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Entrevistas

1 de Octubre de 2022

Cristóbal Bellolio y las elecciones internas de Evópoli: “Ni Luciano Cruz-Coke ni Gloria Hutt pueden recuperar la identidad liberal perdida”

Cristóbal Bellolio es escéptico del proyecto liberal en Evópoli.

Este lunes 03 de octubre en Evópoli se inscribirán las candidaturas que aspiran a conducir el partido, contienda que será liderada por la ex ministra Gloria Hutt y el senador Luciano Cruz-Coke. En esta entrevista, Cristóbal Bellolio -académico conocido por su identificación con el liberalismo de centro derecha-, desglosa el proyecto político de Evópoli, manteniendo el escepticismo del ideario liberal que inspiró a la colectividad. Así, asegura que una complejidad de la tienda “es cómo explica que apoyó a José Antonio Kast en la última elección”.

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Una vez rechazada la propuesta constitucional de la Convención, algunos partidos ya se están enfocando en resolver sus aplazadas elecciones internas. Ese es el caso, por ejemplo, de Evópoli, partido que actualmente tiene como presidenta interina a Luz Poblete y que tiene pendiente elegir a la próxima directiva encargada de continuar con su proyecto de derecha liberal.

En la contienda, cuyas listas se inscribirán este lunes 03 de octubre y que se definirán el jueves 22 de este mes, figuran como cabezas de lista para presidir el partido dos opciones: el senador Luciano Cruz-Coke y la ex ministra de Transportes del segundo gobierno de Sebastián Piñera, Gloria Hutt.

Para abordar esta eventual elección interna y el desarrollo del relato liberal con el que se formó Evópoli -que en la última elección apoyó a José Antonio Kast, representante de la derecha más ortodoxa-, The Clinic contactó a Cristóbal Bellolio, cientista político, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez y quien ha estudiado el fenómeno del liberalismo en Chile. 

Una mirada desde fuera, porque no milita en la colectividad, pero hecha con la propiedad de haberse asumido tempranamente como un liberal de centro derecha.

-Durante el Proceso Constituyente, y particularmente tras el triunfo del Rechazo, se proyecta la imagen de una derecha conservadora fortalecida. ¿Lo observa así? ¿En qué posición ve a la derecha liberal en esta coyuntura?

-Probablemente con el Apruebo, me parece que se fortalecen las opciones más radicales de lado y lado. Me parece que es la derecha más moderada, la más dialogante, la que participó del proceso, la que sale más fortalecida, no la más conservadora. Esa lectura me parece un error.

Ahora, cuestión distinta es que por la magnitud del triunfo del Rechazo, haya un cierto emborrachamiento en algunos sectores de la derecha de creer que triunfaron sus ideas. Esto de que el Rechazo habría que interpretarlo como un espaldarazo a las ideas de la libertad y contra el aborto, toda esa exageración en el diagnóstico me parece errada, pero eso no son los grupos más conservadores. Eso está en un documento de Evópoli, RN y la UDI.

Hay una cuestión que sí es interesante y es que podría haber un divorcio entre lo que las dirigencias de la derecha interpretan, lo que ellos creen que hay que hacer a partir del compromiso asumido de seguir con el Proceso Constituyente, y lo que las bases de estos tres partidos quieran. Ellos pueden interpretar que el triunfo del Rechazo fue tan contundente que esta cuestión tiene que llegar hasta acá no más.

-¿Qué rol ha tenido la dirigencia de Chile Vamos en eso?

-Me da la impresión de que el gran problema hoy día de Javier Macaya (senador y presidente de la UDI), Francisco Chahuán (senador y presidente de RN) y Luz Poblete (presidenta de Evópoli) es que sus bases son más derechistas que ellos mismos de alguna manera. Y me imagino que Chahuán debe tener susto de que no le pase lo mismo que a Mario Desbordes, por ejemplo, que por tenderle una mano a la izquierda terminó perdiendo el partido. 

Me parece que gran parte de los corcoveos que hace la derecha al gobierno, de que no van a aceptarle todo lo que ellos digan o se hacen los difíciles, tiene que ver mucho con enviar la señal interna de que ellos no son “entreguistas”, pero son discusiones que se dan por igual en todos los partidos de la derecha. Dicho de otra manera, las dirigencias son más liberales que las bases. 

-¿Qué agrupaciones representan mejor el liberalismo en Chile?

-Esta pregunta no te la puedo contestar porque es más vieja que el hilo negro y no tiene respuesta. ¿Dónde está el liberalismo en Chile? Esa es una pregunta que se viene haciendo desde que tengo uso de razón. Hoy día hay un partido que se denomina liberal, me refiero al partido de Vlado Mirosevic. Ahí hay una cierta sensibilidad liberal igualitaria o socio liberal como le llaman algunos, un liberalismo que tiende puentes o dialoga bien con la tradición socialista. Un liberalismo de izquierda, si lo quieres llamar así. 

También hay una sensibilidad liberal más de derecha, es decir, que dialoga mejor con los sectores conservadores que podría estar en partidos como Evópoli, porque como ya no existe Ciudadanos, me queda solamente hablar del Partido Liberal y de Evópoli. 

El proyecto original de Evópoli tenía obviamente un diagnóstico de que había una oportunidad de tener en Chile un partido liberal en toda regla, y no como la UDI y no como RN, que eran liberales en lo económico, pero no en lo moral y cultural. 

-Evópoli enfatizó bastante al principio de su impronta liberal…

-La idea de Evópoli es que su compromiso con el liberalismo no era sólo económico, sino también moral, cultural y político, anti autoritario; es un partido post Pinochet. Y la apuesta de Evópoli era que las nuevas generaciones de la derecha, los hijos de los simpatizantes de la dictadura, iban a ser más liberales que los padres por una cuestión de que les tocó vivir un Chile distinto. 

Iban a ser mucho más sensibles a la diversidad, más abiertos al cambio de opinión, más cosmopolitas y celosos de su autonomía personal y, por lo tanto, menos dóciles a las enseñanzas de una autoridad central o religiosa. 

De hecho, los estudios de la socióloga Stéphanie Alenda muestran que efectivamente las bases de un partido como Evópoli eran más liberales en cuestiones de moral sexual o de adherencia religiosa que las bases de la UDI y RN. O sea, hay evidencia empírica que sustenta esta tesis. 

-¿Entonces?

-El problema es que la apuesta de que las nuevas generaciones iban a ser más liberales que sus padres, yo creo que en el último tiempo naufragó con la aparición de José Antonio Kast. Se supone que el futuro iba a ser Felipe Kast y terminó imponiéndose en la derecha la figura de José Antonio Kast. 

-¿Y por qué ocurrió eso?

-Hay varias explicaciones posibles para eso, no tiene solamente que ver con que haya fracasado la agenda liberal. Tiene que ver también con que la política hoy día, en tiempos de polarización, favorece a quienes tienen discursos que contrastan mejor con el otro. Y el contraste del Frente Amplio quizás lo entregaba mucho mejor el discurso populista de derecha de José Antonio: anti corrección política, anti cultura de la cancelación, toda esta idea de las batallas culturales anti globalistas, mucho más conservadora en lo moral-cultural. 

Me da la impresión de que las razones por las cuales se impuso la derecha más dura y no la liberal todavía se están ponderando.

Evópoli y la contradicción de apoyar a José Antonio Kast

-Evópoli entró a la política con un relato de partido liberal de derecha, sin embargo, algunos de sus propios militantes han reconocido que ese enfoque se ha desdibujado. ¿Considera que Evópoli representa la visión de una derecha liberal?

-El problema de Evópoli hoy es cómo explica que apoyó a José Antonio Kast en la última elección; eso yo creo que terminó por desdibujar el proyecto original. Recapitulando un poco, el proyecto original estaba pensado para un diagnóstico en el cual las nuevas generaciones de la derecha iban a ser más liberales que sus padres. Ese diagnóstico hoy día está en entredicho por el ascenso de José Antonio Kast y el hecho de que Evópoli haya terminado apoyándolo. 

Yo no sería tan tajante, pero algunos consideran que terminó por desdibujar completamente la identidad liberal que alguna vez el partido quiso tener.

“Me da la impresión de que el gran problema hoy día de Javier Macaya (senador y presidente de la UDI), Francisco Chahuán (senador y presidente de RN) y Luz Poblete (presidenta de Evópoli) es que sus bases son más derechistas que ellos mismos de alguna manera”.

Ahora, el liberalismo es una familia bastante extensa, con sensibilidades distintas en su interior. Entonces, yo sí creo que todavía hay un germen liberal en Evópoli, si quieres lo puedes llamar liberal-conservador o liberal de derecha, que es menos progresista, menos constructivista que el liberalismo de izquierda, pero puede seguir siendo liberalismo igual. 

Pero no es algo que por lo menos desde el mundo intelectual y académico podamos cerrar esa discusión y sentenciar que no lo son. Políticamente hablando, en cambio, obviamente el proyecto liberal queda en entredicho con haber participado en la campaña de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial.

-Hoy en día ese partido está cerca a enfrentar elecciones internas, donde hasta el momento se estarían enfrentando la ex ministra Gloria Hutt y el senador Luciano Cruz-Coke. ¿En cual de los dos ve más viable recuperar ese proyecto liberal de derecha?

-Ni Luciano Cruz-Coke ni Gloria Hutt creo que puedan recuperar la identidad liberal perdida. En el caso de Cruz-Coke sobre todo, que ha invertido en los últimos años en perfilar al partido con una identidad más bien conservadora, una identidad que no tiene el mismo perfil que la que yo creo que Ignacio Briones o Hernán Larraín Matte en algún minuto tenían pensado. 

Veo difícil que Luciano Cruz-Coke recupere la identidad perdida de Evópoli, por el contrario, veo una especie de “allamandización” de Cruz-Coke. Es un político que en algún minuto pudo pensarse que representaba las coordenadas de un proyecto liberal y que, hoy en día, puede verse como quien promueve el proyecto de una derecha tradicional.

-¿Y Gloria Hutt?

-Gloria Hutt tiene un problema generacional. Ojo, no digo que sea malo tener la edad que tiene, pero sí tiene un problema generacional en el entendido de que este era un proyecto que trataba de hablarle a la generación post Pinochet. 

No estoy seguro de que Gloria Hutt sea necesariamente la intérprete de esa estrategia. Además, simbólicamente fue la ministra de Piñera y, bajo su guardia, se produjo el alza del precio en el transporte público que detonó el Estallido Social. Entonces, ahí también hay cierta dificultad para revivir la identidad del partido.

Sin embargo, si me obligas a decidir entre ambos, me parece que Cruz-Coke es el que está más lejos de poder recuperar esa identidad liberal perdida.

-¿Y entre ellos quién tendría, a su juicio, mayor poder en el sector?

-Me da la impresión, puedo estar equivocado, de que el proyecto de Cruz-Coke es más hegemónico dentro del sector: es ser la derecha. No es ser la opción liberal dentro de la derecha, sino que Evópoli se transforme en un partido que es capaz de capturar las dos almas, tanto la más conservadora como la más liberal. 

Así es que no lo veo ni siquiera que él esté interesado en recuperar esa identidad liberal perdida. En el fondo, no lo estoy criticando al decir que él no está en condiciones de lograrlo, más bien no creo que sea su objetivo.

“Sería una inconsistencia si te llamas liberal batallar contra el Aborto”

-A nivel de alianzas, ¿es factible que Evópoli se proponga como derecha liberal estando en Chile Vamos? ¿Deberían buscar, tal vez, alianzas en el centro político o con partidos que están en formación, como Amarillos por ejemplo?

-No creo que Evópoli vaya a salir de donde está. Creo que hay una inercia, también una serie de lazos afectivos. Hay principios compartidos, más allá de la discrepancia en lo estrictamente moral-cultural que pueda tener un Hernán Larraín Matte o un Ignacio Briones con una Teresa Marinovic, hay una distancia importante. No son lo mismo. 

No veo a Evópoli, sobre todo después de haberse tragado el sapo de apoyar a José Antonio Kast, orientando su acción política hacia el centro o hacia sectores como los Amarillos o hacia sectores como la centroizquierda por el Rechazo. No los veo en ese plan,los veo relativamente cómodos donde están.

“Había un diagnóstico en el cual las nuevas generaciones de la derecha iban a ser más liberales que sus padres, lo que hoy día está en entredicho por el ascenso de José Antonio Kast y el hecho de que Evópoli haya terminado apoyándolo”. 

De hecho, la declaración de los bordes del nuevo Proceso Constituyente es una declaración que firman los tres presidentes. Ahí Evópoli demuestra que no fue a buscar a la centro izquierda por el Rechazo o a los Amarillos para generar una propuesta de continuación, fue a buscar a sus socios.

-En los principios constitucionales que definió Chile Vamos para el nuevo Proceso Constituyente, se incluye la protección al derecho a la vida. ¿Ese parámetro en específico colisiona de alguna manera con un proyecto liberal?

-Hay una discusión respecto de hasta qué punto, cuando le pones bordes al nuevo proceso, de alguna manera estás predeterminado su resultado. En general sería un error que la derecha convierta esos bordes en una predeterminación del resultado, porque eso significaría que nuevamente exista un texto constitucional que representa la identidad ideológica de un sector, pero no la del otro. 

Si mañana tú le quieres poner al texto constitucional que en Chile no va a haber aborto, estás dejando fuera a la mitad de Chile; es mejor que esa expresión no esté, si es que el derecho a la vida se interpreta en ese sentido. Desde el punto de vista de que cometes el mismo error que la izquierda, o sea, no haces una Constitución que nos una, sino una que representa solamente tu identidad ideológica. 

-Porque no se puede ser liberal y estar contra el Aborto…

-Obviamente que te alejas también de los sectores liberales. Evidentemente, hoy día cualquier disposición constitucional que limite en forma radical la autodeterminación reproductiva de la mujer, no es una disposición liberal. Cuestión distinta es que tú garantices la autodeterminación sexual de género y reproductiva y después dejes a la discusión legislativa esa disposición. 

Sería un absurdo estratégico, un contrasentido con el discurso que la derecha ha tenido durante el Proceso Constituyente ante la idea de que hay que tener una construcción mínima de consensos. Claramente sería una inconsistencia si te llamás liberal batallar para que el nuevo texto tenga una disposición expresa contra el aborto.


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