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23 de Junio de 2020

Carolina Quilodrán, matrona Hospital Luis Tisné: “Hemos atendido 40 partos con PCR positivo”

Trabaja hace 19 años en este centro asistencial. La pandemia de Covid-19 ha traído las jornadas más extremas de todo este tiempo. “Tuvimos reuniones a finales de febrero sobre la llegada del virus y las medidas que íbamos a tomar, pero todo quedó chico”, dice.

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Cuando Carolina Quilodrán (43) hace memoria de los 19 años que lleva trabajando en el Hospital Luis Tisné, confirma que nunca le habían tocado situaciones tan cambiantes y extremas como las que ha traído la pandemia del Covid-19: “Todo lo hemos ido aprendiendo sobre la marcha. Soy del sindicato del hospital y tuvimos algunas reuniones a finales de febrero sobre la llegada del virus y las medidas que íbamos a tomar, pero todo quedó chico”. 

Los cambios en la maternidad del Tisné empezaron el 18 de marzo. Los turnos fueron reforzados y empezaron a entregarles algunos implementos de protección. Aún el desconocimiento de la enfermedad era absoluto. Carolina recuerda que el primer caso Covid en la Maternidad fue a principios de abril. La matrona cuenta que hoy están atendiendo entre tres a cuatro partos con mujeres contagiadas de un total de diez: “Testeamos a las pacientes y hay muchas asintomáticas. Les tomamos el PCR antes de entrar. Llevamos como 40 partos y cesáreas con PCR positivo en estos dos meses”.

El Covid se está tomando al hospital. “Ahora tenemos el 60% de la cantidad de camas asignadas a Maternidad; las otras se transformaron en camas para pacientes Covid. Ya no existe el piso de Ginecología porque se transformó en sector Covid, en que conviven pacientes que están previos a su alta y también los que van a fallecer”, revela.

 “Ahora tenemos el 60% de la cantidad de camas asignadas a Maternidad; las otras se transformaron en camas para pacientes Covid. Ya no existe el piso de Ginecología porque se transformó en sector Covid”.

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La demanda del hospital está en el máximo y el espacio se hace escaso. Eso ha provocado que las mujeres que van a la Maternidad del Tisné deben esperar juntas, tengan o no Covid. Se les coloca mascarillas y protectores faciales para evitar contagiarse. Juntas están también en los pabellones. Carolina dice que había uno habilitado solo para casos Covid, pero que la demanda determinó que se usen todos: “Finalmente tenemos que pensar que todas son positivas”. 

Para los turnos, las matronas cubren sus cuerpos con pecheras, doble mascarillas, antiparras o escudos faciales y guantes. Cuando tienen que atender partos se refuerzan con un buzo blanco, gorro y protectores de calzado. “Es difícil respirar, moverse, te mueres de calor, terminas como sopa dentro de tanto plástico”, explica la profesional.

Por las medidas de protección, el parto pasó de durar una a tres horas. Las mujeres están solas, sin acompañante. Carolina cuenta que al principio podían estar acompañadas, pero que “varias veces los papás eran PCR positivo y no avisaban. Eso ponía en riesgo al personal y a las otras pacientes”.

 “Es difícil respirar, moverse, te mueres de calor, terminas como sopa dentro de tanto plástico”, explica la profesional.

La matrona explica que, pese a todo, las personas han comprendido la crítica situación: “Los papás entienden perfectamente;  de hecho lo agradecen porque todo es por la seguridad de sus familias”. Igualmente, las matronas les envían fotos o textos del alumbramiento a los parientes. 

Los partos Covid han sido extremos: “A dos pacientes les tuvieron que hacer cesáreas de emergencias con 29 semanas (7 meses). Estaban en ventilación mecánica y las tenían que intubar”. Carolina desconoce si murieron, pero cuenta que estaban muy mal.

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“Recién el 12 de junio llegaron los protocolos del Minsal. Ha sido de a poquito, ha costado muchas reuniones que nos den todo. Tenemos la implementación completa hace dos semanas, cuando comenzó el colapso de los hospitales”, dice Carolina. Antes de eso los protocolos fueron formulados por los propios equipos del centro asistencial. 

“Cada hospital se adecua a su realidad, pero han ido cambiando mil cosas. Todas las semanas hay algo nuevo, porque es una cuestión dinámica”, señala; y agrega que al 21 de junio el Hospital Tisné tenía 151 funcionarios contagiados de coronavirus de los cerca de mil que trabajan en el lugar. De las matronas se contagiaron cinco y dos permanecen con licencia. 

Las bajas se han notado. Carolina, junto a sus colegas, han tenido que asumir nuevas funciones y trabajar en el piso Covid. En turnos de tres matronas -dos novatas y una experimentada- toman las funciones de enfermería porque “no hay más enfermeras”. 

Como astronautas de plástico, las matronas atienden a pacientes con neumonía. El nivel de dificultad es mayor y las tareas completamente distintas. Carolina lo cuenta: “La mayor parte son viejitos que están esperando recuperarse, pero afectados por otras enfermedades. Hay esquizofrénicos o que están postrados. No usan respirador, pero hay varios con oxígeno. Hay muchos pacientes paliativos, en que ya no hay nada qué hacer y van a morir”.

Carolina, junto a sus colegas, han tenido que asumir nuevas funciones y trabajar en el piso Covid. En turnos de tres matronas -dos novatas y una experimentada- toman las funciones de enfermería porque “no hay más enfermeras”.

Cuando vuelve a casa se relaja haciendo en un día puzles de mil piezas, paseando a sus perros o hablando con su novio que está en Colombia: “Ni siquiera pienso en la posibilidad de contagiarme. Este tiempo ha sido bien terrible. Ha sido fuerte y bien solo. Sin ver a la familia, ni a los amigos, con un trabajo súper estresante que cambia de un día para otro… es complicado”.

Este texto es parte de la serie “Invisibles, pero fundamentales”. Puedes revisar el resto de los capítulos AQUÍ.

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