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Entrevistas

9 de Febrero de 2022

¿Volver a la vida sin mascarillas? Infectólogo Roberto Olivares analiza el fin de las restricciones en Europa y lo que podría ocurrir en Chile

El infectólogo Roberto Olivares habla sobre el fin de las restricciones en Europa

Países como Dinamarca, Suecia y España están retirando las medidas restrictivas para controlar al Covid-19, a pesar de las altas cifras de contagio producto de Ómicron. ¿Qué tan lejos estamos en Chile de llegar a este punto? Aquí, el infectólogo Roberto Olivares entrega sus proyecciones, mientras contrasta el panorama del Viejo Continente con el que se vive en nuestro país.

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“Es prematuro que cualquier país capitule o se declare victorioso”, afirmó hace una semana el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, con respecto a la pandemia de Covid-19. Sus palabras fueron un mensaje teledirigido al grupo de países, principalmente europeos, que avanzaron hacia eliminar todas las restricciones y medidas preventivas, a pesar de las altas cifras de contagio producto de la variante Ómicron.

Dinamarca fue la primera nación de la Unión Europea en dar el paso. Desde el 1 de febrero -día en que se contabilizaron más de 42.000 nuevos contagios en el país-, los daneses no tienen la obligación de usar mascarilla en espacios interiores, ni la necesidad de respetar límites de aforo u horarios limitados en los locales nocturnos.

“Estamos listos para salir de la sombra del coronavirus, decimos adiós a las restricciones y le damos la bienvenida a la vida que teníamos antes”, celebró a fines de enero la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, fundamentando su decisión en los altos índices de vacunación y la baja cantidad de hospitalizaciones.

Suecia, en tanto, dejará de lado las restricciones a contar de este 9 de febrero, y Noruega, progresivamente, ha ido suprimiendo sus limitantes. Pareciera que España también avanza en la misma dirección: el gobierno decretó que, desde el jueves 10 de febrero, los habitantes no deberán ocupar mascarilla siempre y cuando estén al aire libre.

La pregunta que surge ahora es inevitable. ¿Qué tan lejos estamos en Chile de llegar a este punto? Hace poco, el ministro de Salud, Enrique Paris, dio algunas luces al respecto, afirmando que “estamos en una nueva etapa de la pandemia, porque afortunadamente esos casos (nuevos) no se están traduciendo en mayor letalidad y tampoco en mayor cantidad de camas ocupadas en UCI, y es lo mismo que está pasando en Dinamarca”. Agregó, incluso, que no descartaba la eliminación de las restricciones en un mediano plazo: “Vamos a estar observando la experiencia danesa”.

Para contestar ésta y otras interrogantes, The Clinic se contactó con el doctor. Roberto Olivares, jefe de infectología de la Clínica Dávila e infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. El especialista, en líneas generales, considera que aún falta para llegar a un escenario como el que se está dando en Europa, y proyecta que, si la población es inoculada oportunamente con las dosis de refuerzo, sería lógico gozar de mayores libertades cuando pase el invierno, un período considerado crítico para las enfermedades respiratorias como el Covid.

Además, Olivares reflexiona acerca de lo que pareciera ser una cultura del uso de la mascarilla en Chile –“para los inviernos, nosotros idealmente debiésemos seguir esa costumbre”-, y comenta las diferencias entre un resfrío y un cuadro leve de Covid, a raíz de lo que se conoce como “Covid prolongado”.

-¿En qué fase del ciclo de Ómicron nos encontramos actualmente en Chile? ¿Superamos ya el peak de contagios?

-Creo que todavía estamos, por los números, en la fase ascendente (…). No hemos llegado todavía al peak. Pero va a depender de las cifras del final de la semana como para poder reafirmar o no lo que estoy diciendo. 

-¿Para cuándo podemos esperar la fase descendente?

-Los modelos matemáticos que han aparecido hablan de 40.000 a 50.000 casos diarios (en el peak). La autoridad es un poco más optimista, y piensa que pueden ser menos, proyectando el peak a mediados de febrero. Para la próxima semana, en el fondo, estaríamos llegando a ese peak, supuestamente. Pero como es tan sorpresivo… Y claro, con lo que pasó en Pucón, por ejemplo… Si la gente no se cuida, o no respeta las medidas de prevención, vamos a seguir teniendo un número de casos muy alto. Es muy multifactorial lo que eventualmente puede empujar hacia arriba o hacia abajo los casos.

-En Europa, algunos países como Dinamarca y Finlandia han anunciado que eliminarán “todas las restricciones” por el Covid-19. “Es hora de dejar atrás la pandemia y seguir adelante”, dijo la primera ministra danesa hace unos días. ¿Qué tan lejos estamos en Chile de llegar a ese punto?

-Creo que es el escenario ideal futuro, en el mediano plazo. No creo que sea algo tan inmediato. Haciendo el análisis, los europeos de alguna manera tienen varios factores que eventualmente están haciendo que ellos tomen esta decisión, mirando con mucho más optimismo qué va a pasar con el Covid.

-¿Cuáles son esos factores?

-Con Ómicron, los casos se les dispararon enormemente, si uno mira las curvas. En todos lados fue más o menos igual. La pendiente es súper empinada. Pero esta cuestión se mantiene dos o tres meses, y después cae. Eso es lo que está pasando en la mayoría de los países europeos (…). Eso es una cosa.

El doctor Olivares identifica una serie de otros elementos que podrían fundamentar, según lo que entiende, la decisión de algunas naciones europeas. Menciona, en primer lugar, un fenómeno que ya se aprecia en Chile: “el gap, digamos la diferencia entre los casos y los hospitalizados -con la mortalidad, y los ingresos a las UCI– es enorme. Es mucha la diferencia entre la cantidad de casos versus los que son graves”.

Luego, el infectólogo habla del proceso de vacunación europeo, contrastándolo con el chileno: “La vacunación (en general en Europa) está por sobre el 70% de la población, y dependiendo del país, sobre el 80%. Y ellos han utilizado fundamentalmente vacunas de ARN mensajero, como Moderna, Pfizer y AstraZeneca, que es por adenovirus, pero también usa material genético. Con Ómicron, la eficacia puede ser más baja, pero es mejor que, por ejemplo, una vacuna de virus inactivado como SinoVac”.

“El otro factor que están analizando es que ellos van a salir del clima frío”, dice el experto. “Van a llegar a la primavera. Entonces, va a salir la gente al espacio público sin el factor de hacinamiento que genera el frío (porque con frío, la gente se concentra en espacios cerrados), que es lo que aumenta la probabilidad de contagio de cualquier virus respiratorio”, afirma.

Además, el doctor Olivares destaca que en el Viejo Continente “tienen un sistema de salud robusto, que eventualmente va a poder absorber el número de casos”. Asimismo, apunta a la disponibilidad de nuevos tratamientos: “Por lo menos en Inglaterra, ya están comprando estos antivirales nuevos para el Covid. El Molnupiravir, que es de MSD; el Paxlovid, que es de Pfizer; que eventualmente se pueden usar como el Tamiflu para la influenza (…). Entonces, también le están pegando al Covid por el lado no solamente de prevención, con vacunas, sino que tratar directamente a aquellos pacientes de riesgo, que eventualmente pueden evolucionar a un cuadro grave. Tú le paras la evolución con estos antivirales, indicados precozmente. Eso también están haciendo ellos, que nosotros no, quizás porque no hay disponibilidad de los medicamentos, o porque eventualmente deben ser caros los tratamientos”.

-Entonces, son varias condiciones favorables…

-Si tú sumas todos esos factores, es un escenario más favorable y, por lo tanto, pueden moverse a esto de “liberar todas las restricciones”, que yo creo que tal vez es un poco mucho. Las medidas de distanciamiento deberían mantenerse, que es lo que estamos haciendo acá. 

-¿Es posible proyectar si en Chile llegaremos a ese punto en algún momento?

-Creo que sí. Tenemos que llegar ahí. De hecho, Chile está trabajando en eso, y por eso estoy muy de acuerdo con esto de la tercera y cuarta dosis. Porque estamos vacunando ahora con vacunas Pfizer o AstraZeneca. Estamos haciendo un poco lo que han hecho los europeos. Porque dos dosis de Sinovac es como una vacuna contra el Covid, por así decirlo, comparado con las de ARN mensajero…

-En otras palabras, no basta con Sinovac.

-Ojo, que esto (Sinovac) contuvo la pandemia, sobre todo con Delta. Fue la mejor decisión, porque era lo que había. Pero como la pandemia es dinámica, estamos en otro escenario, la eficacia es un poco más baja, y creo que es prudente y sabio lo que decidió la autoridad de meter esas dos dosis de refuerzo, con vacunas distintas a la Sinovac. Nos vamos a poner, probablemente, al nivel de los europeos, desde el punto de vista de la vacunación. Nos vamos a poder defender mejor de Ómicron y, en el fondo, a pesar de que tengas más casos, probablemente la mayoría van a ser más casos leves. Estamos apuntalando sobre todo a la población de riesgo: a los mayores de 60 años, y quienes tienen comorbilidad. Eso va a ser un factor relevante. 

-Eso es un buen avance…

-El problema es que nosotros (en Chile) vamos a transitar hacia los meses fríos. Entonces, liberalizar todo, yo creo que no. Eventualmente, vamos a seguir un poco como ahora: con los aforos, sin restringir la movilidad de las personas, y se nos va a pedir que mantengamos las medidas de distancia social. Y si los niños vuelven al colegio, tendrás otros virus respiratorios y puede que aparezca la influenza, que va a ensuciar un poco el cuadro. Porque, ¿es Covid o influenza? No estamos todavía (en el punto europeo) por una cuestión de temporalidad. Va a llegar el invierno, con el frío, y eventualmente vamos a tener un aumento de casos, ya sea de Covid o de otros virus respiratorios. 

-¿Y cuando superemos ese período?

-Saliendo del invierno, y teniendo bien vacunada a la población, creo que tal vez ahí podríamos avanzar a una cosa más similar a lo que van a hacer los europeos. Vamos a tener tiempo, eso sí, de ver qué es lo que va a pasar en Europa con esto. Porque nosotros hemos seguido un poco lo que hace Europa. Vamos viendo el futuro. Un futuro potencial podría ser éste, pero tenemos que, ojalá, lograr esto de tener ampliamente vacunada a la población con estas dos dosis de refuerzo. Quién sabe si, a lo mejor, sería bueno que el gobierno que venga vea la parte de fármacos, como lo están haciendo algunos países, sobre todo con los pacientes de riesgo.

“Es un escenario posible, pero no inmediato. Es mediato. Así lo veo”, concluye Olivares.

“Se desarrolló una cultura que creo que ha sido buena”

-Otra medida, aplicada esta semana en España, es eliminar la obligatoriedad del uso de mascarilla al aire libre. ¿Es realmente efectivo para prevenir contagios usar mascarilla en espacios que, aunque sean públicos, están al aire libre?

-Cada vez se ha ido acumulando más evidencia de que, si estás en un espacio abierto, amplio, donde obviamente hay ventilación completa, y mantienes una distancia razonable, la probabilidad de contagiarse es muy baja. Entonces, creo que (esa medida) también va a ocurrir acá. Pero, en el fondo, si tú te subes a un bus, a una micro, al metro, o entras a un restaurant o a una tienda, la idea es que uses la mascarilla. Pero si eventualmente sales al aire libre, o estás en un parque, por ejemplo, podrías dejar de usarla. Pero en una situación así, de apertura, donde hay mucha ventilación o un espacio abierto. Eso es factible. Pero, claro, lo que pasa aquí de repente es que las señales pueden ser equívocas. Porque si eventualmente te dicen “ya, libérese de la mascarilla”, la gente se lo toma con exageración, y se libera totalmente de la mascarilla. Los chilenos somos un poco extremos, encuentro yo. 

-De todas formas, y a diferencia de lo que solemos observar en Europa y EE.UU., en Chile es raro ver a gente en el espacio público, que no esté en un local o restaurant, sin mascarilla. ¿Cree que en nuestro país existe algo así como una cultura de la mascarilla?

-Se creó, porque no existía. Pero se desarrolló una cultura que creo que ha sido buena. De hecho, creo yo, pensando sobre todo en los pacientes de riesgo, y los pacientes mayores; para los inviernos, nosotros idealmente debiésemos tener esa costumbre. O sea, en micro, bus y metro, utilizar mascarilla. Nos ahorraríamos harta plata, y hartas hospitalizaciones, porque claramente se ha demostrado que la mascarilla corta la transmisión de cualquier virus respiratorio. Si te fijas, ves cómo cayeron (durante todo lo que ha sido la pandemia de Covid) los casos de influenza en el mundo. ¡Son casi cero! Y es el virus que habitualmente nos da problemas, y que hace que la gente termine en hospitalización, que termine en las UCI. 

-Entonces, sería ideal que esta “cultura” se mantuviera…

-Esta es una reflexión que hago para mí, pero creo que tal vez sería saludable, en los inviernos y en lugares cerrados, que la gente siguiera usando la mascarilla. Pero en esas situaciones. Más que nada, protegiendo a sus familiares que sean grupos de riesgo. Protegerlos, porque, en el fondo, en la medida que uses mascarilla, vas a evitar contagiarlos a ellos y que desarrollen enfermedades graves. Obviamente la vacunación tiene que estar en regla, pero la eficacia no es tan buena. En la de la influenza, es del 50% nomás. Ojalá esa cultura se mantuviera focalizada, y en los meses fríos. Eso sería, para mí, lo ideal, porque creo que evitaríamos muchos más casos ya sea de Covid o de cualquier otro virus respiratorio.

-Es una “cultura” usual en distintos países asiáticos.

-Exactamente. Los asiáticos, como suelen ser muy ordenados, en invierno, la gente usa la mascarilla. Justamente para evitar enfermarse o enfermar a personas en riesgo. Ojalá eso se mantuviera. Creo que ha sido bueno. Me ha tocado ver de repente a personas (en Chile) que van sin nada, pero la gran mayoría la sigue utilizando. 

“El Covid, sobre todo en ciertas poblaciones, te deja a muy a mal traer”

-Durante el fin de semana pasado, el ministro Enrique Paris señaló que “no dejaría de preocuparme de este virus, jamás hay que pensar que es igual a un resfrío”. Pensando en que, de alguna manera, hemos ido aprendiendo a convivir con el virus, ¿cuál es el riesgo de que comencemos a pensarlo como un resfrío?

-Cuando tengamos a la gran mayoría de la gente vacunada con las cuatro dosis, podría atreverme a pensar que sí puede ser como un resfrío. Soy infectológo y trabajo hace 25 años en las UCI, entonces me ha tocado ver de todo, desde cuadros leves hasta los más graves. Sigue llegando gente a las UCI (por Covid) y ha ido aumentando. Y la gran mayoría, por lo menos 2/3 de los ingresados, están no vacunados o con la vacunación incompleta. Ahí no es un resfrío. No hay que pensar todavía en eso. Lleguemos a vacunarnos completamente; tengamos las nuevas dos dosis con vacunas no de virus inactivado, sino que de ARN mensajero, y ahí, creo que eventualmente podríamos mirarlo desde ese punto de vista. Pero por ahora, Ómicron en la gente no vacunada, en los pacientes más viejitos o con comorbilidad, puede llegar a ser muy malo. Igual que Delta. Claro, en la masa poblacional puede llegar a ser más leve, pero en los pacientes de riesgo, y no vacunados, sigue siendo bien malo. 

-¿Qué sabemos, hasta el momento, sobre el Covid prolongado?

-Esta información se va actualizando día a día. Lo que sé es que el Covid produce un espectro polisintomático de largo aliento, que puede durar meses. Tiene múltiples sintomatologías: neurológicas, anímicas, a nivel respiratorio, cardiovascular… Ahora han aparecido algunos casos de gente que queda con pérdida del gusto y del olfato de forma permanente. Gente que tiene dificultades de movilidad. Es bien multifactorial porque, sobre todo en los Covid graves, con pacientes que hemos tenido meses hospitalizados y que milagrosamente salen, la rehabilitación ahí es prolongadísima. Los pacientes quedan enflaquecidos, deprimidos… Es también un tema multifactorial de paciente crítico, que eventualmente queda con secuelas de largo aliento. 

“Es muy multifactorial y puede tener meses de duración. Algunas cosas pareciera que están quedando para siempre, pero también es un cuadro que es dinámico. Es información que va cambiando día a día. Pero más o menos ése es el comportamiento. Y el tratamiento ahí es un manejo integral: rehabilitación, la parte psicológica… Porque no hay un tratamiento específico”, señala el médico.

-Esto distingue bastante al Covid del resfrío, pensando en la idea anterior. 

-Claro. Es que este virus es increíble. La influenza te puede matar. O te hace pedazos una semana, te deja en cama y ya después se te pasa y listo. Quedas mejorado de manera íntegra. En cambio, éste, sobre todo en ciertas poblaciones, te deja a muy a mal traer. Te prolonga la sensación de sentirse mal por semanas. Lo he visto en gente cercana, amigos y colegas. Que quedan a maltraer, y lentamente la gran mayoría se termina mejorando. Pero toma mucho más tiempo que cualquier otro virus respiratorio. En el fondo, el Covid es un virus respiratorio hasta por ahí nomás. Es un virus muy multisistémico. Esa es la cuestión. Uno tiende a pensar, claro, entra por la vía aérea, el pulmón, la neumonía. Pero te afecta prácticamente casi todos los sistemas. Ahí está la gran diferencia. 

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