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Opinión

28 de Marzo de 2022

Columna de Julia Marfán y María Alicia Otaegui: Desafíos que nos presenta el debate de la Ley en Educación Integral de la Sexualidad

Invitamos a las comunidades educativas a construir espacios dialógicos, inclusivos, respetuosos y basados en evidencia, sobre las temáticas en sexualidad (género, diversidades, relaciones afectivas, violencia sexual, consentimiento, enfoque de derechos) que actualmente están presente en sus espacios educativos y que requieren ser abordadas.

Julia Marfan y Maria Alicia Otaegui
Julia Marfan y Maria Alicia Otaegui
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A propósito del debate que ha surgido sobre la obligatoriedad de la Ley en Educación Integral de la Sexualidad nos parece relevante recordar que, desde el año 1993, el Ministerio de Educación cuenta con una “Política de Educación en Sexualidad para el mejoramiento de la calidad de la educación” cuyo propósito es promover y orientar iniciativas para que los establecimientos educacionales integren  en sus proyectos educativos las temáticas en sexualidad tanto a nivel curricular, como en las actividades con docentes,  familias y miembros de la comunidad. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos e iniciativas que se han desarrollado durante tantos años, como país aún no logramos asegurar la presencia de una educación sexual integral en todos los establecimientos educacionales, ni en la formación de profesores y profesoras desde su ingreso a las carreras de pedagogía.

Además, esto se evidencia en el monitoreo social que lleva a cabo la plataforma “Mira que te Miro” sobre los compromisos en salud y derechos sexuales y reproductivos de los países firmantes del Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo (Conferencia El Cairo, 1994). Según el monitoreo social, Chile aparece solo con un 33% de cumplimiento de los compromisos legislativos adquiridos en esta temática.

La UNESCO (2018) define la Educación Integral de la Sexualidad (EIS) como un proceso de enseñanza y aprendizaje que pretende que niñas, niños y jóvenes desarrollen las llamadas habilidades del siglo XXI o habilidades para la vida. En otras palabras, la Educación Integral de la Sexualidad brinda conocimientos, actitudes, habilidades y valores que les empodere para disfrutar de su salud, bienestar y dignidad; analizar cómo sus propias decisiones afectan su bienestar y el de otras personas; y proteger sus derechos.

Según el monitoreo social, Chile aparece solo con un 33% de cumplimiento de los compromisos legislativos adquiridos en esta temática.

Esta temática cobra especial relevancia ahora que las comunidades educativas estamos reencontrándonos de manera presencial, lo que conlleva a abordar desafíos relacionados con establecer un clima afectivo seguro, la capacidad para resolver conflictos, establecer acuerdos de convivencia, crear ambientes inclusivos y de respeto. Es así que, la Educación Integral de la Sexualidad es una herramienta educativa que permite levantar y poner sobre la mesa las experiencias cotidianas y necesidades sociales, emocionales y valóricas que surgen hoy en día a propósito del regreso a la presencialidad y el reencuentro entre estudiantes, docentes, familias y equipos directivos.

En vez de asustarnos por el debate actual, invitamos a las comunidades educativas a construir espacios dialógicos, inclusivos, respetuosos y basados en evidencia, sobre las temáticas en sexualidad (género, diversidades, relaciones afectivas, violencia sexual, consentimiento, enfoque de derechos) que actualmente están presente en sus espacios educativos y que requieren ser abordadas. Así se logrará, por una parte, desarrollar una Educación sexual integral  oportuna y significativa y, por otra, dar respuesta al derecho que tienen sus estudiantes a recibirla.

La Educación Integral de la Sexualidad brinda conocimientos, actitudes, habilidades y valores que les empodere para disfrutar de su salud, bienestar y dignidad; analizar cómo sus propias decisiones afectan su bienestar y el de otras personas; y proteger sus derechos.

*Julia Marfán Reyes es directora de Pedagogía en Educación General Básica UDP. Cuenta con amplia experiencia en el sistema escolar donde se ha desempeñado como jefa de UTP. También ha trabajado en la Unidad de Currículum y Evaluación, del Mineduc y María Alicia Otaegui, Secretaria de Estudios de Pedagogía en Educación General Básica UDP. Es profesora en Pedagogía en Educación General Básica con mención en Lenguaje y Comunicación y Matemáticas.

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