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6 de Agosto de 2021

Más allá de Tom Daley: el movimiento de hombres tejedores en Chile

Archivo Hombres Tejedores

A inicios de la semana, el saltador y medallista británico, Tom Daley, fue sorprendido mientras tejía en una tribuna del estadio olímpico de Tokio. La imagen se viralizó rápidamente. ¿Por qué causó tanto furor? ¿Qué hay detrás de un hombre que teje en un lugar público? Aquí, dos tejedores relatan la historia de una práctica que se ha hecho cada vez más visible en Chile.

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El 12 de abril de 2013, la plataforma web infantil del Consejo Nacional de Televisión lanzó un cortometraje sobre los hombres tejedores de Cardonal, un localidad ubicada en la costa de la región del Maule. Frente a la cámara se ubica un poblador. “Muchos en este lugar se avergüenzan de tejer porque creen que el tejido es para mujeres”, dice. Luego, otro poblador se toma la pantalla. “Esta zona se llama Cardonal y es el único lugar donde los hombres tejen”, asegura.

Por ese entonces, ninguno de los dos se hubiese imaginado que tres años más tarde, el mundo no hablaría de otra cosa, a raíz de la imagen del atleta británico Tom Daley tejiendo un suéter durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio. Y que los hombres tejedores serían el comienzo de un impacto social que se expandiría por todo Chile y el resto del mundo.

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Claudio Castillo Malebrán (32) es bailarín. Tenía 21 años cuando la curiosidad encendió las dudas en su mente y, mientras veía a sus amigas hacerlo, quiso aprender a tejer. En ese entonces, Claudio estudiaba pedagogía en Ciencias Naturales. Carrera que abandonó al tiempo después.

Tras algunos años lejos de la ciencia, pero con las ganas de enseñar intactas, Claudio decidió impartir clases y crear un taller de tejido. Pero las dudas nuevamente aparecieron. Pensó que, si bien ya tejía de todo, había otras personas mucho más capacitadas que él que podrían dedicarse a enseñar sobre esta práctica. Fue cuando decidió que el taller fuera sólo para hombres, algo que le otorgaría distinción y lo haría interesante a la hora de la promoción. Así lo publicitó en Instagram. Y así comenzó todo.  

Al taller llegaron hombres de diversas edades, principalmente de entre 25 y 40 años. Claudio se dio cuenta de que la mayoría estaba allí bajo un motivo similar: Quisieron tejer siempre, pero nunca se les permitió hacerlo.

La iniciativa partió en enero de 2016 y a mitad de año ya contaba con varios alumnos. El 12 de junio, Día Mundial del Tejido en Público, se juntaron a tejer en el Parque Forestal. Lugar que vio nacer la idea de formar un grupo más formal: Los Hombres Tejedores.

Créditos: Archivo Hombres Tejedores en Facebook.

Un día, Claudio tomó su celular. Grabó un video durante aproximadamente 30 segundos. En él se logra distinguir a algunos de sus alumnos trabajando en lo que serán sus próximos tejidos. Para Claudio, el motivo de la grabación no era más que publicidad para el taller. Y bajo esa creencia, lo publicó y siguió con las clases.

A las horas, su teléfono no paraba de sonar.

Miles de personas habían reproducido y compartido la publicación. El impacto que generó el video fue brutal. Lo que para Claudio fue un registro cotidiano, para el mundo fue toda una revolución. Cinco hombres sentados en la misma mesa, tejiendo y conversando, fueron suficientes para hacer estallar el asombro instantáneo. Las redes sociales estaban a merced.

“Yo siento que todo esto nació desde algo más cotidiano, pero cuando nos empezamos a dar cuenta de que a la mayoría le había pasado lo mismo y que no pudieron aprender a tejer porque les dijeron que eso no era de hombres. O que cuando tejíamos en público la gente nos miraba raro, comenzamos a notar el impacto y la repercusión que se generaba. Fue ahí cuando decidimos hacer una performance para visibilizar esto”, dice Castillo.

La primera aparición oficial

Era 10 de septiembre del año 2016. La comuna de Providencia albergó a nueve hombres sentados en una fila, vestidos de terno y corbata. Cada uno contaba con dos palillos y un tejido color fucsia entre sus manos, que no paraban de moverse al ritmo del hilar. Todo esto ocurría a metros del Costanera Center, mientras el barrio financiero de la comuna era transitado por una caravana de miradas que se detenían frente al novedoso y particular espectáculo.

Bajo la consigna de “romper con estereotipos nos transforma en una sociedad + inclusiva y tolerante”, frase expuesta en un lienzo durante la intervención urbana, el colectivo Hombres Tejedores, hacía su primera aparición oficial en público.

Créditos: Archivo Hombres Tejedores en Facebook.
Créditos: Archivo de Hombres Tejedores en Facebook.

Aquel episodio no pasó desapercibido en la comunidad y se hizo noticia al instante. Los medios de comunicación locales difundieron rápidamente las imágenes y las redes sociales hicieron lo propio. Si esto ya era sorpresivo, lo que vino después fue impensado. Y a los pocos días, el acontecimiento era mundial.

Distintos medios de Argentina, España o Japón, los contactaron para entrevistarlos. Se formaron diversos movimientos en países sudamericanos y europeos que buscaban replicar la iniciativa. Aparecieron Hombres Tejedores en países como México o Argentina. Y de pronto, el taller de tejido impartido por Claudio Castillo se transformaba en una causa mundial que cuestionaba los roles de género inmersos en la sociedad.

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¿Qué sintieron como grupo cuando la noticia sobre la intervención urbana se hizo viral en Chile y el resto del mundo?

-Fue impactante y una apertura de mente. Fue darnos cuenta de que tenemos una herramienta súper potente en nuestras manos.

Créditos: Archivo Hombres Tejedores en Facebook.

La mañana del jueves 5 de agosto Marco toma su teléfono. Como es de costumbre, revisa las notificaciones en redes sociales. Pero al entrar a la aplicación de Facebook se encuentra con una sorpresa: Un día como hoy, pero hace cuatro años, asistió a su primer encuentro con Hombres Tejedores. Marco lo ve y sonríe. Mientras la nostalgia se toma el inicio del día.

Marco Orellana (36) teje desde los 10 años. La primera vez que supo del colectivo fue el año 2016, tras la intervención urbana que planificó el grupo en Providencia y que se masificó en medios locales y redes sociales. Actualmente es uno de los cinco representantes que se mantienen activos en Hombres Tejedores. Asegura que la relación interna que vive la agrupación responde a un modo horizontal de trabajo, pero que también hay cargos y funciones que varían según la especialidad de cada uno. ¿La suya? La planificación.

En un comienzo, se juntaban en lugares céntricos de la capital como el GAM o el Parque Forestal. Pero luego, los puntos de encuentro fueron variando y se trasladaron a lugares más diversos, como la comuna de Maipú, Puente Alto o Paine, donde los invitaban regularmente a participar en un festival de lanas y tejidos.

Para Marco, Hombres Tejedores persigue tres objetivos: ser rupturistas con la forma en la que se toman los espacios públicos, acabar con el estereotipo clásico que asocia al tejido como algo femenino y el apoyo a personas que se puedan sentir discriminadas o pasadas a llevar, generando así entre los tejedores un espacio de seguridad y confianza.

Previo a la pandemia, el grupo simplemente se juntaba a tejer. Hablaban de temas de actualidad mientras hilaban puntos e intercambiaban técnicas. De vez en cuando, se seguían ciertas temáticas. Como la creación de tejidos en forma de ojos, que se hicieron habituales durante el estallido social, haciendo alusión a las víctimas que perdieron sus globos oculares a manos de las fuerzas policiales. “Nosotros ocupamos el tejido como una herramienta de consciencia social”, dice.

Créditos: Archivo Hombres Tejedores en Facebook.

Pero como en todo el mundo, el contexto sanitario impuso una pausa obligatoria en el desarrollo de las actividades sociales. Y así, Hombres Tejedores detuvo sus encuentros. O al menos, hasta el 12 de junio del año 2020.

Aquel día se cumplieron cinco años desde la creación del colectivo y, además, se festejaba el día mundial del tejido en público. Para celebrar, se organizó un encuentro vía Zoom con agrupaciones tejedoras de otras partes del país y del mundo, como lo son las de Colombia y México. Si bien, había preocupación por cómo iba a resultar el suceso, todo quedó atrás cuando se dieron cuenta de que la plataforma virtual albergó a casi 200 personas repartidas en diversas salas. Éxito total.

Después de aquel episodio decidieron organizar, al menos por una vez al mes, un encuentro nacional y online de Hombres Tejedores. Aquello “salió muy bonito. Ahora nos conectamos con gente de Antofagasta, Concepción, Chiloé, Punta Arenas, entre otros. Ha sido súper linda la conexión con otras realidades”, cuenta Marco.

Desde tu punto de vista actual, ¿crees que ha disminuido el prejuicio en torno al tejido masculino en los último cinco años?

-Totalmente. Cada vez es más la gente que reacciona con un buen semblante al vernos. Además, nos han invitado a dar charlas a colegios para hablar con niños y niñas sobre los prejuicios. También a universidades.

Créditos: Archivo Hombres Tejedores en Facebook.

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Tras ser consultado sobre la repercusión que tuvo la foto del medallista olímpico, Tom Daley, Marco Orellana reflexiona: “yo creo que es bueno cuando las figuras públicas toman un lugar para hacer este tipo de cosas. Ayudan a mucha gente”.

Claudio Castillo, uno de los fundadores del colectivo Hombres Tejedores, ya no pertenece al grupo por motivos de tiempo y planificación. Sin embargo, mantiene una postura similar y agrega: “yo siento que después de cinco o seis años, el impacto que tiene eso es desde otro lugar. Es como decir: que bacán que haya un tipo que haga eso y le dé lo mismo. Creo que hoy es un tema un poco más aceptado. Obvio que hay mucho temas pendientes en torno a lo roles de género, pero hoy está un poco más normalizado que antes”.

Mientras la foto de Tom Daley sigue dando vueltas por las redes, la práctica del tejido sigue siendo un espacio compartido entre hombres y mujeres, tanto en Chile como en el resto del mundo.

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