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25 de Abril de 2022

Para recordar: 7 de los mejores cuentos de Santiago en 100 palabras

La imagen muestra varias ilustraciones de Santiago en 100 Palabras

Este 2022, el que se convirtió en uno de los concursos de literatura más emblemáticos del país cumple dos décadas. En sus 20 años, el certamen ha recibido cerca de un millón de cuentos. Aquí, una selección de siete relatos que marcaron su historia.

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Corría el año 2001 y en los pasillos de la Universidad Católica un grupo de estudiantes daba vida a lo que sería uno de los concursos de literatura más emblemáticos del país: “Santiago en 100 Palabras”. Desde entonces, el certamen se ha desarrollado de manera ininterrumpida hasta el día de hoy y, además, se ha expandido a otras regiones –Tarapacá, Antofagasta, Valparaíso, Biobío, Araucanía y Magallanes– e incluso al extranjero en ciudades tan diversas como Budapest, Medellín y Boston.

Si en la primera edición del concurso llegaron 2.691 cuentos escritos en papel y depositados en buzones, hoy “Santiago en 100 Palabras” recibe en promedio 50 mil relatos al año, en su mayoría enviados en formato digital. A 20 años de aquella primera versión, el certamen ha recibido cerca de un millón de cuentos, en ellos se han escrito más de 55 millones de palabras, las que alcanzarían, por ejemplo, para escribir 146 veces Don Quijote de la Mancha.

A continuación, algunos de esos cuentos.

El parque

(Primer Lugar I Versión)

Un día, como a los ocho años, caminaba con mi padre hacia el parque O’Higgins. Me sentía muy alegre, porque él no acostumbraba sacarme a pasear. Cruzando San Ignacio, se detuvo un auto con un señor de bigotes. A su lado, una rubia princesa. Ella me sonrió, después se alejaron. Mi padre me dijo: «¿Qué miras? Olvídalo. No son como nosotros». Y me apuró del brazo. Después se desvió al primer bar que encontramos, pidió una cerveza para él y una Bilz para mí. Luego se tomó otra y otra. Nunca llegamos al parque.

Alex Peraita, 40 años, San Miguel.

Atraco al desnudo

(Mención Honrosa II Versión)

Las cinco de la madrugada. La reunión fue interesante: desaprobaron el desnudo inmoral. Abrió la puerta del auto. Un empujón lo arrojó violentamente al asiento. «¡No grite!», amenazó una voz. «Buena ropa», observó el sujeto ya instalado al volante, «¡entréguemela!». Desvistióse pidiendo al cielo un patrullero. Fue escuchado. Desde su moto, un policía dijo: «Acabe luego con eso. Despejen el área». El sujeto hizo partir el auto. Cerca del Museo de Arte Contemporáneo le ordenó bajar. Escuchó gritarle al huir: «¡Diviértete, viejo! ¡Relájate!». Una avalancha nudista lo envolvió. Imposible escapar. Cerró los ojos al flash y posó entre ellos.

Irma Cornejo, 68 años, Santiago.

Día de nieve (no parece Santiago)

(Mención Honrosa XI Versión)

Me acuerdo perfecto, porque fue el día en que nevó. Me diste la dirección de tu casa. Te pasé a buscar y fuimos a un mirador. Estaba nerviosa. Me perdía en los techos blancos tratando de evitarte. Sólo te miraba de reojo. A ratos te ponías roja. Nos sacamos fotos, hicimos un mono de nieve. Conversamos de religión y política. Me dijiste que Santiago parecía otro mundo cuando nevaba. Nos vinimos a mi casa en metro. En el andén dos señoras nos miraban fijamente. Íbamos tomadas de la mano. Cuando pasaron al lado de nosotras, sonrieron e hicieron lo mismo.

Carolina Henríquez, 25 años, Providencia.

Tarjeta Bip

(Premio al Talento Breve XVI Versión)

Y cuando traté de abrir la puerta de mi departamento con la tarjeta Bip, supe que Santiago ya era parte de mí.

Claudia Ballarini, 41 años, Ñuñoa.

Tinder

(Segundo Lugar XIX Versión)

Hola, papá. No sé cómo comunicarme contigo de otra forma. Sé que ahora estás en Santiago y que estás usando Tinder. Quería avisarte que mi mami está con cáncer y que el Ernesto ya está en el liceo. Tiene polola ahora el cabro chico. Está grande (tercera foto, de cuando hizo la confirmación). Porfa, manda plata, que el «enchur» está súper caro y no tenemos cómo comprarlo y a mi mami le queda poco. Yo estoy bien (primera foto). Tu nieta también (quinta foto), a ver si la conoces pronto. Tiene tus ojos.

Sebastián Muñoz, 33 años, San Bernardo.

Mi increíble papá

(Premio del Público VII Versión)

Vivo con mi papá en un pequeño departamento de Portugal con avenida Matta. Trabaja todo el día y llega tarde a casa. Siempre anda con ojeras, pero sonríe cada vez que me ve. Me mete a la cama y se queda a mi lado contándome cuentos hasta que me duermo. Una noche fingí dormir y me levanté para ver qué hacía. Lo descubrí poniéndose su traje especial. Una peluca y maquillaje protegían su identidad secreta y en una cartera llevaba sus aparatos y artefactos. Así, enfundado en mallas, salía todas las noches. Mi papá es un superhéroe.

Diego Guzmán, 21 años, Providencia.

Pingüinos

(Premio al Talento Joven VIII Versión)

Comenzó de forma discreta: un copo de nieve en el torniquete, otro sobre la línea amarilla. Poco a poco tanto los vagones como los andenes se llenaron de cuerpos negros y manchas blancas. Un día se tomaron un tren. Había al menos quince decenas de ellos. Cubrieron el piso de hielo e idearon un sistema para que nevara con un aroma distinto en cada vagón. Cuando tomaron posesión de la línea completa trajeron al festejo un par de osos polares. Regalaron patines en caja y hubo todo el día helado gratis. Fue la mejor revolución pingüina que haya visto.

Emilia Díaz, 17 años, Ñuñoa.

Como parte de la celebración de las dos décadas de “Santiago en 100 Palabras”, se lanzó una edición especial de un libro que reúne los 233 cuentos ganadores de la historia del proyecto: Santiago en 100 Palabras 20 años. El libro tiene un tiraje de 2 mil ejemplares que serán distribuidos gratuitamente en bibliotecas públicas y escolares. Además, ya está disponible en formato digital en el sitio web de Santiago en 100 Palabras.

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