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“Fue un baldazo de agua fría”: Tres historias que deja la cancelación del show de Metallica en el Nacional

El pasado domingo, el Instituto Nacional del Deporte (IND) soltó una bomba: el Estadio Nacional no podrá albergar el concierto de Metallica en Santiago, fechado para el 27 de abril. Hoy, el evento sigue sin tener recinto, y aunque no ha sido oficialmente cancelado, la angustia reina entre los fanáticos. Para capturar estas sensaciones, The Clinic conversó con el vocalista de Yajaira, la banda chilena agendada para telonearlos, y otros seguidores del cuarteto californiano que han sentido duramente el golpe.

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Para quienes tenían ya su entrada, y todo planificado, la noticia que se dio a conocer el pasado domingo fue como recibir un charchazo sorpresivo -a la Will Smith, dirían algunos- en la cara.

Metallica, los padres del thrash metal y una de las bandas de rock vigentes con más seguidores en el mundo, veía peligrar su paso por Santiago, agendado para el miércoles 27 de abril en el Estadio Nacional. Esto luego de que el Instituto Nacional del Deporte (IND) afirmara en un comunicado difundido el 10 de abril que, “por existir riesgos de seguridad de las personas” y comprometerse las labores de remodelación que se están llevando a cabo de cara a los Juegos Panamericanos 2023, el recinto “no está en condiciones de recibir un evento masivo”.

La cronología de este desaire -todavía sin resolver, y que se ha transformado en un verdadero tira y afloja entre la productora DG Medios y el IND- es extensa, en vistas de que el concierto originalmente se planificó para el 15 de abril de 2020, antes de que al mundo lo pillara por sorpresa el Covid-19.

Todo empezó con la venta de entradas, que se agotaron solo tres horas después de ser liberadas, el 22 de agosto de 2019. Así quedaba en evidencia algo que ya se había visto en las cinco visitas anteriores de la agrupación a Chile -la primera en 1993, la última en 2017- : Metallica es una banda que arrastra masas en nuestro país.

Luego, vino el ineludible cambio de fecha, producto del virus. Con algunos tropiezos entremedio, a fines de 2021 se decretó que el show sería el 27 de abril, en el Estadio Nacional.

Pero con el comunicado del IND, que además aseguraba que DG Medios supo de la determinación el 6 de abril, la esperanza de ver a los autores de “Master of Puppets” y “Enter Sandman” se difuminaba con el paso de las horas.

Se especuló con la opción de un plan B, pensando en llevar a cabo el evento en el Estadio Monumental -que suponía otro lío, porque el 27 de abril se enfrentan Colo Colo y River Plate por Copa Libertadores- o en el Parque Bicentenario de Cerrillos, que recientemente albergó el Festival Lollapalooza.

No obstante, y a través de la prensa, Carlos Geniso, dueño de DG Medios, rayó la cancha con firmeza. Justificándose en las complicaciones logísticas y la cantidad de personas -se vendieron 62.000 entradas-, “si no se hace en el Estadio Nacional, (los espectadores) tendrán que ver a Metallica fuera de Chile”, dijo.

La última información disponible es que se estaría negociando para que Metallica se presente en el Club Hípico, como ya lo hizo en 2010. Sin embargo, este cambio de sitio no ha sido confirmado ni por la productora ni por quienes administran el recinto.

Desde la banda telonera hasta un argentino que viaja a Santiago: tres historias del “baldazo de agua fría” por la cancelación del concierto de Metallica en el Nacional
Metálica en el Club Hípico en 2010. Crédito: Metallica.

El dilema está en sus horas clave, y en cualquier momento se sabrá el veredicto definitivo. En ese intertanto, la angustia reina entre los fanáticos que hace años se preparan para el hito. The Clinic conversó con tres personas que, desde su particular vinculación con la banda, viven la incertidumbre de maneras distintas. Un elemento es común en los relatos: saber que el concierto pende de un hilo fue como recibir un “baldazo de agua fría”.

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Cuando Miguel Ángel Montenegro cuenta que tiene 52 años, acompaña el dato con la frase “haciendo ruido desde 1986”. Porque este músico, más conocido bajo el apodo de Comegato, ha sido por décadas un referente del rock nacional.

Comegato es el bajista y vocalista de la banda Yajaira, que en 1995 empezó a remecer los escenarios del país con un power trío que fluctúa entre el stoner rock y los sonidos más pesados del metal. Y justamente, Yajaira es el grupo que iba a telonear a Metallica en el Estadio Nacional. Claro, si es que la fecha no se cancela.

“Estamos en la incertidumbre, como todo el mundo”, dice Comegato a este medio, recalcando que se enteró de la información por la prensa. “Para nosotros era un hito súper importante el poder participar de este concierto. Son oportunidades que se dan pocas veces en la vida”, añade.

Sobre este último punto, Comegato es modesto. Porque conoce de conciertos masivos al alero de monumentos vivientes del rock: en 2016, Yajaira se encargó de calentar los motores para el show de Black Sabbath, frente a los 50.000 asistentes que se congregaron en el Estadio Nacional.

A pesar de esa experiencia “inolvidable”, con Metallica a Comegato le pasa algo distinto. Y es que él se autodefine como un “fanático acérrimo de su primera época, la ochentera”, e incluso apunta al cuarteto californiano como “uno de los motivos para empezar a hacer música cuando éramos unos adolescentes”.

Desde la banda telonera hasta un argentino que viaja a Santiago: tres historias del “baldazo de agua fría” por la cancelación del concierto de Metallica en el Nacional
Comegato tocando con Yajaira. Crédito: Ignacio Orrego.

“Es una de mis bandas favoritas; una banda precursora, que abrió todo un mundo en el metal un poco más extremo. Fue el paso del heavy metal. Dio un paso más allá, que abrió esto de tocar cada vez más rápido. Para nosotros nos marcó como generación”, concluye el intérprete, quien menciona el disco debut Kill Em All (1983) y el Master of Puppets (1986) como dos de sus registros favoritos del grupo.

Comegato confiesa que la presentación que (todavía) planean para el concierto sería “corta y precisa”, pensando en “mostrar la pesadez de nuestra música”. La idea, en resumidas cuentas, es “quedar bien y dejar bien parados al rock y al rock pesado de esta parte del mundo”. Y cómo no, “que la gente disfrute”.

Sumado a la incertidumbre, hay otra arista que golpea a Yajaira en caso de una eventual cancelación. “Esto para nosotros venía a ser un poco un salvavidas, después de tanto tiempo con todas estas restricciones”, dice el músico, refiriéndose a las cuarentenas, y a los casi dos años sin poder tocar en vivo.

“Estos últimos años han sido súper difíciles, y no solamente para nosotros, sino en general para toda la gente que está alrededor nuestro: técnicos, roadies, sonidistas, iluminadores, gente del transporte… Un montón de gente que también está en ascuas con esto, porque para todos los trabajadores de la música, es también una oportunidad de poder trabajar”, sentencia el frontman. En Yajaira, por ejemplo, el equipo está compuesto por 12 personas.

Asimismo, Comegato dice que la plata que recibirían iba a ser destinada a financiar el último disco que grabaron. “Entonces, también, nos cambia todos los planes, y atrasa todo, la verdad”. No obstante, termina con una frase optimista: “La esperanza es lo último que se pierde”.

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Metallica tiene cientos de clubs de fans alrededor de todo el planeta. Pero para los más adeptos thrashers, la banda ofrece un mecanismo que oficializa a cada agrupación de seguidores, otorgándoles un número en un registro -que se puede revisar en la página web– y la denominación de “Chapter”.

Y curiosamente, en Chile está el “Chapter” más antiguo del mundo que aún se mantiene vigente. Se llama The Chilean Horsemen -relativo a la canción “The Four Horsemen”, del álbum Kill ‘Em All- y su líder, o “Head Chapter”, es Juan Pablo Quezada (51). “Dicho en buen chileno, soy como el presidente del club. Y también soy uno de los fundadores. Junto a Alexis Muñoz formamos este club hace 26 años, y justamente somos el club más antiguo que existe, de Metallica, aún funcionando en el mundo”, explica a The Clinic.

El logo de The Chilean Horsemen.

En 1996, cuando inscribieron The Chilean Horsemen, les dieron el número 78. “Los 77 anteriores eran casi todos de EE.UU., de diferentes estados”, dice Juan Pablo, quien agrega que, de acuerdo a sus investigaciones y con el tiempo, esos clubes “se fueron diluyendo”. Además de este, en Chile existen otros tres “Chapters” oficiales.

Para ser parte de The Chilean Horseman, cada miembro debe pagar una cuota anual de $20.000 pesos, que incluye una polera del club, una credencial, acceso liberado a la fiesta de aniversario que realizan todos los años -la última fue en 2019, en el bar ñuñoíno Rock y Guitarras-, y una serie de souvenirs -como uñetas y stickers– que el equipo de Metallica envía desde EE.UU. a todos los “Chapters”.

Desde la banda telonera hasta un argentino que viaja a Santiago: tres historias del “baldazo de agua fría” por la cancelación del concierto de Metallica en el Nacional
Fiesta de aniversario de The Chilean Horseman en 2012. Juan Pablo Quezada es la persona a la izquierda de la imagen. Crédito: Cortesía de Juan Pablo Quezada.

En general, señala Juan Pablo, son un centenar de personas las que pagan la membresía año a año, pero siempre son “socios distintos”. En el fondo, suelen abonar una vez, a pesar de que sigan posteriormente vinculados al grupo. The Chilean Horseman acumula, en su historia, más de 6.000 socios que se han inscrito en algún u otro momento. Y la proporción -al ojo- de hombres y mujeres, según el presidente, es de 70%-30%, mientras que el rango etario fluctúa entre los 12 y 60 años.

Por lo mismo, el club se transforma en un espacio de encuentro entre padres, hijos e hijas. De hecho, Juan Pablo comparte su pasión por Metallica con su hija, y juntos los fueron a ver, en Santiago, al Lollapalooza 2017, cuando se toparon entre el público con Zach Harmon, el técnico encargado de mantener en perfecto estado el bajo eléctrico de Robert Trujillo, integrante de la banda.

Desde la banda telonera hasta un argentino que viaja a Santiago: tres historias del “baldazo de agua fría” por la cancelación del concierto de Metallica en el Nacional
Juan Pablo junto a su hija Fernanda y Zach Harmon. Crédito: Cortesía de Juan Pablo Quezada.

“Básicamente, Metallica es la banda sonora de mi vida. Han estado en cada una de las etapas de mi vida. Como joven, como adulto joven, como adulto, como padre de familia, como hombre de trabajo”, comenta Juan Pablo, quien se dedica a la producción de eventos. Sus discos favoritos son dos: And Justice for All (1988) “por la técnica que demuestran”, y el Black Album (1991), porque “es el disco mejor grabado de la historia del rock”.

Además, es un coleccionista empedernido. Guarda “tesoros” como álbumes autografiados, y uñetas -tiene unas 360 piezas- y baquetas usadas por los músicos. Un cúmulo de objetos que, en su minuto, fueron evaluados en más de 20 millones de pesos, revela a The Clinic.

Como le pasó a Comegato, y al igual que tantos otros fanáticos chilenos, fue “un baldazo de agua fría el que nos llevamos este fin de semana”, dice Juan Pablo sobre la posible cancelación. “Nos afectó mucho a todo el club, y estamos apoyando en todo lo que sea necesario a la productora para tratar de doblarle la mano a la autoridad (…). Claramente nos afecta un montón, porque Metallica cuesta mucho que venga a Chile”, resume.

Pone de ejemplo a distintos miembros de The Chilean Horsemen, que venían preparándose hace rato para el concierto. “Tengo amigos que compraron el ticket más caro, que costaba 1,6 millones. Un amigo compró dos de esos tickets, justamente con la ilusión de poder conocer a los integrantes de Metallica en el backstage, y poder llegar a tener una experiencia más cercana con ellos. Y que ahora se diluya…”.

“Nosotros tenemos socios en todo Chile, por lo tanto, tengo gente que tiene programada la semana entera, que pidieron la semana entera de vacaciones en sus trabajos. Que vienen desde Arica hasta Punta Arenas. Y ya tienen todo coordinado para viajar. Se habían coordinado con nosotros también, porque muchos los vamos a alojar. Hay reservas de hoteles hechas, hay pasajes comprados de avión. Es impresionante los ribetes que llega a tener este desenlace terrible”, cierra Juan Pablo Quezada.

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Metallica viene a Chile en el marco de su gira latinoamericana, que comienza en Santiago, pero que contempla fechas en Argentina y Brasil. En Buenos Aires, el grupo liderado por James Hetfield se presentará el 30 de abril, en el Campo Argentino de Polo. Pero eso no quita que hay fanáticos que cruzarán la cordillera para ver a su banda favorita dos veces en una semana.

Ese es el caso de Daniel Gianasi (43), un cordobés que tiene entrada para el show de Buenos Aires y el de Santiago. Su motivación para repetirse el plato, con tan poca diferencia de días, es simple: “Para mí como fan, es muy importante ver a la banda con un público diferente y tan pasional como el de Chile”, dice a The Clinic.

Daniel, quien es presidente del “Chapter” oficial Argentina for All (que tiene el número 431), viene planificando el viaje desde 2019. Y tiene lazos con los “Chapters” chilenos: es miembro de The Chilean Horsemen, y amigo de Pablo Mejías, presidente de To Self Destruct (número 504), otro club de fans chileno. “Los fans de Metallica somos una gran familia, y nos ayudamos entre todos para cumplir nuestros sueños”, asegura, mientras detalla cómo un conocido de To Self Destruct lo alojará en Santiago.

Desde la banda telonera hasta un argentino que viaja a Santiago: tres historias del “baldazo de agua fría” por la cancelación del concierto de Metallica en el Nacional
Daniel con la bandera de Argentina for All en un concierto de Metallica. Crédito: Cortesía de Daniel Gianasi.

“Metallica me acompaña todos los días con su música, en los buenos y los malos momentos”, explica este fanático, que trabaja como ejecutivo comercial en una empresa argentina. “Es una pasión única que la llevo dentro mío desde que era adolescente. Pegaba sus posters en mi habitación y escuchaba casetes grabados, porque no tenía dinero para comprar originales (…). A la banda la he visto más de 10 veces. Sus conciertos son únicos y cada recital es especial, y este de Chile lo tendría que ser”, comenta.

Daniel y su colección de álbumes. Crédito: Cortesía de Daniel Gianasi.

No ha sido fácil para Daniel organizar el viaje. Sumado a que en 2019 perdió un pasaje que no le fue reembolsado, a raíz del cambio de fecha, ahora describe el proceso como un verdadero “caos”. “Sacar pasajes; el costo de los mismos; pedir las vacaciones; sacar un préstamo para poder ir; seguro médico; validación de vacunas; el costo de un PCR… Un esfuerzo enorme. Y también dejar a la familia”, dice. Añade otro punto no menor: “A eso súmale la devaluación de la moneda que tenemos en Argentina”.

Con este telón de fondo, es comprensible la gran tristeza que dice haber vivido tras enterarse de que el concierto estaba al borde de la cancelación. Pero Daniel viajará a Chile, independientemente de lo que pase con Metallica. Y viene ilusionado: “Tengo fe que el concierto se tiene que hacer como sea”.

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