Maisa Rojas y la reforma a la Evaluación Ambiental: “Que los proyectos se voten en una instancia política les da una discrecionalidad que uno quisiera eliminar”

Hasta antes de asumir como ministra, la física Maisa Rojas (María Heloísa Rojas) había colaborado con los gobiernos de la expresidenta Michelle Bachelet y el expresidente Sebastián Piñera. Durante el segundo período de la exmandataria, fue representante de la Presidencia de la República en la Comisión Asesora Presidencial Permanente de Cambio Climático. Y con Piñera, estuvo a cargo del comité científico de la COP25.

A más de dos años de haber asumido como ministra de Medio Ambiente en la administración del Presidente Gabriel Boric, admite que hoy sostiene una relación más fluida con el mundo privado y responde a las críticas sobre la lentitud de los procesos de entrega de permisos. Hasta ahora, de las ministras independientes del gabinete, adelanta que ve con interés el proceso del partido Frente Amplio y se abre a fichar por la nueva colectividad.

—¿En qué punto está la tramitación de la reforma al SEIA? Se eliminan las instancias como el Comité de Ministros y la Comisión de Evaluación Ambiental (Coevas), pero está en discusión su reemplazo.

—El proyecto de ley ingresó en enero a la Comisión de Medio Ambiente del Senado. Tuvimos sesiones de audiencias durante todo enero y también durante todo marzo. Como ya está conformada la nueva comisión e ingresaron dos nuevos senadores (Rafael Prohens y Ricardo Lagos Weber), hicimos una recapitulación del proyecto y ahí lo presentamos de nuevo a los senadores. Ya tenemos alguna idea de qué cosas han sido bien recibidas y dónde hay más dudas. Y en el aspecto de la propuesta de la eliminación de la Comisión de Evaluación Regional y cambiarlo para que esa evaluación la haga el director o la directora regional del SEA ha generado una cantidad importante de dudas y comentarios.

—Que quede la decisión en una sola persona.

—Nosotros recogemos esa situación y estamos evaluando cuáles podrían ser otras opciones para resolver el problema que tienen hoy las Coevas. Hay un consenso de que el hecho que los proyectos se voten en una instancia política les da una discrecionalidad a esa etapa del proceso que uno quisiera eliminar.

—El último año, a nivel económico, pasó por un ciclo particular, de ajuste, de normalización pospandemia, donde se echó de menos una mayor inversión. ¿Recoge la crítica de que ha sido Medio Ambiente la cartera que ha puesto las trabas?

—El propósito del proyecto es reformar el sistema de evaluación de impacto ambiental. Estamos proponiendo reformarlo para hacerlo más eficiente y más eficaz, dando mayor certeza, con un compromiso de una reducción de los tiempos de tramitación, un 30%. Así que efectivamente es una respuesta a una crítica de que a nuestro sistema de evaluación ambiental hay que modernizarlo (…).

El diagnóstico de que el SEIA requiere de una reforma viene hace tiempo. La presidenta Bachelet tuvo una comisión presidencial en la cual se evaluó este tema y no llegó a un proyecto de ley, pero sí a un informe; El presidente Piñera presentó dos proyectos de reforma y estaba en el programa de gobierno del Presidente Gabriel Boric. El diagnóstico de que necesitamos modernizar el SEIA es compartido y desde el comienzo del gobierno estuvimos trabajando en una reforma, con un largo trabajo prelegislativo. 

—¿Qué pesa más cuando se le da luz verde, por ejemplo, a una desaladora que tiene un conocido impacto ambiental? ¿Pesa más dinamizar la economía con nuevas inversiones?

—Respondería esa pregunta desde dos puntos de vista: el impacto o los problemas medioambientales es un tema que se está abordando no solamente en Chile, sino en el mundo. Y los temas medioambientales se están imponiendo por la propia evidencia. Un ejemplo: la necesidad de tener una desaladora por la sequía es, en gran medida, producto del cambio climático. Este año y el año pasado tuvimos enormes incendios forestales. Luego, solo unos meses después, se vivieron enormes inundaciones. La extrema sequía, una inundación no son un problema ni de fin de siglo, ni de los osos polares, sino que tienen una consecuencia económica, de infraestructura, de vida humana muy concreta en el país. 

A eso me refiero de que se está imponiendo este tema por el propio peso de la evidencia y enfrentarlo nadie lo pone en duda, esa es la tarea que tiene que hacer el gobierno y que, obviamente, en buena medida le toca al Ministerio del Medio Ambiente (…). Chile va a ser carbono neutral a más tardar el año 2050, pero la ley (Marco de Cambio Climático) también tiene un segundo objetivo, que es hacernos cargo de las consecuencias que ya existen.

—Ya entrando en el tercer año de gobierno, con los aprendizajes de un rol político, ¿ha cimentado una relación más fluida con el mundo privado?

—Yo vengo del mundo de la academia y ese es también un espacio de mucho diálogo. Ahí quisiera resaltar, en mi rol de ministra, que soy una ministra que viene con un bagaje científico. Se le ha invitado a Chile —y a mí en particular— en tres ocasiones a conferencias de las partes de la Convención Marco del Cambio Climático, pero también de la biodiversidad, a ayudar a facilitar diálogos entre 200 países: fue en la COP 27 para el tema de pérdidas y daños, en la COP 28 para el tema de adaptación y en la COP 15 de biodiversidad para recursos genéticos.

El diálogo multiactor es algo que yo llevo trabajando hace muchos años y en el cual tengo amplia experiencia. Esa es la tarea de los ministros, generar amplios acuerdos que en los temas medioambientales son especialmente importantes porque requieren de un alto nivel de consenso y eso es a lo que he estado abocada.

Ministra Rojas: “El proyecto político del Frente Amplio me entusiasma”

—¿A propósito de ese espíritu de diálogo es que aceptó la cita en casa del lobbista y exalcalde Pablo Zalaquett?

—Me referí a eso largamente durante inicios de año, pero lo dije muy claramente: actué de buena fe, en un espacio que tenía el objetivo para mí de tender puentes con ciertos sectores con los cuales esos puentes no existían. 

—En el último tiempo ha debido sumar militantes de las alianzas de gobierno a sus equipos. ¿Se hace más difícil habitar el cargo siendo independiente? Medio Ambiente requiere de mucho conocimiento técnico, pero también se ha convertido en una cartera muy política.

—Sí, este es un cargo político. Y en el caso del ministerio del Medio Ambiente se beneficia mucho del conocimiento técnico que existe en el que yo traigo también por mi expertise como científica. (El trabajo) se hace con los partidos políticos, se hace con la técnica, se hace con un diálogo muy amplio.

—Se está dando un camino en el Frente Amplio de convergencia hacia un solo partido. ¿Lo ve con interés? ¿Se ve llamada a militar cuando se establezca el nuevo referente?

—Primero que nada, a mí me parece muy importante que se esté creando este partido. Tenemos una crisis política importante, lo que hemos visto más bien en los últimos años es mucha fragmentación, lo cual hace muy difícil el trabajo de la democracia, así que en ese sentido yo veo con buenos ojos el que se cree un partido nuevo uniendo estas fuerzas. En particular, el proyecto político del Frente Amplio la verdad de las cosas es que me entusiasma.

—Usted, actualmente independiente, ¿se ve firmando la ficha de militante?

—Podría ser, sí.