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Coronavirus

22 de Abril de 2021

Qué es la “estrategia del queso suizo” y por qué conviene considerarla en Chile para enfrentar la pandemia

Foto: Agencia UNO

El centro de estudios Espacio Público propone implementarla en el país para subsanar las debilidades que presenta el proceso de vacunación en un escenario de proliferación de nuevas variantes del Covid-19 y la baja efectividad que tiene la fórmula de Sinovac para evitar el contagio.

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El modelo del efecto acumulativo, también conocido como “estrategia del queso suizo”, no surgió de las ciencias médicas, sino de la gestión de riesgos. La idea fue propuesta en 1990 por el británico James T. Reason, investigador de la U. de Manchester, quien en su libro “Human Error” buscaba explicar grandes accidentes como los desastres de Chernóbil y Bhopal, y la explosión del transbordador espacial Challenger.

La idea fue adaptada a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus por el virólogo australiano Ian Mackay, ante el hecho de que “ninguna medida aislada de prevención que tratemos de implementar para combatir el covid funciona al 100%”, según explicaba a la BBC Mundo en noviembre del 2020.

En el esquema del especialista, cada loncha de queso suizo es una medida para combatir la pandemia. Cada una tiene sus agujeros e imperfecciones, sin embargo, si se va apilando una sobre otra, la protección frente al virus es mayor. “Si comenzamos a juntar diferentes capas creamos una barrera para prevenir ese riesgo”, señalaba.

Ya en noviembre, Mackay planteaba que efectivamente “las vacunas serán una buenísima noticia”. Sin embargo, advertía que “incluso cuando llegue la primera, no resolverá por sí sola la pandemia. Es vital tener en cuenta todas las capas en lugar de una sola”.

En una entrevista con The New York Times, la estadounidense Julie Gerberding, experta en enfermedades infecciosas y ejecutiva del grupo Merck, reforzaba que, lo que más le cuesta entender a la población, es esta idea de que son varias las medidas que hay que cumplir, y no una.

“Queremos creer que llegará el día mágico en que de pronto estarán disponibles 300 millones de dosis de una vacuna, que podremos regresar a trabajar y que todo regresará a la normalidad. Eso de ninguna manera sucederá pronto”, explicaba en noviembre del 2020.

LA VERSIÓN CHILENSIS

En su último informe, el centro de estudios Espacio Público recoge el concepto de la “estrategia del queso suizo”, enfocado principalmente en las dificultades que presenta el proceso de vacunación en Chile para cortar la cadena de contagio del Covid-19.

Las estimaciones de efectividad de la fórmula de Sinovac rondan en torno al 54%. Por ello, los investigadores subrayan que, ante ese escenario, “una proporción significativa de las personas vacunadas seguirán contagiándose y eventualmente podrían ser vectores de la transmisión del virus”.

A ello se suma el problema de las variantes del virus, como la brasileña o la sudafricana. Informes preliminares señalan que sus mutaciones debilitan la respuesta inmune de las vacunas de ARN mensajero, como Pfizer y Moderna.

Con respecto a Sinovac, el único estudio observacional que se hizo en Manaus -donde la variante brasileña se presume como predominante- se observó una efectividad del 49.6% de la fórmula china, aunque con un intervalo de confianza muy alto que no permite sacar conclusiones aún.

En ese sentido, desde Espacio Público plantean que la primera lámina de queso es la vacunación, pero sus agujeros son justamente los niveles de efectividad de las vacunas y un escenario de nuevas variantes que harán más complejo el proceso de inmunización.

La segunda loncha es la capacidad de testeo a través del PCR y el test de antígenos, cuya principal debilidad es que habrán casos que aún así no se podrán detectar. Luego viene la trazabilidad y el aislamiento, donde la comunicación de riesgo cumple un rol clave, puesto que se necesita la colaboración de toda la población.

Las otras láminas son el control de fronteras y la vigilancia genómica, para evitar que nuevas variantes del virus lleguen al país. Luego vienen las medidas de autocuidado: uso de mascarillas, distanciamiento físico, evitar las aglomeraciones, ventilación de espacios y lavado frecuente de manos. Todas ellas conforman, en conjunto, una barrera que otorga prácticamente un 100% de protección.

“Las personas adaptan su comportamiento según su percepción del riesgo (Peltzman Effect). A medida que la ‘novedad’ de la epidemia pasa, la amenaza percibida se debilita y también la adherencia a las medidas de control de contagio. Por otro lado, si la vacuna u otras medidas para prevenir la transmisión del virus son percibidas como una ‘bala de plata’ contra la epidemia, también arriesgamos debilitar la adherencia a las otras ‘láminas’ como hemos visto en Chile estas últimas semanas”, señalan.

Para los investigadores, “es tarea del gobierno continuar con el exitoso plan de vacunación, lograr la mejoría continua del sistema de testeo, trazabilidad y aislamiento, el control estricto de la frontera, el fortalecimiento de la vigilancia genómica y entregar la comunicación de riesgo adecuada. Pero también es tarea de todos seguir cuidándonos, porque necesitamos una comunidad en que cada individuo se sienta un agente responsable 4 de detener la propagación del virus, aislándose prontamente, informando los contactos estrechos, usando mascarilla, evitando aglomeraciones, estableciendo distanciamiento físico, ventilando y lavándose las manos”.

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