Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Entrevistas

26 de Julio de 2021

Gabriel Boric: “Cualquier soberbia ganadora, atenta contra la construcción de lo que viene”

Ya instalado como candidato presidencial, Gabriel Boric explica aquí cómo será la nueva etapa de su campaña y cómo él fue transitando de la rabia a la esperanza. Empoderado, Boric insta a los partidos de Apruebo Dignidad a levantar una sola lista parlamentaria y redactar juntos el programa de gobierno. “Es esencial que en cada decisión que tomemos, proyectemos gobernabilidad”, afirma.

Por

Ha pasado una semana desde que ganó las elecciones primarias frente a Daniel Jadue. El candidato del Frente Amplio, Gabriel Boric, no solo dio la sorpresa al desplazar a su contendor del PC –que según las encuestas llevaba las de ganar-, sino que logró movilizar poco más de un millón de votos a su favor.

Es sábado por la tarde y Boric está en su casa ordenando libros y papeles en su escritorio. Lleva un polerón negro con capucha y se lo ve tranquilo a través de la pantalla del computador.

El día anterior, Yasna Provoste había lanzado su candidatura presidencial en Vallenar y la centro izquierda anunciaba un mecanismo para elegir su carta presidencial.

La batalla por La Moneda entró en una nueva etapa. Más competencia y la construcción de un relato para la campaña. Pero, también, es el momento en que las fuerzas políticas comienzan a negociar los alcances de un programa de gobierno común y, lo más decisivo quizá, la lista parlamentaria.

En ese contexto se da esta entrevista.

-¿Contento o nervioso?

-Estoy contento y proactivo. Nervioso no, pero todavía aquilatando la responsabilidad. Viviéndola, sintiéndola.

-Pasada la euforia aparece la realidad, la dimensión de lo que viene, ¿no?

-Siempre hago un esfuerzo consciente por tener los pies muy puestos sobre la tierra para que la euforia, la excitación, los parabienes no nublen la vista del objetivo. Como dijo el nuevo alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, cuando ganó:  “Ganamos, sí. Podemos estar contentos, sí. Pero lo que ganamos es una oportunidad. Tenemos que demostrar que estamos a la altura”. Adhiero a esa frase. Está buena para bajarse un poquito los humos y no marearse.

¿Ha aquilatado lo que significaría ser Presidente a los 35 años? ¿Es como tomar otro camino para siempre?

Yo milito políticamente hace mucho tiempo, pero evidentemente esto es una responsabilidad mayor. No lo desconozco. Por eso me he estado preparando en todas las dimensiones para estar a la altura de este gran desafío. Aunque también sé que es imposible saberlo en toda su dimensión.

Pero puede ser fácil imaginarlo…

-Sí. Me lo alcanzo a imaginar. Sé que tiene algún nivel de renuncia a la autonomía personal. Y, por otro lado, hoy creo tener los equipos y estar lo suficientemente preparado para un desafío tan importante.

-Más allá de la capacidad, estoy hablando de una opción de vida. A usted le gusta la música, la lectura, los amigos. ¿No teme que la Presidencia sea una renuncia a su mundo personal?

-Déjame ponerte un ejemplo. Ayer en la noche estaba escuchando el disco Pipes of Peace,de McCartney. Como no había almorzado, me fui a comer a un local donde tienen muy buena onda. Me encerré solo, escuchando música y leyendo un libro (“Los Restos del Día” de Ishiguro). Hoy me levanté temprano. Tuve varias reuniones. He trabajado toda la tarde, pero más rato voy a ir al cumpleaños de una amiga. Sinceramente, creo que todo se puede conciliar.

Como dijo el nuevo alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, cuando ganó:  “Ganamos, sí. Podemos estar contentos, sí. Pero lo que ganamos es una oportunidad. Tenemos que demostrar que estamos a la altura”. Adhiero a esa frase. Está buena para bajarse un poquito los humos y no marearse.

-¿Quizá hay menos margen?

-Evidentemente, uno tiene menos tiempo. Es innegable. Pero también pienso que si uno renuncia a dejar de ser la persona que es, finalmente se transforma en algo por lo que la gente no votó.  

-Cuando entró a las primarias, ¿pensó que podía ganar o le sorprendió? Por ahí va la pregunta sobre las renuncias…

El triunfo del domingo fue una sorpresa para todos. Sabíamos que habíamos hecho una buena campaña. Veíamos que estábamos creciendo. Yo lo sentía en la calle, pero no tenía certeza.

-¿Y cómo lo está sopesando ahora, en lo personal?

-Esto pasó hace una semana. Ha sido vertiginoso. Estamos armando equipos, sosteniendo reuniones. Te diría que, en lo personal, todavía estoy aquilatando emocionalmente lo que significa porque, claro, tiene un montón de definiciones vitales para adelante. Lo que tengo clarísimo es que hoy somos una candidatura competitiva, que está en carrera y que tiene que demostrar que está a la altura. A nadie le sorprendería que ganáramos. Pero tenemos que concentrarnos y trabajar para lograrlo.

La noche del triunfo dijo: “No le tengan miedo a la juventud”. ¿Por qué subrayó ese punto? ¿Quiso despejar una interrogante?

-Creo que algunos van a tratar de jugar esa carta. Yo pienso que ser joven no es ni una virtud ni un defecto. Te da arrojo; una cierta capacidad para comprender mejor los cambios vertiginosos que ha vivido el mundo en el último tiempo, pero eso siempre tiene que estar activado. La generación que hoy tiene 20 años ya es distinta a la mía. Entonces, ¿qué es lo que yo puedo garantizar? Que me interesa de sobremanera el diálogo intergeneracional hacia arriba y hacia abajo.

NO PONER EL PIE ENCIMA

-Con un millón de votos a su favor, ¿cómo sostiene ese triunfo en un escenario presidencial con nuevos candidatos?

-En primer lugar, la primaria de Apruebo Dignidad superó las expectativas y pronósticos de todos. El millón 700 mil votos que obtuvimos como alternativa política, es muy significativo. Lo importante es consolidarlo. No hay que dar por sentado que la gente que votó por Daniel o por mí, volverá a hacerlo. Y ahí es muy importante el cómo hagamos la campaña.

-¿Y cómo va a abordar esta nueva fase de campaña?

-Abriendo un proceso de participación para revisar en conjunto el programa. No queremos que esté centrado sólo hacia los militantes, sino hacerlo con el pueblo de Chile que quiera participar. De todos lados nos llegan ideas, recomendaciones…

-¿Cuándo los procesos de deliberación son tan abiertos, no es más difícil enfocar?

-El arte de gobernar requiere establecer prioridades y plazos. Pero para poder hacerse un mapa completo, no basta simplemente con escuchar a los que ya piensan como uno. Abrir este proceso participativo es fundamental. Queremos partir la próxima semana.

-¿Cuál es la idea?¿Una suerte de plebiscito?

-Vamos a partir organizando cabildos locales. Estamos viendo cómo fusionamos los comandos de Daniel y los nuestros. A partir de eso, haremos convocatorias abiertas. Después veremos otros mecanismos que permitan dirimir o zanjar las diferencias. Lo clave en este proceso es que la gente se sienta parte del proceso de transformación que queremos empujar.

 Yo pienso que ser joven no es ni una virtud ni un defecto. Te da arrojo; una cierta capacidad para comprender mejor los cambios vertiginosos que ha vivido el mundo en el último tiempo, pero eso siempre tiene que estar activado.

-¿Por qué es tan relevante?

-Incorporar a más sectores es fundamental para darle sostenibilidad a nuestro proyecto político. Tenemos que ir más allá de nuestras fronteras. Sacamos una muy buena votación, pero para ganar en noviembre hace falta más. Tenemos que sumar y seguir sumando, como nos dijo Pepe Mujica en un mensaje.

-De seguro habrán tensiones. El PC va a querer influir en el programa. El diputado Giorgio Jackson ya dijo que el programa que triunfó es el del Frente Amplio…

-Quiero matizar a Giorgio. El principal triunfo, lo que nos va a permitir proyectarnos y darle gobernabilidad al país, es de Apruebo Dignidad. Aquí no se trata de que el ganador se lo lleva todo. Así se lo dije a Camila Vallejo el mismo día del triunfo. Ya hay un marco programático común, pero a mí también me interesa que Chile Digno sea parte. No sólo testimonialmente, sino que sean parte activa de la construcción de la campaña que viene. Entonces, cualquier soberbia ganadora, atenta contra la construcción de lo que viene.

-¿Y lo de Giorgio tiene un poco de soberbia?

-Es algo que hay que corregir. Mi postura, y que en este caso es la que va a primar, es incluir a los compañeros y compañeras que participaron en la elaboración programática y de campaña de Daniel Jadue. Tenemos un marco programático común, pero hay que estar abiertos a incorporar nuevas ideas. Esto no se trata de ponerle la pata encima al otro.

-Giogio Jackson no es cualquier persona. Es muy cercano a usted, y cuando dice que en las primarias “se impuso una visión sobre otra”, imagino que varios otros del FA están pensando lo mismo. ¿Cómo lo va a administrar?

-Giorgio es una persona en la que yo confío y vamos a estar trabajando juntos todo este período. Pero me tomo la libertad de corregirlo, porque lo conversé con él en su momento. Partir poniendo el pie encima no es una buena manera de conversar. Y ahí la última palabra no la tiene Giorgio, la tengo yo.

-Además del programa, otro tema clave serán los acuerdos de las listas parlamentarias. ¿Con qué criterio deberían avanzar?

-Es esencial que en cada decisión que tomemos, proyectemos gobernabilidad. En ese sentido, espero que los partidos políticos de Apruebo Dignidad comprendan la responsabilidad que eso significa y que, a la brevedad, sean capaces de ponerse de acuerdo en una sola lista parlamentaria. Esa es una señal importante…

¿Y eso está en riesgo? 

-Hay conversaciones abiertas. Por eso quiero ser muy claro: es muy importante que tengamos una sola lista. Y, en segundo lugar, también debemos tener claro que el futuro Congreso no puede estar por debajo de los estándares que ya se lograron en la Convención Constituyente. Me refiero a escaños reservados y paridad.

El arte de gobernar requiere establecer prioridades y plazos. Pero para poder hacerse un mapa completo, no basta simplemente con escuchar a los que ya piensan como uno. Abrir este proceso participativo es fundamental. Queremos partir la próxima semana.

“NO HAY RENCORES”

-¿Qué rol  va a tener Daniel Jadue en su campaña?

-Lo he conversado con Daniel. Él tiene cumplir su función como alcalde de Recoleta, pero va a ser parte de la campaña. No hemos definido el rol. A él le gustaría coordinar las iniciativas desde los gobiernos locales. Yo estoy abierto… Con el PC estamos discutiendo cuál va a ser la mejor reorganización, pero no sólo con Daniel. También con Camila Vallejo, Karol Cariola, Claudia Pascual, Irací Hassler. Todos tienen que tener un espacio importante en la campaña.

-Con Camila y Karol son amigos. Vienen juntos desde el 2011, pero con Jadue, ¿existe esa complicidad? ¿No quedaron heridas de la campaña?

-Las conversamos muy explícitamente y sin anestesia, la misma noche del domingo 18 de julio. Estuvimos media hora los dos solos y hablamos todo lo que había conversar. Daniel me dijo: “Me pongo a tu disposición. Tú eres el candidato. Quiero que ganemos y voy a trabajar para eso”. No hay rencores.

Muchos dicen que, en parte, usted ganó con votos de gente que quiso detener a Jadue…

-He escuchado tesis bien insólitas, como que Carabineros y las Fuerzas Armadas habían votado por nosotros para que no ganara Daniel. La verdad es que sacamos un millón de votos. Ganamos en todas las regiones y también en las comunas con más pobreza. Decir que fue la derecha, no se sostiene por ningún lado.

-¿No cree que haya un sentimiento anti comunista que puede tener un costo para su candidatura?

-El candidato del PC sacó 700 mil votos. Eso es muchísimo. Sé que en ciertos sectores existe un anti comunismo atávico y que despierta fantasmas pasados, pero es más bien marginal y está bastante inflado. Claramente, la elección no se jugó en esa cancha.

Quiero matizar a Giorgio. El principal triunfo, lo que nos va a permitir proyectarnos y darle gobernabilidad al país, es de Apruebo Dignidad. Aquí no se trata de que el ganador se lo lleva todo. Así se lo dije a Camila Vallejo el mismo día del triunfo

¿GIROS?

¿Hacia dónde va a girar Boric? ¿Al centro o a la izquierda?

-Discrepo de la tesis que subyace a la pregunta. No creo que haya que correrse hacia el centro o hacia la izquierda. Es debatible que las propuestas que presentamos con Daniel, una sea más de izquierda que la otra. Hablamos de cambiar el sistema de salud, del fin de las AFP. Tenemos grandes coincidencias. Entonces, cuando se habla de que nuestro programa tendría que izquierdizarse, me pregunto: ¿qué significa eso verdaderamente? Yo no tengo problemas identitarios. No necesito reafirmar en qué lugar estoy. El contenido de nuestras propuestas habla por sí solo.

-Buena parte del análisis político sostiene que usted ganó porque su discurso fue más templado y marcó diferencias con Jadue…

Sería bueno que todo este mundo de los analistas, no sé, Max Colodro y compañía, reconozcan que han estado bastante equivocados. Y que, por lo tanto no pretendan que nos guiemos por sus visiones de mundo. Yo no creo que lo nuestro haya sido un viraje al centro.

-¿Qué fue, entonces?

-Diría que logramos hacer una campaña que transmitió esperanza y que fue convocante. Nuestra campaña se fundó en ejes muy concretos como la descentralización, el feminismo, la crisis medioambiental, y la gente se sintió representada en ello. ¿Significa eso que nos fuimos al centro o nos fuimos a la izquierda? No. No significa eso.

-Sin dar un giro, ¿cómo piensa mantener los votos del PC? Hay sectores de esa izquierda que lo ven con desconfianza, como “amarillista”.

-Todas las vocerías del PC han dicho explícitamente que van a estar con nosotros en la campaña. Lo dijo Camila Vallejo, Karol Cariola, Daniel Núñez, Daniel Jadue. No tengo ninguna duda sobre la responsabilidad y voluntad del Partido Comunista. Ahora, es cierto, no lo desconozco, que hay un sector que puede pensar así y que no están dispuestos a conversar más allá de su propio espejo. Ahí no hay mucho que hacer. 

Conversamos muy explícitamente y sin anestesia, la misma noche del domingo 18 de julio. Estuvimos media hora los dos solos y hablamos todo lo que había conversar. Daniel me dijo: “Me pongo a tu disposición. Tú eres el candidato. Quiero que ganemos y voy a trabajar para eso”. No hay rencores.

-En la izquierda podría pasar algo paradójico. Que se levante una alternativa más de izquierda liderada por Jorge Sharp. ¿Cómo lo ve?

-Entiendo que, hasta ahora, Jorge no es candidato. Y si lo fuera, yo no tengo ningún problema en debatir en buena lid con él. Jorge fue muy crítico del acuerdo del 15 de noviembre.

-Y varios otros también…

-Lo sé. Pero creo que, finalmente, el haberle dado cauce institucional a la revuelta de octubre, ha terminado siendo apreciado. Y habérsela jugado en ese momento, más allá de que desató críticas y fue difícil, fue positivo.

DAR TRANQUILIDAD

¿Desde donde debiera pararse Boric ahora? ¿Desde la misma esperanza, desde el mismo árbol, o tiene que mostrar otros atributos?

-En esta parte de la campaña, tenemos que ser capaces de mostrar más equipo, que esto no es solo yo, no es que yo sea buena onda, articulado o que sea de Magallanes. Todas esas cosas puede ser, pero hay que mostrar un equipo que sea capaz de dar tranquilidad.

-¿Tranquilidad de qué?

-De que sabemos lo que estamos haciendo y que lo que no sabemos, tenemos disposición a entenderlo. Vamos a gobernar poniendo atención a la evidencia y no a los caprichos. Es dar tranquilidad desde lo colectivo. Este no es un proyecto individual. 

-¿Se trata, entonces, de hacerle un guiño al tema de la gobernabilidad?

-Es un poco más que la gobernabilidad. Es también la disposición a trabajar con quiénes saben. Vamos a gobernar con equipos, con una heterogeneidad etaria, pero además aprendiendo de los errores y aciertos que tuvieron los gobiernos anteriores.

-¿Pero cómo lo piensa hacer?

-Escuchando. No llegando con concepciones preconcebidas e inmutables. Ya tenemos una base, un tronco, pero cuando uno va moldeando algo tiene que estar dispuesto a ser arcilla más que piedra.

-Solo para entender: ¿Cuál es esa base, el tronco, que usted dice?

-Nosotros queremos  un cambio de modelo de desarrollo. No apuntamos a mejorar, maquillar o parchar el actual modelo. Queremos cambiarlo. Y sabemos que para poder hacerlo, tenemos que decirle a la gente: “No queremos echar por la borda lo que ustedes han logrado. Queremos que exista un crecimiento más equitativo. Una mejor manera de distribuirlo, pero todos los cambios de dirección, toman su tiempo”.

RABIA Y ESPERANZA

¿Cómo cambia el escenario con Yasna Provoste, Paula Narváez? Es probable que algunos ex concertacionistas hayan votado por usted porque no tenían opción en la centro izquierda…

-Hubo mucha gente que nos dio su confianza y espero seguir contando con ellos. Esto no depende solamente de quién es el candidato o la candidata. Lo realmente clave es la fortaleza de los equipos que uno tiene para poder hacer un cambio de rumbo real. Y si vemos todos las últimas elecciones, la mayoría del pueblo de Chile viene expresando que no quiere retocar lo que hay. Quiere cambios de verdad.

Nuestra campaña se fundó en ejes muy concretos como la descentralización, el feminismo, la crisis medioambiental, y la gente se sintió representada en ello. ¿Significa eso que nos fuimos al centro o nos fuimos a la izquierda? No. No significa eso.

El hecho de tener en frente a Provoste, por ejemplo, ¿no le desordena la cancha? Pueden tener banderas muy parecidas.

-Es bueno para Chile cuando las ideas de fondo son compartidas. Eso significa que se han expandido. Y son ellos los que han ido cambiando su posición. Las ideas que defendimos en la campaña de Bea Sánchez, que era terminar con las AFP, tener una Asamblea Constituyente, un sistema único de salud, no figuraban en la campaña de Alejandro Guillier.

-¿Y usted también cambió?

-Me acuerdo que tú me hiciste una entrevista hace cinco años y yo estaba con mohicano. Mi expresión era más bien de rabia. Creo que he logrado ir canalizando esa rabia en acción y en esperanza.

-Si, como dice, otros se movieron hacia el FA, ¿ustedes ganaron una batalla cultural en la izquierda?

-Hemos avanzado mucho, pero los triunfos culturales, para poder permanecer, tienen que transformarse en cambios institucionales. Entonces, yo no quiero quedarme sólo con la tranquilidad de: “Jugamos mejor y perdimos igual”. No. Quiero lograr que esos cambios sean institucionales y que se mantengan.

NO RENEGAR

-El triunfo de Sebastián Sichel ha sido leído como una renovación de la derecha. ¿Hay una nueva derecha, a su juicio?

-Mira, la derecha ya salió tratando de alimentar un fantasma. Están diciendo que, en el fondo, yo soy la versión amable de las mismas ideas fracasadas. Nosotros vamos a enfrentar políticamente a la derecha sin temor. Pero también decirle a la gente que acá no hay caprichos. Que ante la evidencia, estamos dispuestos a mejorar nuestras propias posturas. Para mí es un aprendizaje de vida.

-Sebastián Sichel y usted son vistos como un recambio en la política…

-Aunque se vista de renovación y buena onda, Sebastián Sichel es la continuidad de este mal gobierno. Que no se trate de disfrazar. Una persona que fue ministro de este gobierno, no se puede desmarcar de su pasado como si nada. Ya lo hizo una vez con la DC.

-¿Pero cómo lo visualiza? Eugenio Tironi decía que Sichel había tocado una tecla en sectores medios que la izquierda subestima…

-Le diría Tironi que hubo muchos asados en la celebración de nuestro triunfo del domingo. Y que no es verdad su tesis de que quiénes hacen asado y se mueven en camionetas por Chile, votaron por Sichel. Lo digo en tono de talla, pero sirve para explicar que en este Chile hay una amplia  diversidad.

En esta parte de la campaña, tenemos que ser capaces de mostrar más equipo, que esto no es solo yo, no es que yo sea buena onda, articulado o que sea de Magallanes. Todas esas cosas puede ser, pero hay que mostrar un equipo que sea capaz de dar tranquilidad.

-Tironi se refiere a sectores que quieren mantener lo que han logrado con mucho esfuerzo…

-Efectivamente, Sichel representa una cosa que en el mundo está bastante retirada y es esta idea de la meritocracia en función del esfuerzo personal. A una persona de Renca, que se saca la cresta trabajando toda su vida y que todavía no tiene ni su calle pavimentada, le hablas de meritocracia y no le hace sentido. Entonces, esta nueva versión de Golborne, de decir: “Si yo pude, tú también puedes. ¡Claro que se puede!”, no creo que tenga eco en la realidad. Las condiciones estructurales de la desigualdad en Chile son mucho más complejas.

-Mirado así, ¿Sichel puede no ser un adversario difícil?

-Es un adversario complejo. Su discurso tiene un público. De hecho, Sichel ganó muy bien. Será un debate interesante.

-¿Y Yasna Provoste?

-Creo que en la medida que nadie reniegue de su propia historia, todos los adversarios pueden ser interesantes.

-¿A qué se refiere con no renegar?

-Sichel no puede dejar de reconocer que fue DC, que dejó de ser DC, que fue ministro de Piñera y que lo apoyan los grandes empresarios. Esos son hechos de la causa. No se pueden camuflar. Y en el caso de Yasna Provoste, ella tiene un tremendo liderazgo. Pero también me parece importante que esté claro que milita en la DC desde los 14 años. Sería bueno tratar de defender eso, en vez de esconderlo.

Nosotros queremos  un cambio de modelo de desarrollo. No apuntamos a mejorar, maquillar o parchar el actual modelo. Queremos cambiarlo

-¿Lo ha escondido?

-Es lo que parecía en su proclamación en Vallenar, donde el tema de su militancia estaba como bien oculto. Ojalá que las convicciones se defiendan enteras y no solamente la parte que hoy aparece popular en las encuestas. 

Notas relacionadas

Deja tu comentario