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Cultura & Pop

3 de Septiembre de 2021

Cristián Bórquez (SEO2): “En el freestyle hay más tolerancia que en la sociedad”

De cara a la Final Nacional de Redbull que se celebra este sábado, uno de los mayores exponentes del rap chileno comenta sobre los códigos de las batallas, la libertad de expresión y el avance de las mujeres en ese espacio. Afirma que el machismo está arraigado en el rap, pero que "no tienes que tener pene para ser freestyler. Tienes que saber rapear, tener ideas y ganas de expresarlo sobre un ritmos".

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Cristián Bórquez (45), más conocido en la escena musical como SEO2, lleva cinco años trabajando en un disco que aún no ha podido sacar. Y que todavía no sabe cuándo será lanzado.

Eso, dice, porque su máxima labor ahora es la de “darle continuidad a la carrera de los freestyler”. Algo que hace, por ejemplo, en la productora BMF Squad, donde es socio con DJ Bitman y en la cual está preparando un nuevo disco, que será hecho en México.

Además, desde 2006, el exmiembro de Makiza, Squat y Cenzi, es host de la famosa Batalla de los Gallos de Redbull. Este año, en la Final Nacional, no será distinto. El evento, que no contará con público, será transmitido el 4 de septiembre en vivo y directo por la señal abierta de Canal 13.

“Busco acompañarlos un poco, hacer de puente para que puedan cruzar sanos y salvos a la industria musical que de repente también es bien dura”, afirma. “No he sacado el disco, pero he ayudado a un montón de otros cabros”, añade, y se ríe.

En conversación con The Clinic, SEO2, considerado uno de los más populares exponentes del rap chileno a finales de los años 1990 y principios del nuevo milenio, comenta sobre la escena musical en Chile, la libertad de expresión, el rol de las mujeres en el rap y desvenda algunas reglas básicas de las batallas de freestyle.  

SEO2 y Cayu en la batalla final de 2018

-Teniendo en cuenta tu trayectoria, ¿cómo sientes que la música chilena -en particular el rap-, se ha insertado en la sociedad y ha cambiado con el paso del tiempo?

-Es loco en el fondo. Yo creo que Chile ha sido siempre una esponja como para los estilos de música de afuera, como que los recibe bastante gratamente y los transforma. El rap aquí en Chile se instaló hace mucho tiempo y tenemos ese sobrenombre de que somos “es el país más rapero del mundo”, porque dentro de los países de habla hispana y de Latinoamérica partimos hace muchos años haciendo ese tipo de música. El boom aquí fue en el 97, por ejemplo, con Tiro de Gracia. Y en Argentina el boom fue el año pasado. Pero es curioso: no hemos tenido una gran cabida en los medios. Recién ahora con esto de que se hizo como un gran género de música urbana que es como más fácil como incluirse de repente. Yo no hablo por mí, porque con Makiza tuvimos éxito, llegamos a las radios y todo, pero como género son pocas las veces que, en el fondo, hemos tenido ese radar puesto sobre nosotros. Hoy gracias a las batallas creo que hemos llegado a tener ese spot mirando lo que estamos haciendo.

-Pero, por ejemplo, en Parque Almagro siempre hacen competencias. Y uno se sube al metro y siempre ve gente freestyleando. Entonces, si ya es parte de nuestro cotidiano, ¿por qué crees que recién ahora los medios los están tomando en consideración?

-Bueno, hay que tomar en cuenta que el rap es un medio de expresión generalmente de las clases bajas, y los medios en general están dominados por el otro bando, por así decirlo. Yo creo que es por discriminación. Primero que todo, es una discriminación hacia el lenguaje de expresión de la gente, porque el rap es la expresión de los jóvenes. Aquí en Chile siempre ha habido una represión hacia los jóvenes de clase media y baja, que no tiene y que son los que generalmente salen a las calles a protestar y a expresarse. Yo creo que en gran medida el rap vino a reemplazar la canción de protesta, aunque el rap permite de todo, incluyendo músicas de fiesta. Yo pienso que es por eso, es un poco miedo, no sé si es una paranoia mía, yo siempre lo he visto así, yo creo que tienen miedo a la canción protesta, al rap y a la potencia que tiene el rap para transmitir, digamos, los mensajes.

Sin embargo, la música de protesta siempre está presente… ¿Cuál dirías que es el rol rap en el Chile de hoy?

-Yo creo que el rap tiene dos roles; uno es el de comunicar. Otro, es el de desahogo.

-¿Entonces el rap sería como una válvula de escape a ciertos problemas?

-Definitivamente. Por lo que hemos visto, hablando específicamente de la disciplina del freestyle, la mayoría de los chicos que se desenvuelven en esto, que sobresalen, son cabros que tienen una historia fuerte detrás y usan el freestyle como una forma de desahogo, de canalizar su energía. Es positivo de todas formas. Es una disciplina de combate, y puede llegar a ser muy agresiva, pero también tiene algo que te hace trabajar la cabeza. Los cabros finalmente solucionan sus problemas a punta de rap, ¿cachay?

Yo creo que en gran medida el rap vino a reemplazar la canción de protesta.

-A mí lo que me parece interesante de las batallas es que, pese a que son combativas, también existen como que no se da siempre en el debate público: la obligación de escuchar al otro. Quienes participan se ven obligados a escuchar el otro hasta el final y contrarrestar y responder…

-Me encantó lo que dijiste. Y no lo había pensado, fíjate, de esa manera. Pero creo que en el freestyle hay más tolerancia que en la sociedad, porque hoy se toma todo con pinzas. Ya sea por el tema político, el tema de género, etc., todos los temas que hoy en día están en la palestra, todo se toca con pinzas y nadie quiere como ser tildado de aquí de allá. En cambio, en el freestyle eso no importa. En el freestyle tú puedes decir lo que sea, pero también, tienes que ser capaz de escuchar y tienes que tener esa apertura de tomarte tu tiempo de escuchar antes de responder… Eso de que puedes decir lo que sea y lo que está en el escenario se queda en el escenario, o sea, es sin picarse. Hay una catarsis igual ahí y es súper lindo. Ponte tú, quizás yo sería todavía amigo con la Ana (Tijoux) si hubiésemos hecho un freestyler.

-¿Por qué crees que eso ocurre?

Mira, el otro día hablamos con una neuróloga que nos decía que hay una parte del cerebro que se encarga como de inhibir tus impulsos para que te censures y pienses antes de hablar. Y se ha estudiado que cuando se improvisa, esa parte deja de funcionar y las ideas pasan directo a tu boca. Por así decirlo, no hay un filtro.

La mayoría de los chicos que se desenvuelven en esto, que sobresalen, son cabros que tienen una historia fuerte detrás y usan el freestyle como una forma de desahogo.

-Mencionaste a Anita Tijoux. A propósito de eso, cada vez más mujeres irrumpen en la escena del rap. ¿Ellas ponen sobre la mesa otras pautas y otras demandas que hasta hace poco quizás no se veían en este estilo musical?

-Definitivamente. La mujer ha tenido re poca voz en el hip-hop, en el rap, en el freestyle especialmente. Yo tuve un grupo con la Ana hace más de 20 años. Cuando hicimos el grupo, no fue como “oye hagamos un grupo inclusivo”. No, nunca pensamos en eso. Nunca lo vimos como un tema, pero el tema estaba ahí. Hoy se nota dentro del género que los cabros son conscientes de que hay que respetar al otro, hay que respetar la igualdad. Y creo que eso no hubiese existido si no se hubiesen metido mujeres. Ese pensar en elevar también el discurso a otro tipo de temáticas, de sentimientos, abrirse a decir otras cosas. El machismo está arraigado en el rap, ha ido cambiando, pero igual sigue estando al debe. Por ejemplo, nosotros estamos preparándonos para una final nacional (de gallos) y no hay ninguna mujer. Y no tienes que tener pene para ser freestyler. Tienes que saber rapear, tener ideas y ganas de expresarlo sobre un ritmo no más.

https://www.instagram.com/p/CSy5BHmFRyM/

-¿Dirías que se puede vivir del rap hoy en Chile?

Sí, se puede vivir del rap, pero no creo que todos los artistas del gremio lo logren. Creo que uno tiene que hacer muchas concesiones para poder vivir del rap. Por ejemplo, Flor de rap vive del rap, pero ha hecho un montón de cosas que a lo mejor un montón de otros artistas no estarían dispuestos a hacer, como hacer reggaetón, como ir a la tele. Aun así, tengo hartos amigos que viven de la música rap, y más, cada vez más, cabros jóvenes están viviendo de esto. Obviamente son cabros que no han hecho familia ni nada todavía, pero se arriendan su departamento, cabros que son de Conce ponte tú, están viviendo acá en Santiago independientes de sus viejos, viviendo gracias a las batallas, al auspicio de las marcas…

El machismo está arraigado en el rap, ha ido cambiando, pero igual sigue estando al debe. Por ejemplo, nosotros estamos preparándonos para una final nacional (de gallos) y no hay ninguna mujer.

-¿Qué artistas te parecen particularmente interesantes de la escena del rap actual?

-Uff. Diría que de todas formas dentro del circuito pónganse orejas a lo que está haciendo Metalingüística, Acertijo, Jokker, Rodamiento… Son vaaaarios jajaja.

-Para quienes aún tienen prejuicios sobre el rap y el freestyle: ¿qué le dirías para que se puedan involucrar?

-Yo creo que está lleno de batallas en YouTube y en redes que ellos pueden buscar, si quieren algo de calidad. Se van a dar cuenta que eso es un espectáculo tremendo. También que, en el caso de que anden en la calle y vean un grupo de niños haciendo freestyle, acérquense, escuchen, van a pasar un buen momento, se van a sorprender, seguramente. Es algo bien lindo, que es bien sano, y que tiene que ver con expresarse, botar energías a través de la palabra y no de otras maneras. Hay que perder los prejuicios porque es mucho mejor que un cabro esté haciendo freestyle a que esté haciendo cualquier otra tontera.  Y nada po, que vea la final nacional. Va a salir en la tele, así que no hay excusa para no verlo. Y que cache ahí el talento que hay. Son cabros que vienen y se la juegan, son cabros que andan de ciudad en ciudad haciéndose un nombre, pagándoselas por las suyas, son aperrados.

Flor de rap vive del rap, pero ha hecho un montón de cosas que a lo mejor un montón de otros artistas no estarían dispuestos a hacer

El ABC de las batallas

Para conocer bien las batallas y no perderse en la transmisión, se debe tener claro cómo funcionan. Básicamente se busca dar como ganador a quien demuestre un mejor nivel de manejo en el “rapeo” improvisado. Un grupo de jueces determina al ganador teniendo en cuenta diferentes aspectos verbales y no verbales que se dan a la hora de la improvisación.

En un evento corriente de 16 competidores, como el de este sábado, se sortean 8 parejas de freestylers que conforman los octavos de final en un formato de llaves con eliminación directa que culmina con una final única. Cada ronda cuenta con diferentes modalidades donde ambos competidores van demostrando sus habilidades con conceptos o de forma libre según sea el caso. La mayor parte de las veces el duelo final tiene un round extra para sumarle complejidad.

Hay que perder los prejuicios (sobre el rap) porque es mucho mejor que un cabro esté haciendo freestyle a que esté haciendo cualquier otra tontera.

SEO2 explica que hay algunos criterios.

“Primero se mide el flow, la forma: tiene que ver con la musicalizada y con la forma en que tú fluyes por encima de la base, lo lindo que suena lo que estás diciendo”, cuenta.  

“Luego, el punch line: es la rima fuerte que tú tiras al final de cuatro líneas de rap, por ejemplo. Es el golpe: puede ser algo gracioso o puede ser algo agresivo, o algo que descoloque a tu rival, que sea como inesperado. Es como el remate en un chiste”, detalla.

También se evalúa la puesta en escena, que tiene que ver con cómo conecta el exponente con el público. O en caso de la Final de Redbull, cómo se mueve con la cámara, cómo actúa, cómo se mueve en el escenario. Se evalúa negativamente, por ejemplo, cuando un freestyler se repite, o cuando se nota que no está diciendo nada que aporte al debate.

Atri, SEO2 y Rodamiento durante la final de 2020

Además, se debe notar que el competidor está improvisando, por ejemplo, respondiendo justo algo que le acaban de decir.

“Nosotros en Redbull, en está Final Nacional ocupamos conceptos para algunas batallas, pueden ser palabras, pueden ser emojis que aparecen en las pantallas, pueden ser paisajes, diferentes cosas con las cuales vayan recibiendo estímulos los freestyler para poderrapear. También a veces se le entregan objetos, se le cambia el tipo de ritmo”, detalla SEO2.

-Cualquier espacio de libertad de expresión conlleva también la responsabilidad de expresión. Por ejemplo, no ofender al otro, ser cuidadoso con los discursos de odio, etc. ¿Eso también corre para las batallas?

Nosotros hablamos con los chicos para que no haya incentivos al odio. Es una responsabilidad que tiene cualquier artista, que tiene cualquier persona que agarra el micrófono. Pero aquí hay un tema: esto sigue siendo improvisación. Entonces hay una cosa muy loca que pasa con el arte, por ejemplo, cuando tú ves una película, tú no la juzgas. Si se dice algo en una canción se toma altiro como incitación al odio, pero si tú haces una película como Cara Cortada, nadie dice que es una incitación a la violencia… Hay que pensar que el rap también es una expresión, el loco que está arriba del escenario está actuando muchas veces.

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-¿Y los jurados evalúan el contenido de lo que se dice? ¿Es objetivo?

-Mira, yo trato de ser lo más objetivo posible porque hay otras cosas. Pero ponte tú, en Argentina hubo una batalla entre dos raperos. Uno, cristiano, versus una chica feminista. Y él le dijo una cosa muy fea, no me acuerdo de la rima exacta, pero algo como que las mujeres no deberían preocuparse del aborto si no estuvieran abriendo las piernas. Y uno de los jurados después dice que no votó por él por esa frase, no porque lo hizo peor en la batalla, porque en la batalla en sí, él lo había hecho mejor. Eso puso en pauta un debate importante, sobre qué estamos realmente midiendo. Es súper loco. Obviamente a mí me va a pasar igual, porque hay veces que uno tiene un estilo, uno igual se inclina hacia un tipo de rap que otro, no puede ser 100% objetivo… Y por eso también siempre hay tres o cinco jurados.

Nosotros hablamos con los chicos para que no haya incentivos al odio. Es una responsabilidad que tiene cualquier artista, que tiene cualquier persona que agarra el micrófono.

-¿Y el trato hacia el oponente? ¿Se puede decir lo que sea? -Antiguamente era más común que cayeran en bajezas del lenguaje, como no sé, “me culié a tu hermana”. Eso ya no se dice y nadie lo va a decir porque ese tipo de cosas ya no son bien vistas dentro del freestyle como ambiente. Y de verdad fue un aporte haber sumado a las mujeres, porque por alguna razón el hombre se controla más y se elevan los discursos. Y el contacto físico, como un empujón, es descalificación automática.

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