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Cultura & Pop

16 de Noviembre de 2021

Mike Tyson “murió” (pero revivió) tras fumar el veneno de un sapo alucinógeno

Mike Tyson casi muere tras chupar un sapo alucinógeno DW

La leyenda del boxeo se ha convertido en un defensor de los psicodélicos, evangelizando por todo EE. UU. sobre sus beneficios. “El sapo me ha enseñado que no voy a estar aquí para siempre", afirma.

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El ex campeón de boxeo de 55 años, Mike Tyson, afirma que tras descubrir al sapo Bufo Alvarius hace cuatro años y probar su veneno alucinógeno tuvo una experiencia particular: “‘Morí’ durante mi primer viaje“.

En ese momento, tenía 45 kilos de sobrepeso, bebía y se drogaba. Estaba lento e infeliz, por lo que uno de sus amigos le sugirió que probara con veneno de sapo y al atleta le encantó.

El ex campeón mundial de boxeo contó en una conferencia de Miami dedicada a los psicodélicos, las microdosis y la medicina, que en sus viajes ha visto que: “La muerte es hermosa. Tanto la vida como la muerte tienen que ser bellas, pero la muerte tiene mala reputación. El sapo me ha enseñado que no voy a estar aquí para siempre. Hay una fecha de vencimiento”, afirma.

El veneno del sapo del desierto de Sonora se ha utilizado durante mucho tiempo en rituales de curación tradicionales y recientemente ha ganado un mayor interés por sus propiedades psicodélicas. Crédito fotografía: Aquarium of the Pacific.

El Bufo Alvarius, es un anfibio de México también conocido como el “sapo del desierto de Sonora”. Pasa siete meses al año viviendo bajo tierra, pero cuando está activo, su veneno se puede fumar para producir un breve viaje psicoactivo. El veneno se ha utilizado durante mucho tiempo en los rituales de curación tradicionales pero, con la popularidad del LSD y la ayahuasca entre los ricos y famosos, “el sapo” está recibiendo mucha más atención.

A pesar de su experiencia casi letal, Tyson afirma que se ha tropezado con este anfibio 53 veces, a veces hasta tres veces en el mismo día. Dijo que perdió 100 libras en tres meses, comenzó a boxear nuevamente y se reconectó con su esposa e hijos.

“Lo hice como un desafío”, recuerda el boxeador de 55 años. “Estaba consumiendo drogas pesadas como la cocaína, así que ¿por qué no? Es otra dimensión. Antes de hacer el sapo, era un desastre. Tenía baja autoestima. Las personas con grandes egos suelen tener baja autoestima. El sapo despoja al ego“, afirmó.

Tyson está tan interesado en el sapo trippy que tiene todo un vivero de anfibios en su rancho en Desert Hot Springs, en el sur de California. Veneno a pedido, por así decirlo.

Además, la leyenda del boxeo está trabajando en dos marcas de cannabis y ha invertido en Wesana Health, una empresa de biotecnología que utiliza psilocibina como tratamiento para lesiones cerebrales traumáticas. Esto con la esperanza de que, con ciudades como Denver, Detroit y Oakland comenzando a despenalizar los hongos, pueda vender pronto el veneno de sapo.

Estoy luchando para que los psicodélicos se conviertan en medicamentos que se pueden comprar sin receta“, dijo. “No he terminado. Quiero hacer más, quiero ser lo mejor que pueda en este campo”, señala Tyson.


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