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Mundo

12 de Septiembre de 2022

Revelan qué pasará con los corgis de la Reina Isabel II tras su fallecimiento: Carlos III no se hará cargo

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El príncipe Andrés y su excónyuge Sarah Ferguson serían los responsables de cuidar a los últimos Corgis de la soberana.

Por The Clinic

Tras el fallecimiento de la Reina Isabel II, la gran duda de muchos era sobre quién cuidaría ahora a sus queridos corgis: Muick y Sandy. Sin embargo, el misterio fue revelado y no sería su hijo, el Rey Carlos III, quien se hará cargo de ellos. 

Fue un representante del duque de York quien confirmó la noticia de que el hijo de la monarca inglesa, el príncipe Andrés, junto a su exposa Sarah Ferguson, cuidarán de los dos corgis que dejó la Reina, tal como recogió La Vanguardia.

Cabe mencionar que, en el 2018, Isabel II decidió no tener más de sus canes favoritos debido a su edad y de su preocupación sobre el cuidado de ellos si falleciera, hecho que ocurrió el pasado 8 de septiembre.

Sin embargo, en el 2020 durante el confinamiento por la pandemia del Covid-19, el príncipe Andrés le regaló un corgi que lo nombró Muick y también un dorgi -mezcla de Corgi y perro salchicha-, llamado Fergus, quien murió luego del descenso de Felipe de Edimburgo.

Tras el fallecimiento del esposo de la Reina y la pérdida de su perro Fergus, en su cumpleaños número 95, sus nietas Beatrice y Eugenia de York le regalaron otro corgi, quien sería Sandy.

Los corgis de la Reina Isabel II

La pasión de los corgis en la vida de la monarca comenzó a la edad de los siete años, cuando le pidió uno a su padre el Rey Jorge VI, pero no fue hasta más después que recibió el primero, convirtiéndose en amante de estos canes.

En su cumpleaños número 18, Isabel II recibió el primer corgi, llamado Susan, un regalo por parte de sus padres, que la llevó a tener una saga de catorce generaciones.

Fueron al menos 30 perros que acompañaron a la Reina en su vida, la mayoría eran de la raza corgi galés de Pembroke.

Hay que destacar qué, los corgis de Isabel II disfrutaban de una vida única y con las mejores comodidades que un animal podría tener. Sus perros tenían chefs personales, psicólogos caninos, sus propias habitaciones y hasta recibían regalos en Navidad.

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