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1 de Marzo de 2022Espionaje, perritos y rumores de su vida sexual: compilado de historias freaks de Vladimir Putin
Son varios los relatos que giran en torno a Putin, desde una supuesta hija no reconocida que se ha convertido en una enigmática influencer de Instagram hasta el día que usó a uno de sus perros para atemorizar a Ángela Merkel.
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La figura de Vladimir Putin se ha vuelto clave en el mapa geopolítico actual, sobre todo tras la invasión a Ucrania y la alta tensión que hay con los países de la OTAN.
Sin embargo, más allá del político, en torno al presidente ruso hay muchos mitos e historias suyas que son poco conocidas. En The Clinic, recopilamos algunas de ellas.
Pasado como espía de Vladimir Putin
Vladimir Putin no era buen estudiante. Al actual presidente le costaba aritmética, ciencias naturales y dibujo. Al menos, eso refleja una libreta de notas del mandatario ruso cuando tenía 11 años y que filtró un medio de ese país en 2001.
Distinta fue su historia con las artes marciales. Practicó sambo y judo, donde incluso llegó a ser cinturón negro. Sin embargo, su sueño siempre fue ser un espía.
A los 15 años, hizo su solicitud para entrar a la KGB. Sin embargo, lo rechazaron. Le pidieron que primero terminara sus estudios.
La agencia soviética de espionaje lo aceptó recién en 1975 y a mediados de los ’80 lo mandó a su primera misión en el extranjero. Putin fue enviado a Dresde, en Alemania del Este, para reclutar extranjeros que sirvan al propósito de la URSS.
La tarjeta de identidad del espía Vladimir Putin en la Alemania Oriental de la Guerra Fría https://t.co/KZEmZHyac7
— BBC News Mundo (@bbcmundo) December 13, 2018
Según detalla un reportaje de la BBC, buena parte del trabajo del mandatario ruso en la RDA fue “monótono”. Sin embargo, todo cambió cuando le tocó presenciar la caída del Muro de Berlín.
En una entrevista, Putin relata que en su oficina se pusieron a quemar “frenéticamente” evidencia de su trabajo de inteligencia. Eran tantos oficios que llegaron a reventar el horno.
Uno de sus contactos en esa época era el mayor general Horst Boehm de la Stasi. Tras el derrumbe, el oficial fue humillado en público por la multitud de manifestantes y se suicidó a principios de 1990.
A su regreso a Rusia, Putin se comenzó a sumergir poco a poco en la emergente vida política de su país. De hecho, era asesor de Boris Yeltsin en 1999, cuando este renuncia y lo deja al mando de la primera magistratura del país.
Extraña relación con los animales
Desde el gobierno de Putin siempre se ha querido irradiar la imagen de un hombre indómito, con fotos en Siberia o en contacto con la naturaleza. Incluso hay montajes y memes exagerados de esto, donde se ve al mandatario ruso montando osos o águilas.
Sin embargo, su relación con los animales no siempre fue buena. Cuando se convirtió en presidente de Rusia, se publicó un libro que recopila entrevistas suyas. En varias de ellas cuenta que cuando niño jugaba a cazar ratas.
Sin embargo, una vez tuvo un episodio que lo cambió. Acorraló a uno de estos roedores y el animal decidió saltar encima suyo. Ese hecho lo traumatizó para siempre y se convirtió en uno de sus primeros miedos.
También es muy conocido el cariño por sus perros: Konni, un labrador negro que falleció en 2014; Buffy, un ovejero inglés; y Yume, un akita.
Este último se hizo conocido en 2016, cuando irrumpió en el salón presidencial del Kremlin y comenzó a ladrarle a periodistas japoneses.
A Konni una vez lo utilizó para infundirle miedo a Angela Merkel. En 2007, él la invitó a su casa en Sochi en 2007 y en el salón irrumpió el animal.
La mandataria alemana se quedó helada mientras la olfateaban. A ella la había mordido un canino en 1995 y, desde ese entonces, le tenía fobia a los perros.
El presidente ruso dijo que fue sin intención. “Quería hacer algo lindo por ella. Cuando descubrí que no le gustan los perros, por supuesto que me disculpé”, dijo al diario Bild.
También “compitió” con George W. Bush por quien tenía el perro más grande. El expresidente estadounidense solo contaba un Barney, un pequeño terrier escocés negro, así que la victoria de Putin estaba asegurada.
Rumores de su vida sexual
Vladimir Putin y Liudmila Shkrébneva estuvieron 30 años casados y tuvieron dos hijas, con quienes el presidente ruso tiene una relación distante. La pareja se separó el 2013, pero las razones nunca han quedado del todo claras.
Dos años antes, el diario alemán Berliner Zeitung publicó una serie de documentos filtrados de la BND, la agencia de espionaje de Alemania Occidental, donde se describía a Putin como un sujeto que maltrataba a su esposa y que tenía relaciones extramaritales.
De hecho, desde que asumió como presidente en 1999, se le han atribuido varios romances. El que causó más revuelo fue uno con la gimnasta Alina Kabaeva, medallista de oro de Atenas 2004. Todo esto mientras aún estaba casado.
También se ha publicado sobre una presunta aventura con una mujer llamada Svetlana Krivonogikh, a fines de los ’90. Con ella habría engendrado una hija, Luiza Rozova, quien actualmente es influencer.
Sin embargo, la joven nunca muestra su rostro en Instagram. Según The Spectator, esto es por el “sorprendente parecido” que tiene con el mandatario ruso.
Desde el gobierno siempre se han esmerado en proyectar una imagen de macho alfa de Putin.
Sin embargo, esa versión fue puesta en cuestión por el investigador alemán Erich Schmidt-Eenboom, el mismo que recopiló los archivos de inteligencia alemanes.
Según el periodista, Putin sería un tipo más bien solitario y posiblemente asexual. “El sexo y la vida sexual le son totalmente ajenos”, afirmó.