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25 de Febrero de 2022Reportaje de Vanity Fair denuncia enorme red de ladrones chilenos que opera en barrios ricos de EEUU
La investigación sigue la historia de Bryan Herrera Maldonado, joven oriundo de Pudahuel que se llegó a convertir en uno de los criminales más buscados de Nueva York. Desde ahí, la policía norteamericana desenredó una madeja que le ha permitido identificar una red de bandas —integrada principalmente por chilenos— que opera en distintos países ricos del mundo.
Un reportaje de la revista Vanity Fair advierte sobre la existencia de una enorme red de banda de ladrones chilenos que opera en Estados Unidos.
El texto se titula “Ladrones en la noche: una vasta red de robos de Chile ha estado apuntando a hogares estadounidenses adinerados” y utiliza como hilo conductor la historia de Bryan Herrera Maldonado, cuya pandilla irrumpió en un centenar de casas particulares de ese país.
La banda de chilenos atacó en mansiones de barrios ricos como Bronxville, Greenwich, Hewlett Harbor, Old Westbury y Sands Point. En ellas robaron dinero en efectivo, joyas, productos electrónicos, relojes, ropa y bolsos de diseñador avaluados en millones de dólares.
Sin embargo, para los equipos de investigación policial de EE.UU. la historia de Maldonado forma parte de un pequeño engranaje de una poderosa red que ha estado saqueando sistemáticamente a “ciudadanos adinerados” en todo el mundo.
Authorities are closing in on a sprawling network of South American burglarers who arrive as “tourists,” then plunder the homes of the rich—eluding police on three continents. https://t.co/dp867mqYDv
— VANITY FAIR (@VanityFair) February 25, 2022
El perfil de Maldonado
Bryan Herrera Maldonado era uno de los ladrones más buscados de Nueva York y que fue arrestado en noviembre de 2020.
Su historia saltó a la fama a principios de ese año, cuando logró zafar de una operación policial que buscaba detener a su banda. El muchacho de solo 24 años se lanzó a las aguas del East River en Nueva Jersey para evitar su captura.
Los uniformados tuvieron que esperar casi un año para volver a tener una oportunidad para apresarlo a su regreso a Nueva York.
El reportaje lo define como “un ladrón inusualmente hábil”. También lo tildan de un “trotamundos artista del robo”. Lo describen físicamente como un joven de “rostro terso y ágil, con ojos oscuros y brillantes, una sonrisa cautivadora y cabello negro elegantemente corto”.
Marc Wortmann, el periodista autor del reportaje, logra dar con detalles de su vida. Cuenta que “creció en Pudahuel, un polvoriento municipio residencial e industrial en la expansión occidental del área metropolitana de Santiago”.
Allí creció con un primo mayor que le enseñó “los trucos del oficio” a los 13 años. Ahí comenzó una carrera delictual que lo hizo pasar brevemente por cárceles chilenas, y fue creciendo hasta convertirse en un criminal internacional de alto perfil.
El modus operandis de las bandas de chilenos
Según el reportaje, las bandas de ladrones se originan en Chile. Desde parten los delincuentes a un país elegido, generalmente Estados Unidos o Europa, con una visa de turista de 90 días.
Una vez en el extranjero se van trasladando de ciudad en ciudad. Así roban, custodian sus bienes y envían a casa sus ganancias ilícitas antes de su regreso a Chile para partir de nuevo.
Las pericias policiales han determinado que suelen actuar en las primeras horas de la noche. Solo atacan casas vacías y, por regla general, van desarmados. La mayoría de las veces entran por la parte trasera de la residencia y por el segundo piso, para evitar alarmas.
Con frecuencia buscan mansiones enormes. Estas enormes propiedades suelen quedar fuera de la vista de los vecinos. A menudo eligen aquellas que bordean laderas, campos de golf o parques.
La policía estima que con cada robo les genera ganancias en torno a los 100 mil dólares. “Haz eso una vez al día durante seis meses, es una industria muy lucrativa”, comenta para la revista el detective Michael Maher de Los Angeles.
También se destaca el perfil de los ladrones: son jóvenes y no muy altos. Visten todos de negro, usaban guantes y cargan mochilas. “Descubrimos que tendían a ser chilenos”, dice el oficial.
Una amplia red de alcance internacional
La policía estadounidense determinó que en otros países occidentales ricos también están deteniendo a un gran número de chilenos por delitos similares.
De acuerdo a sus antecedentes, la ola de robos comenzó en 2014. Ese año, Chile se unió al programa Sistema Electrónico de Autorización de Viajes (ESTA) y es el único país latinoamericano que lo integra.
Este convenio le permite a los ciudadanos chilenos exenciones de visa virtuales y automáticas por 90 días. Solo necesitan el pasaporte, lo que ha facilitado los viajes cada vez más frecuentes de chilenos con “planes latrocinios” a ese país.
El número total de ladrones es difícil de precisar para las autoridades norteamericanas. Principalmente porque los casos apenas quedan en el radar de medios locales y los autores no poseen antecedentes penales graves.
Casos similares se han detectado en otros países del mundo como Canadá, España, Holanda, Francia e Italia. Sobre Reino Unido entregan una cifra alarmante: en tres años fueron arrestados 300 chilenos.