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Selección Nacional

8 de Octubre de 2020

Basco Vazko, de la realización de murales a los proyectos en casa

Crédito: Archivo personal

El muralista, que ya tiene más de 20 años de trayectoria, aún no ha podido concretar los proyectos que tenía agendados para este año por la pandemia, pero sigue activo pese al confinamiento. Hace dos semanas lanzó una serie de fotografías intervenidas y ahora está trabajando en una revista inspirada en el fin del mundo.

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Basco Vazko (36) comenzó en la intervención del espacio público de forma autodidacta cuando tenía 15 años. Sus compañeros de colegio salían a pintar las calles y él no quiso quedarse atrás, así que comenzó a intervenir lugares cercanos al sector donde vivía tales como Bellavista, Independencia y Recoleta. 

Durante sus primeros pasos, prefería pintar espacios que estuvieran abandonados. “Estos te dan la libertad de pintar lo que se te ocurra y a la vez tratar de darle algún uso a estos lugares que parecía que ya a nadie le importaban. La idea era aprovechar ese espacio para poder hacer trabajos que a otros les interesa apreciar”, dice.

Tras años de trabajo, se le han ido abriendo puertas en su camino artístico. Ha participado en exhibiciones individuales y colectivas, comisiones de murales y ha publicado libros, revistas y fanzines. Además de Chile, también ha trabajado en Francia y en Estados Unidos

Pero por la pandemia, viajar ya no es una posibilidad. Además, muchos de los murales que tenía agendados para este año fueron cancelados y otros postergados hasta nuevo aviso, entre ellos, uno para la Universidad de Talca. A pesar de que extraña realizarlos, se las ha arreglado para trabajar en otros proyectos desde su casa durante los últimos meses. 

Intervención de una cancha en Ciudad de México. Crédito: Otra Ciudad

¿Cómo te empezaste a interesar en el arte?

-Toda mi familia siempre ha sido muy cercana al arte, mi abuela pintaba y mi padre es diseñador de interiores, así que me crié con mucha información al respecto. Fui muy afortunado en ese sentido. Desde muy chico siempre fue lo que más me interesó. Iba a exhibiciones de pintores chilenos con mi padre y me decidí súper joven a que me iba a dedicar a eso, mucho antes de empezar a pintar murales en las calles. 

¿Cómo fueron tus primeros pasos pintando en el espacio público?

-Empecé a trabajar en lugares abandonados. Después, cuando me di cuenta que la gente reaccionaba súper bien a lo que estaba haciendo y eso me empujó a querer hacer más. Ahí comencé a realizar murales en fachadas de casas y con los años, a medida que se fue dando a conocer mi trabajo, fui recibiendo comisiones y empecé a trabajar haciendo murales más grandes por encargo.

Mural realizado en Museo Violeta Parra. Crédito: Basco Vazko

¿Qué te motivó a intervenir las calles?

-Me interesó mucho la oportunidad de poder hacer trabajos y compartirlos de manera inmediata con otras personas y cuando empecé a hacerlo, tuve buena acogida. Uno siempre quiere compartir su arte e intervenir el espacio público es la manera más transversal para hacerlo. Para cualquier persona creativa, es un tremendo empuje a querer seguir desarrollándose.

Muchos de los murales que tenía agendados para este año fueron cancelados y otros postergados hasta nuevo aviso, entre ellos, uno para la Universidad de Talca. A pesar de que extraña realizarlos, se las ha arreglado para trabajar en otros proyectos desde su casa durante los últimos meses. 

DE LAS CALLES A LA CASA

Como su trabajo en la calle está detenido por ahora, se ha dedicado a realizar proyectos desde su hogar. Por ahora se encuentra trabajando en una revista inspirada en una temática apocalíptica y que espera publicar a fines de noviembre de este año.

¿De qué se trata la publicación?

-En ella traté de mezclar dos revistas muy opuestas: una revista americana de decoración de interiores y la National Geographic. La primera es una revista de grandes casas con muebles bien diseñados y en la otra tienes animales, crisis, migraciones y guerras. Al juntar ambas cosas, se genera este material que es un poco absurdo porque, por un lado, los interiores de las casas son muy lujosos, pero por otro en los exteriores, en las ventanas, se ve el mundo en llamas, siendo destruido.

¿Qué idea pretende abordar?

-La revista pretende mostrar cómo uno vive en estas dualidades de poder estar muy bien en ambientes muy cuidados y luego estar en lugares descampados donde hay mucha destrucción y desastre. La revista juega con esta idea de inventar publicaciones falsas basadas en situaciones reales.

Una de las páginas de la revista. Foto: Basco Vazko

Hace dos semanas, publicó otro proyecto preparado durante el confinamiento. Se trata de una serie de fotografías intervenidas que se titula Fake News: 13 fotografías del terremoto de Valdivia de 1960, un trabajo que presentó en 2017 para la Bienal de Artes Mediales.  

¿Cómo obtuviste las fotografías?

-Cuando tenía 16 años, vivía en Bellavista y tenía una vecina que le había arrendado una parte de su casa a alguien y esa persona dejó un montón de cosas botadas, entre ellas estas fotos y como ella sabía que yo estaba todo el tiempo haciendo cosas artísticas, me las regaló. Eran como 60 y apenas las vi noté que eran bastante especiales, porque hay fotografías aéreas, de muertos, de helicópteros del Ejército, entre otras.

¿Cómo se te ocurrió trabajarlas?

-Estuve trabajando esas fotos constantemente por harto tiempo. Cuando mi vecina me las dio, yo trabajaba haciendo el aseo en unas oficinas en Providencia, así que después del colegio me iba para allá a trabajar. Era después del horario de oficina, entonces estaba vacío. Por ahí habían unas fotocopiadoras y se me ocurrió llevar las fotos y sacar copias y jugar con sus tamaños, hacerlas más grandes o más chicas. Luego de eso, empecé a intervenir esas copias mediante collage

¿Qué querías transmitir al intervenirlas?

-Más que nada, tiene que ver con una pregunta sobre las fake news, que a mí me saltó a la vista cuando estaba mirando estas imágenes: ¿qué pasa si exagero este desastre? Después pensé en la manera en que estas grandes catástrofes se utilizan políticamente, cómo son presentadas de mayor o menor forma con ciertos propósitos detrás y de qué manera nosotros estamos pendientes de eso. 

Una de las fotografías del terremoto de Valdivia de 1960 de la serie Fake News. Crédito: Basco Vazko

MURALES DURANTE EL ESTALLIDO

El 28 de febrero, Basco Vazko estaba trabajando en una intervención de piso en una azotea de las Torres San Borja, ubicadas a solo unas cuadras de la zona cero de las protestas. Mientras pintaba, observó el segundo incendio al Museo Violeta Parra, que tenía en su frontis un mural que realizó en 2017.

¿Qué te ocurrió cuando supiste que tu trabajo fue destruido?

-Como estaba trabajando cerca, tuve la oportunidad de estar muy relacionado con este lugar antes y durante el estallido social. Me pasa que es triste cuando uno ve el trabajo de uno siendo destruido. Pero al mismo tiempo, eso obedece a un sentimiento social grande y muy justificado. Yo no puedo justificar la destrucción de mi trabajo, pero sin duda lo entiendo y sé que se trata de la expresión de algo mucho más potente detrás, que son las demandas de la gente y eso es legítimo. 

¿Cómo fue trabajar en una nueva intervención en medio de la zona cero?

-Para mí fue bien especial estar haciendo un mural durante las protestas. Cuando estaba trabajando en las Torres San Borja, yo estaba a una cuadra de ellas y me tocó conocer muy de cerca lo que pasaba en el lugar. Al hacer murales en el espacio público, conoces a la gente del sector y entiendes lo que está sucediendo en el momento. Más que molestarme, estoy feliz de haber tenido la oportunidad de haber estado involucrado con esa parte de Santiago y poder ser testigo de lo que ocurrió. 

“Me pasa que es triste cuando uno ve el trabajo de uno siendo destruido. Pero al mismo tiempo, eso obedece a un sentimiento social grande y muy justificado”.

Intervención de piso en Torres San Borja. Crédito: Otra Ciudad

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