$850 millones al mes a vender US$150 millones. La compañía tenía US$1.600 millones de caja al fin del año pasado. Es complejo resistir un escenario como éste. Desaparecieron US$700 millones de dólares de ingresos por mes. De la noche a la mañana. Es un impacto muy fuerte y muy rápido.

Muchos países salieron a salvar a las líneas aéreas muy rápido, como Francia y Alemania. 

-Por dos razones. La primera, porque la industria es muy estructurante con la economía. Piensa que al final del día la economía de Latam es movimiento de bienes, personas y servicios. Mucha gente depende de ese movimiento. El año pasado, transportamos un millón de mineros a Calama y 250.000 toneladas de salmón. Hay 200 mil personas que dependen indirectamente de la empresa…

¿Dónde están esas 200 mil personas?

-Están en el empleo en el aeropuerto. El taxista, el dueño del restaurante, el dueño del hotel, las piezas del hotel, el guía turístico, la agencia de viajes. La empresa de bus que transporta a los turistas, los traductores. O las empresas de buses que llevan a los mineros del aeropuerto a la mina o al campamento.

Fue dramático, porque pasamos de volar el 99% de los itinerarios el 12 de marzo a sólo un 30% el 20 del mismo mes. O sea, en 10 días, tuvimos que detener una compañía que transporta a 250 mil personas al día. Obviamente que ha sido duro para todos”.

Si muy pronto vieron el deterioro del mercado y cómo se complicaba la situación en América Latina, ¿tomaron pronto la decisión de recurrir al Capítulo 11?

-El Capítulo 11 es nuestro plan de contingencia. Uno siempre debe tener un plan B si llega a pasar algo. Entonces, como no sabíamos, dijimos preparémonos. Porque no logramos tampoco el apoyo de los gobiernos antes de esta reestructuración.

Recurrir al Capítulo 11, claramente es porque el escenario futuro no se ve bien.

-En general, todos los gerentes de las líneas aéreas pensamos que la industria se demorará tres o cuatro años en volver a los niveles pre-crisis. Entonces te tienes que achicar, sacar aviones, y manejar tu nivel de deuda pensando en este nuevo tamaño. Si te reduces un 30%, la deuda te queda grande para ese tamaño, es por eso que recurrimos al Capítulo 11.

Que les permite cancelar la deuda.

-Sí, pero además te permite terminar unilateralmente algunos contratos. En el caso nuestro, los contratos de arrendamiento de aviones. Los da por terminado y el dueño del avión se lo lleva. Entonces es una manera muy efectiva para redimensionarse. Esas son las dos principales características. El resto de la operación funciona normalmente. Nosotros comercializamos los tickets. 

¿De qué porcentaje de la flota tiene pensado desprenderse?

-No lo sabemos. Va a depender de las condiciones que nos den. Observo escenarios más optimistas y otros menos. Creo que esta compañía va a ser un 20% ó 30% más chica el próximo año. La industria aérea será un 20 ó 30% más chica el próximo año. 

Ésta es una reducción muy grande. ¿La explicación es que la gente no tendrá dinero para viajar por el deterioro económico de la crisis?

-Obviamente, frente a una crisis económica, la gente ve en volar un bien suntuario. Las vacaciones son algo que tú puedes parar. Un segundo factor es el distanciamiento social. En un comienzo, la gente va a estar cautelosa de salir, hasta que se sienta cómoda. Además, hay un tercer factor que tiene que ver con los cambios en los hábitos. Todos estamos teniendo reuniones a distancia sin problemas. Así que creo que muchos viajes de negocios se van a cancelar. 

El Capítulo 11 es nuestro plan de contingencia. Uno siempre debe tener un plan B si llega a pasar algo. Entonces, como no sabíamos, dijimos preparémonos. Porque no logramos tampoco el apoyo de los gobiernos antes de esta reestructuración”.

Con este escenario, los precios de los tickets debieran subir. 

-Será una industria más pequeña, pero los precios van a bajar. Vamos a tratar de incentivar los viajes. Probablemente los próximos meses sean muy convenientes.

Volvamos al tema de la delicada situación de Latam. Me imagino que ha tenido conversaciones con el ministro Briones.

-Desde principios de abril que venimos hablando con la cartera de Hacienda. Con el ministro y sus asesores. Explicando nuestra situación y la de la industria. Ahora estamos en ese proceso.

A estas alturas, ¿cómo evalúa la declaración de marzo, cuando declaró que iba a ser necesario una ayuda del Estado. Algo que cayó muy mal incluso en el gobierno 

-Me pregunté eso muchas veces. Siendo una línea aérea nos dimos cuenta de la gravedad de lo que venía un poco antes que el resto. Entiendo perfectamente la crítica que se me hizo en su minuto y lo que dijo el ministro de Economía, pero mi responsabilidad era alertar sobre lo que estábamos viendo. Y la situación terminó siendo tan dramática, incluso más de lo que pensaba entonces. Yo estoy tranquilo. Creo que lo que nos correspondía era decirlo. 

El ministro Briones ha dicho públicamente que le interesa que esta operación sea finalmente una inversión para el país y que después se recupere con creces. ¿Cómo ves ese comentario? 

-Desde mi comentario en marzo, el que fue muy criticado, yo dije que no queremos que nos regalen la compañía. Obviamente que Latam tiene que remunerar la ayuda, sin duda. ¿La fórmula de la ayuda? Estamos abiertos. Entiendo que depende mucho del contexto político y social del país. Si miras lo que pasó en Europa y en EE.UU, cada país tiene su fórmula. La idea es dejar cómodos a los actores relevantes de la sociedad.

Latam no parece tener mucho tiempo para negociar un buen acuerdo.

-Obviamente que parte de la ayuda tiene que ser relativamente pronto. El ingreso al Capítulo 11 nos da más tiempo, porque nos permite parar los pagos de nuestra deuda. Además, tenemos a los accionistas. Dos de ellos comprometieron US$900 millones, que no se van a desembolsar hasta que se complete todo el proceso. 

¿Cuánto necesitan para que la operación sea viable?

-Estimamos que necesitamos US$2 mil millones de ayuda o financiamiento.

Pero imagino que también depende mucho de cómo evolucione el virus y la crisis. Y ésa es una pregunta abierta.

-Sí, por supuesto, en ese sentido hay que ponerse en un escenario conservador. 

Los inversionistas pueden determinar que la inversión es muy riesgosa.

-A ver, voy a ser un poquito técnico. Cuando tú estás en este Capítulo 11 se genera lo que es conocido como un DIP (Debtor in Possession). La gracia que tiene es que esa deuda pasa a ser prioritaria respecto de todas las anteriores. Se paga primero y es la forma de salir del Capítulo 11. Entonces, al ser condiciones normales de crédito, te da más tranquilidad prestarle a la compañía. Lo que quieren es asegurarse que si tú dices que necesitas US2.000 millones, sólo cuando juntas todo se desembolsa el dinero. La otra particularidad de este DIP es que lo puedes pagar de tres maneras: plata, con otro crédito que pides para refinanciar o lo capitalizas, lo conviertes en acciones. Lo que no sabes es por cuánto es esa acción, porque no sabemos el valor de la compañía al final.

Desde principios de abril que venimos hablando con la cartera de Hacienda. Con el ministro y sus asesores. Explicando nuestra situación y la de la industria. Ahora estamos en ese proceso”.

¿Quienes pueden ir a esa oferta de acciones? ¿Cualquiera de los accionistas?

-Nosotros lo estamos disponibilizado para cualquier inversionista. Todos pueden entrar en las mismas condiciones.

¿En esta operación existe la figura de la Súper Prioridad que podría favorecer a Qatar o a los actuales controladores en desmedro de las accionistas minoritarios?

-No deberían correr riesgo los accionistas minoritarios. Por supuesto, la situación está muy peligrosa. Imagínate que el virus sigue y por mucho rato más y la compañía no se salva. ¿Perdiste? Bueno, esto no es un instrumento apto para cualquiera, porque tienes que estar dispuesto a decir voy a poner plata en un escenario muy difícil de predecir.

Me imagino que tiene el cálculo de lo que tiene que poner el Estado. Se habla de entre US$500 y 750 millones.

-Estamos tratando de juntar US$2 mil millones. Ya tenemos US$900 millones. Obviamente que estamos hablando con todos nuestros accionistas y eventualmente otros inversionistas. Y el gobierno es una pieza fundamental de lo que falta, pero no es el todo. Entiendo que el ministro Briones habló la semana pasada de entre US$500 millones y US$750 millones. Eso fue lo que dijo el ministro. Ojalá sea menos, si es que nosotros logramos conseguir más apoyo.

Ustedes tienen claro que la opinión pública está muy exacerbada, el desempleo muy alto y las condiciones de vida se han precarizado. En ese sentido por qué invertir en Latam.

-Estoy muy consciente. Lo he dicho varias veces y lo vuelvo a decir: somos un actor social importante. ¿Entonces a quién ayudas? La acción ha bajado a 90%, la inversión histórica se perdió en la compañía. Esas personas las conocemos, son locales, son extranjeros. Al final del día vuelvo a las 200 mil personas, porque al ayudar a Latam las estás ayudando a ellas y sus familias. Tengan menos riesgo de perder fuentes laborales por la existencia de Latam.

Pero si no está Latam habrá otra.

-Yo entré a trabajar hace 19 años a Latam. Teníamos 30 aviones, hoy tenemos 300. Nos demoramos dos décadas en construir esta empresa. No construyes un Latam en cinco años. Y mientras tanto qué. Entonces, yo te lo puedo decir con toda tranquilidad, pues yo soy empleado, no tengo ni una acción de Latam. La compañía es su gente y la gente que depende directa o indirectamente; y en ese sentido, creo que la discusión es válida. 

Además, Latam debe lidiar con un tema comunicacional y político: que el actual Presidente de Chile fue accionista y director de la compañía.

Yo entiendo el link político. Piñera fue accionista y director de esta compañía. Entiendo las relaciones que existen con Ignacio Cueto, pero la inversión pasada murió con el Capítulo 11. Entiendo que se quiera hacer desde el punto de vista político un link, pero desde el punto de vista práctico la plata que están poniendo los accionistas es plata fresca, no tiene nada que ver con el pasado. Es un buen eslogan político a mi gusto, pero la verdad es que fuera lo que fuera, fue.

Con la inversión del Estado, ustedes pueden, por ejemplo, asegurar que no se perderán más empleos en la compañía.

-Mira, yo estoy tratando de cuidar a la gente, independiente de la ayuda. Pero es difícil sostener una condición así, porque no puedo mantener sueldos a costa de no poder pagar a los acreedores y liquidar la compañía. Nosotros hemos buscado cuidar a los trabajadores. Hemos tenido que sacar gente de muchas partes. Pero mucho menos que empresas como Air Canadá que despidió al 70% de sus empleados o United que lo hizo con el 30%. 

¿Y ustedes?

-Mira, entre licencia sin goce de sueldo, retiros voluntarios y salidas de gente suman 4.000 personas, una fracción de las más de 40 mil que tenemos. Estamos tratando de cuidar a la gente.

“No voy a estar tranquilo con recibir ayuda del gobierno, si es que la sociedad no siente que la retribución no es justa. Para mí, ése es el concepto, la forma”.

¿Qué modelo te gusta más de participación del Estado en la compañía?

-El modelo que deje tranquila a la opinión pública. No voy a estar tranquilo con recibir ayuda del gobierno, si es que la sociedad no siente que la retribución no es justa. Para mí, ese es el concepto, la forma. No tengo problema. Podemos ver de una manera u otra. La retribución tiene que serlo.

Para el gobierno la inversión tampoco está asegurada, por supuesto. Después de la fusión, los resultados de Latam no han sido muy positivos.

-La primera década del siglo fue muy buena para Latam, la segunda fue menos buena. En parte,por la tremenda recesión en Brasil. Por las cosas que han pasado en Argentina. Pero en los últimos dos años Latam ha bajado su deuda en US$2.000 millones y sus márgenes se han mantenido constantes, pese a la situación económica y a las devaluaciones. Porque, en la práctica, somos importadores. Nuestros pasajeros compran en moneda local, pero nuestros insumos -el combustible, el mantenimiento, los aviones- los pagamos en dólares. Hemos tenido mucho viento de nariz en este período y, pese a eso, la compañía mejoró mucho. El Capítulo 11 es una especie de borrón y cuenta nueva.

El CEO de Jetsmart advirtió que el ingreso del Estado a una compañía aérea podría causar un conflicto de interés.

-Otros países han salido a ayudar a la industria y no ha pasado absolutamente nada. En Chile, tenemos el ejemplo de Codelco en minería, que es 100% del Estado. No he escuchado todavía ninguna empresa minera privada que haya dicho que hay un conflicto de interés asociado a que el Estado tenga participación en la industria a través de Codelco.

A los problemas actuales, se les sumó la demanda colectiva patrocinada por la Conadecus, por más de $300 mil millones. Los pasajeros también se siente perjudicados por Latam.

-Lo primero que hicimos es resolver el problema que tenía  erizados a los pasajeros. Les dimos la posibilidad de usar el dinero del ticket como un crédito para usarlo hasta el 31 de diciembre del 2020. Pronto anunciaremos una extensión de esa fecha, porque sabemos los problemas que está teniendo la gente. Fueron decisiones que tomamos bastante rápido, a fines de marzo, y gran parte de los afectados aceptó el cambio. 

¿Pero hay gente que reclama que no les han devuelto el dinero ni las millas perdidas?  

-Te quiero dar un solo dato. Teníamos 12 millones de tickets vendidos al momento de lo que pasó. No hay ninguna estructura u organización que esté preparada para administrar un problema de 12 millones de tickets de la noche a la mañana. Esa gente debe estar segura que en algún momento, de alguna manera, esa plata no se va a perder. 

¿Le pide paciencia a los pasajeros?

-Pido disculpas, porque no podemos actuar tan rápido. Y si la gente se frustra porque le cancelamos un vuelo a última hora es porque nos cambiaron una norma sanitaria o nos prohibieron los vuelos. Como pasó en Brasil, cuando Estados Unidos canceló el tramo. 

Yo entiendo el link político. Piñera fue accionista y director de esta compañía. Entiendo las relaciones que existen con Ignacio Cueto, pero la inversión pasada murió con el Capítulo 11″.

Usted ha hecho una carrera en Lan y Latam. Llegar a CEO es la consolidación de su trabajo. Y puede que le toque liquidar la compañía. ¿Se ha puesto eso en la cabeza?

-No pasa por mi cabeza, porque creo que Latam va a salir adelante. No tengo ninguna duda. No sé exactamente cuál es el camino todavía, pero no tengo duda. Pero tampoco nunca estuvo en mi cabeza llevar a la compañía al Capítulo 11. Estamos haciendo lo que hay que hacer.

¿Qué pasos faltan para el acuerdo con el Estado?

-Estamos esperando la decisión del gobierno. Entiendo que el ministro se juntó con la comisión del Senado la semana pasada. Y creo que se hará nuevamente ésta. El ministro ha dicho públicamente que quiere que esto se haga. Había un acuerdo y me imagino que se está trabajando en ese consenso. Así que nosotros estamos a disposición obviamente para cualquier cosa que nos pidan o nos pregunten y si tenemos que ir a hablar frente a alguna comisión, lo haremos.

¿Se ha reunido con senadores y diputados?

-Personalmente, no. Sí el director de Asuntos Corporativos. Él habla bastante más con ellos y estamos disponibles las veces que quieran conversar. En todo caso, nuestra interacción principal ha sido con el gobierno.

¿Pero tiene una percepción de cómo se ve este acuerdo en el mundo político?

-Creo que en el ambiente político hay un buen entendimiento de la importancia de esta industria. De la importancia y de la situación de la compañía. Hoy en día, los sectores más relevantes de la sociedad entienden el problema y por qué esto es importante. Como también estoy súper consciente que hay un grupo que no quiere. 

¿Cómo ves el negocio para adelante, más allá del 2023?

-Yo creo que van a pasar dos o tres cosas. En el corto plazo, vamos a tener procedimientos sanitarios distintos, reglas de distanciamiento y andaremos con mascarilla. Eso va a existir, por lo menos hasta que todos estemos inmunizados o haya una vacuna. Habrá un período, probablemente meses o un poco más, en el cual vamos a viajar distinto. Creo que habrá un reordenamiento industrial grande. En el mundo, había 800 líneas aéreas, muchas de ellas en situación financiera muy débil y sin espalda, ni siquiera para subsistir en el corto plazo. Entonces, creo seremos testigos de un reordenamiento importante en el mundo, pero como buen ciclo, después volverá la demanda y tendremos de nuevo una industria pujante.

Esto sería en…

-No sé si se demorará tres o cuatro años. Es una pregunta que no tiene respuesta hoy. Pero yo me imagino en 2024, una industria parecida a lo que era antes.

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