Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

22 de Marzo de 2022

Columna de Martín del Río: Adiós Adriana, defensora de los bosques nativos chilenos

||

Adriana era, sin duda, una naturalista moderna. Con el mismo hambre de conocer y de aprender acerca de todo lo que nos rodea que tenían los aventureros de siglos pasados, como Humboldt, como Darwin. Chile es un paraíso botánico que supo aprovecharla.

Martín del Río López
Martín del Río López
Por

Crecí escuchando que las guías botánicas de Adriana Hoffmann eran un deber de tener y aprender. Mi papá las tenía y las fui heredando, eventualmente comprando las que me faltaban para completar mi propia colección. Hasta el día de hoy la atesoro.

Es que sus guías de campo, 12 en total, son realmente excepcionales. Aún después de 40 años (la primera de ellas), siguen tan vigentes como el día de su publicación y siguen siendo tremendamente útiles a la hora de aprender sobre la flora que nos rodea.

Las guías botánicas de Adriana Hoffmann

¿Favoritas? Uf, difícil decisión; pero me quedo con “Flora Silvestre de Chile – Zona Austral”, también con “Cáctaceas – En la flora silvestre de Chile” o “El árbol urbano de Chile”. Las visito constantemente y nunca me han fallado. ¿Las conocen? sin duda deberían estar en todas las bibliotecas del país y ojalá en muchos hogares también. Son de un formato de fácil lectura, claras y ordenadas. Una recomendación: cuando veas el árbol o arbusto que buscabas en la guía, sácale una hoja y guárdala en esa página. Así la observación y el aprendizaje será mayor.

Escribo desde la tribuna de un fan, de un admirador a la distancia, que no llegó a conocerla personalmente en profundidad; pero que, al igual que miles de personas en Chile, aprendieron y viajaron con su trabajo.

Recuerdo que cuando lanzamos Ladera Sur, el 2015, Adriana era un personaje que tenía que estar en el proyecto. Referente de gran admiración, merecedora de homenajes, su mensaje debía darse a conocer a las nuevas generaciones.

Adriana Hoffmann. Crédito: Daniela Fabres.

Cuando la contacté, me recibió de la mejor manera, aunque ya estaba de retirada. Lo más cerca que estuvimos de desarrollar un proyecto juntos fue para “Naturalistas”, serie audiovisual lanzada el 2018. Recuerdo cuando me llamó, a minutos de que la pasara a buscar, para decirme “Martín, no me siento capaz”. Su salud empeoraba y ya no estaba participando activamente.

Adriana era, sin duda, una naturalista moderna. Con el mismo hambre de conocer y de aprender acerca de todo lo que nos rodea que tenían los aventureros de siglos pasados, como Humboldt, como Darwin. Chile es un paraíso botánico que supo aprovecharla. Abundan aquí diferentes ecosistemas, geografías y climas, nuestra flora contiene un alto nivel de endemismo (especies que sólo se encuentran aquí) y ella lo sabía. Gran conocedora del territorio chileno. Adriana trabajó hasta el último de sus días en potenciar ese conocimiento y su apreciación.

Lo más cerca que estuvimos de desarrollar un proyecto juntos fue para “Naturalistas”, serie audiovisual lanzada el 2018. Recuerdo cuando me llamó, a minutos de que la pasara a buscar, para decirme “Martín, no me siento capaz”. Su salud empeoraba y ya no estaba participando activamente.

Adriana será siempre un referente, ya que lograba transmitir temáticas que estaban sólo en el mundo de la ciencia. De la mano del ilustrador Andrés Jullian llevaba ese conocimiento a un idioma universal, logrando que miles de personas aprendieran y se inspiraran.

Tambíen destacar que fue una gran activista ambiental. No es casual su amistad con el conservacionista Douglas Tompkins, donde rápidamente forjaron un gran amistad y compartieron una visión común sobre la protección de la naturaleza en Chile. El libro “La tragedia del bosque chileno” es un reflejo de aquello. Con su ONG “Defensores del Bosque Chileno” hicieron una gran labor, en años donde la protección del medio ambiente no tenía la cobertura de la que goza hoy. Por dar sólo un ejemplo, fue gracias a ella, y a todo su equipo, que Tierra del Fuego cuenta hoy con el parque natural Karukinka, albergando miles de hectáreas de bosque nativo.

Llegó a dirigir la CONAMA (Comision Nacional de Medio Ambiente) bajo el gobierno de Ricardo Lagos, eran los inicios de la institucionalidad ambiental en Chile. Aceptó el desafío de entrar al mundo político, el cual no era su hábitat, pero impulsó los cambios que más pudo.

Fue una gran activista ambiental. No es casual su amistad con el conservacionista Douglas Tompkins, donde rápidamente forjaron un gran amistad y compartieron una visión común sobre la protección de la naturaleza en Chile. El libro “La tragedia del bosque chileno” es un reflejo de aquello.

Hoy, con el anuncio de su muerte a sus 82 años, sólo queda agradecer el tremendo legado que dejó para Chile. Sin duda pasará a la historia como una de las botánicas y naturalistas más importantes del país, a la altura de Claudio Gay y Rudolph Philippi. Adriana inspiró y motivó a una gran cantidad de personas, sembrando semillas en favor de la concientización y consecuente protección de la naturaleza y del medio ambiente. Estas perdurarán. Les escribe uno de esos inspirados, comprometido a seguir potenciando su legado por siempre. 

¡Gracias infinitas, Adriana!

*Martín del Río es fundador y CEO de Ladera Sur.

También puedes leer: 5 hechos curiosos de la vida de Douglas Tompkins, según su biógrafo


Volver al Home

Notas relacionadas